El quinoto es un fruto rico en vitamina C, calcio y potasio que podés cultivar incluso si no contás con mucho espacio.
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Por su tamaño, el quinotero (Fortunella margarita) es el arbolito ideal para acompañar una huerta en macetas. Sus frutos los vas a poder consumir como fruta fresca y también en postres y mermeladas.
Las especies del género Fortunella son originarias de China, donde hay registros de su cultivo desde el siglo XII. La palabra kumquat deriva de la traducción del cantonés de “naranja dorada”. Los kumquats llegaron a Europa en el siglo XIX y fueron llevados al Reino Unido por el coleccionista Robert Fortune. En nuestro país, la fruta se lo denomina popularmente de forma incorrecta “quinoto”.
El quinotero puede alcanzar los 3 o 4 metros si se utiliza un portainjerto muy vigoroso. Si se usa un pie enanizante, tendrá un gran valor ornamental con una copa compacta y las ramas cargadas de frutos.
Las ramas del quinotero son finas y con pocas espinas. Las hojas son pequeñas, de color verde oscuro. Las flores son pequeñas, blancas y la floración tardía en verano. El fruto es ovalado o redondeado, de 3 a 4 cm de largo y de 2 a 3 cm de ancho. El fruto tiene pocas semillas y se mantiene en la planta por mucho tiempo.
La variedad ‘Nagami’ tiene una fruta alargada y un sabor intenso. La ‘Meiwa’ posee una fruta redonda con pocas semillas.
¿Cómo cultivarlo?
Plantalo a pleno sol en un suelo suelto, profundo y nutritivo. Debido a su pequeño tamaño, es el cítrico que se puede plantar más cerca de los canteros de la huerta, a 2 m.
Si lo cultivás en macetas, éstas deben ser de tamaño grande (mayores de 60 l). El sustrato más adecuado es el compost, algo de arena gruesa y turba. A los dos años, retirá con cuidado la capa superior de este sustrato e incorporá nuevo compost o humus de lombriz.
Es un cítrico que se consume con su cáscara. El jugo es ácido, pero al comerlo en combinación con la cáscara, que es más dulce, se equilibran los sabores.
En ambos casos (suelo o maceta), requiere riegos frecuentes y una cobertura orgánica al pie. Es una especie muy resistente a las plagas y las enfermedades frecuentes en otros cítricos.
Requiere muy poca poda. Cuando el arbolito es joven, hacé una poda de formación y, cuando es adulto, practicá podas de limpieza de las ramas secas.
LA NACION