Es el secreto para mantener el jardín sano y fuerte todo el año, aún en los meses más fríos.
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Cuando el verano aún se resigna a darnos un bocanada de aire fresco y antes de que el otoño nos apresure a tomar el rastrillo y ocuparnos de podar para tener una mejor floración la próxima temporada, es momento de ocuparse de algunas tareas imprescindibles que nos dejan los últimos días de verano.
- Ahora, justamente cuando todavía no podemos abandonar el sombrero y el protector solar, es momento de tomar la tijera de podar y cortar las flores secas o marchitas.
Esta tarea nos ayuda a alargar las floraciones, mejorar el estado general de la planta y lograr canteros más prolijos.
- También es momento de ir guiando enredaderas y trepadoras, que durante los meses de verano alcanzan su mayor ritmo de crecimiento.
- En árboles y arbustos puede aplicarse una última fertilización a fines del verano, con Tripe 15 o Nitrofoska.
¿Por qué? Porque esto estimula la actividad vegetativa en forma moderada ya que contiene un 30% de nitrógeno y a su vez se equilibra con un 30% de fósforo, para estimular la floración y la formación de raíces, y un 30% de potasio que fortalecerá los tejidos, dando resistencia a la planta.
- Las anuales terminaron su ciclo y es momento de cosechar y almacenar las semillas. Podemos guardar las semillas de las plantas preferidas, ya que a veces es difícil volver a conseguirlas. Para almacenarlas, es importante ponerlas en un lugar seco, fresco, con la fecha de cosecha y el nombre de la especie.
¿Dónde? Lo mejor es conservarlas en sobres de papel porque el material permite que las semillas respiren.
LA NACION