Con paciencia y algunos consejos, podes cultivar tus propias plantas de ananá, hasta en una maceta!. Una fruta deliciosa, muy digestiva y altamente aliada del sistema inmunológico.
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Con su pulpa jugosa, su exótico aroma y su refrescante sabor, entre dulce y ácido, el ananá es capaz de transportarnos a una playa tropical.
Es una planta originaria de América del Sur y su nombre en guaraní significa “perfume de los perfumes”.
También se lo conoce como piña por su similitud con las piñas de los pinos.
Cómo cultivarlo
La multiplicación es por hijuelos que brotan de las axilas de las hojas.
Para hacerlo en tu casa, podes cortar el penacho de hojas y colocarlo sobre un sustrato que se mantenga siempre húmedo.
El desarrollo de las raíces es muy lento, pero luego de pocos meses tendrás tu planta de ananá desarrollada.
Cuando trasplantes el penacho con raíces, protegelo con un mulch de paja y una cobertura plástica
¿Qué necesita?
- Es una planta muy sensible al frío.
- En nuestro país se cultiva en Misiones y Formosa.
- Necesita exposición al sol y un suelo muy bien trabajado y rico en nutrientes.
- Es suceptible de ser atacado por dos tipos de plagas: ácaros y mosca de la fruta.
Propiedades
Es una fruta muy digestiva, ya que posee bromelina, una proteasa que desdobla las proteínas.
Existen investigaciones que afirman que la bromelina del ananá podría ejercer una función reguladora sobre el sistema inmune, mejorando su funcionamiento.
Es depurativa, antiinflamatoria, cardiosaludable (inhibe el agregado de plaquetas) y rica en vitaminas C, B1, B2 y B6.
Fuente: Mi Huerta, se la siembra a la mesa. Ediciones Jardín.
LA NACION