La sequedad que produce la calefacción en invierno puede perjudicar nuestras plantas de interior y alterar el cronograma habitual de riego. Te contamos cómo descubrir si están sufriendo.
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Así como el exceso de humedad puede ser un grave problema para las plantas, también lo es su contracara.
¿Cómo darse cuenta si lo que está afectando a las plantas es la sequedad del ambiente? Porque, en estas condiciones, las hojas empiezan a secarse por las puntas o se empiezan a curvar hacia abajo, tratando de tener menor superficie de evapotranspiración.
Una señal del riego excesivo es que la planta empieza a tomar un color amarillo y las hojas, a tener problemas para fotosintetizar, hasta que las raíces se pudren y la planta muere.
Una solución para que las plantas no sufran debido a la sequedad de los ambientes es agrupar las macetas para crear un “efecto isla”: esto generará un ambiente más húmedo para ellas.
También se les puede colocar un plato por debajo, con un diámetro mayor al de la maceta y en él colocar leca o arena y mantenerlas siempre húmedas.
Esto hace que, a medida que el agua se vaya evaporando, la planta reciba esa humedad. También se las puede pulverizar con agua a temperatura ambiente todos los días.
Ni poco ni demasiado
No hay una regla general para el riego porque cada especie tiene distintos requerimientos, pero jamás hay que encharcar la tierra y raramente las plantas necesiten riego todos los días, sobre todo si se encuentran en el interior de la casa donde no sufren los efectos directos del sol ni del viento.
Otra forma de identificar si el sustrato está demasiado húmedo es tomar la maceta con las manos: si está muy pesada, probablemente tenga mucha humedad, en cambio, si está llamativamente liviana, puede ser que le esté faltando agua.
Agua calcárea
Puede ocurrir que el agua con que se riegan las plantas tenga más minerales de lo que la especie necesita.
En ese caso, la tierra de la maceta se verá con manchas grises o blancas en su superficie, producidas por las sales que quedan depositadas en la tierra tras la evaporación.
La recomendación es remover esas manchas para evitar que el sustrato se deteriore y dañe a la planta.
Agua demasiado fría
Muchas personas optan por colectar agua de lluvia para regar las plantas o sacarlas al exterior para que se “duchen” mientras llueve.
No estaría mal para ahorrar un recurso tan valioso, sin embargo, el agua de lluvia puede estar a más baja temperatura que el ambiente y ocasionarle un shock térmico a las plantas.
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