Muros, bancos, esculturas, estos son algunos de los ejemplos que pueden realizarse con la piedra como materia prima y que le dan estructura y personalidad a un jardín
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Ariel Díaz es picapedrero y Paola Chiavaro es escultora. Juntos armaron un espacio para brindar talleres y seguir transmitiendo aquel antiguo oficio, parte del acervo cultural de Tandil. Esta actividad laboral que, en general, requiere habilidad manual y esfuerzo físico.
La obra que más recuerdan fue su primer tallado. Les encargaron las catorce estaciones del Via Crucis en medallones de piedra. “Fue todo un desafío ya que tuvimos que hacernos nuestras propias herramientas para lograr un tallado tan pequeño. Nos entusiasmó el resultado y de ahí se empezó a concretar la idea de hacer un taller de escultura en piedra. Así surgió La Cantería”. Es, además, una forma de transmitir el oficio y perpetuarlo. También a través de charlas en escuelas primarias y secundarias dan a conocer el arte de trabajar la piedra que es, sin duda, parte del patrimonio cultural de Tandil.
El arte u oficio de ser picapedrero se ha transmitido de generación en generación, maestros que enseñan a sus discípulos que luego enseñarán a los nuevos aprendices.
Tal es el caso de Ariel Díaz, que desde 2003 trabaja como picapedrero. Todos sus conocimientos fueron generosamente compartidos por Jesús Duarte. De esos tiempos recuerda el mejor consejo de su maestro, que aplica en su quehacer cotidiano: “El trabajo se hace de una sola manera: bien”. “Hay que armarse de paciencia, dedicarle tiempo y hacer siempre las cosas como para uno”, comenta Ariel.
Pero más fundamental aún: “Si sos picapredrero no te puede faltar el amor por las piedras y por el oficio porque, si no, abandonás a la semana”.
Junto con la escultora y pintora Paola Chiavaro están al frente de La Cantería de Tandil, donde dictan talleres de escultura y talleres donde enseñan a trabajar la piedra. La que utilizan mayormente es el granito gris, que es típica de la zona de Tandil, donde residen.
“Hemos trabajado con otras piedras, pero el granito enamora. Aunque es más dura y rígida, es la que mejor resiste el paso del tiempo”, agrega Ariel. También utilizan piedra Mar del Plata, que es de un grano más liviano y de color claro.
Las herramientas de trabajo son las mismas que utilizó el picapedrero en su origen: martillo, puntas, pinchotes, masas, martelinas, adoquineras; e incorporaron herramientas eléctricas por cuestiones de tiempo y practicidad, como amoladoras, cinceles neumáticos, taladro.
Ariel se dedica a la construcción en piedra y lo que más le solicitan son pircas, estufas, bancos y cuencos.
Para la construcción se debe hacer una selección a mano de las piedras en la cantera, cuidando que no esté dinamitada, para que no se fracture al trabajar. Lo mismo para la piedra que se elige para una escultura, hay que asegurarse de que no tenga ninguna fisura o liso para que no se parta.
“Para esto se usa la misma técnica que los viejos picapedreros usaban: se golpea la piedra elegida con un martillo suavemente y se escucha; si suena a campana está sana, si da un sonido sordo está fisurada.
Lo que más le encargan son imágenes religiosas y figuras de animales para jardines o campos, como toros, vacas, chanchitos, pájaros. Una vez aprobado el boceto por el cliente, se hace un modelado en arcilla para luego pasar a la piedra. No hay un día normal de trabajo, todo es muy dinámico.
A veces tienen que ir a la cantera a seleccionar la piedra para luego llevarla al taller. A veces se dedican a diseñar y charlar de cómo empezar a trabajar para llegar a un buen resultado.
Hay días de trabajo intenso en la obra. “Hay que saber que es un trabajo que requiere de mucho esfuerzo y voluntad, te golpeás, te apretás el dedo con las piedras, pasas frío, calor y te mojás, porque la mayoría de las obras son a la intemperie”.
- IG: @lacanteriadetandil