Al norte de la Rioja, en un paisaje dominado por la aridez, Norberto Vinelli apostó a un cultivo poco conocido en nuestro país. Hoy es el mayor productor argentino de este mágico aceite conocido como oro líquido
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En la localidad de Aimogasta, al norte de La Rioja, un escenario de aridez con retamas y jarillas como únicas especies vegetales y atraído por el régimen de diferimiento de impuestos, allá por 1992, el Ing. Agr. Norberto Vinelli se animó al cultivo de la jojoba. En una zona con 50 mm de lluvias al año y veranos muy calurosos, clima similar al lugar de origen, decidió aventurarse en este emprendimiento que hoy es el mayor de la Argentina. Luego de establecer las mejoras, pudo plantar en 1996.
La jojoba (Simmondsia chinensis) es un arbusto de hojas perennes, originario del norte de México, Arizona y sur de California, del desierto de Sonora. Tienen de 2 a 4 m de altura, aunque pueden llegar a los 7m. Las flores son muy pequeñas (de 2 a 4 mm) y aparecen a fines de julio, agosto y septiembre. Las flores masculinas son amarillas y se presentan en una inflorescencia como plumerito. Las femeninas son verdes con puntas. Las flores se producen en ramas del año anterior.
Al ser dioicas, hay plantas femeninas y plantas masculinas. Aquellas que dan flores masculinas sirven para polinizar a las femeninas, que son las que tendrán la semilla, producto final del cultivo de esta especie. Cada fruto posee de 1 a 3 semillas. Un cultivo puede tener tan solo de un 3 a un 5 % de ejemplares machos. No hay polinización por insectos, solo anemófila (por el viento).
Se hace camino al andar
Casi por casualidad encontraron una manera de hacer a las plantas resistentes a las heladas: se les cortó la luz y no regaron en invierno. Las heladas fueron terribles y todos perdieron las cosechas, menos ellos. Así, hoy se usan riego por goteo, pero desde el 20 de abril se les corta el suministro de agua y se ven secas.
Se fueron probando diferentes variedades y observando el comportamiento según siete postulados:
- Producción anual de semillas;
- Libre de plagas;
- Libre de enfermedades;
- Producción pareja todos los años (sin vecería);
- Que la semilla aparezca tempranamente (dehiscencia temprana de los frutos);
- Arquitectura de la planta (planta compacta con entrenudos cortos);
- Resistencia a heladas de -8°C. Según estos postulados, durante doce años se realizó una selección de clones hechos de gajos o estacas.
La jojoba es una planta productiva al tercer año de plantada. Durante el año necesita poco mantenimiento y es bastante resistentes a plagas y enfermedades. Puede ser atacada por hormigas y quizás fusarium, pero no la fumigan. Luego de la cosecha se poda un lado de la planta, y al año siguiente el otro.
La cosecha
Desde marzo hasta octubre se realiza la cosecha con máquinas de desarrollo propio. Primero se “soplan” las semillas y se realiza una andana (se dejan a un lado de las líneas para reducir el recorrido a la mitad) y luego pasa la cosechadora. La semilla cosechada queda en bines o bolsones en el campo que luego se trasladan a planta.
Una vez en la planta:
- Se separa la semilla de su cáscara.
- El primer paso es pasar la semilla por un silo secador (para evitar que estén húmedas) y luego sigue por un sinfín a un silo.
- Desde allí pasa a procesarse a la primera prensa. Al calentarse en la prensa despide un olor a nuez o avellana.
- El expeller se junta y se vuelve a prensar en una segunda prensa.
- Luego de la segunda prensada pasa por un proceso de filtrado para eliminar impurezas.
Cada semilla contiene un 54% de cera de jojoba, mal llamado aceite de jojoba. Con 2 k de semillas se obtiene 1 litro. Los tambores se exportan a los EE. UU. desde donde se distribuyen al mundo.
Virtudes de la jojoba
El aceite, en realidad cera líquida, que se extrae por el prensado de la semilla se utiliza sin ningún tipo de refinado, mezclado con otras sustancias o simplemente solo.
Maiken Bückle Vinelli, esposa de Norberto, comenzó hace unos años a fraccionar el aceite para ser utilizado en cosmética y también creó una crema con cera de abejas y de jojoba.
Este preciado elemento se parece al sebo natural de la piel y tiene infinidad de beneficios para la piel y el cabello. Aquí algunos de sus usos:
- Para el cabello: colocar un poco de jojoba con la yema de los dedos en las puntas dañadas.
- Para el rostro: aplicar por las noches después de la limpieza del rostro como un aceite hidratante, especialmente para pieles grasas con tendencia al acné. También puede usarse como demaquillante (agregar unas gotas en un algodón húmedo y pasar por ojos y rostro) o se puede aplicar sobre la cara para ayudar a disminuir la irritación que aparece después del afeitado.
- Para el cuerpo: aplicar diariamente sobre el cuerpo húmedo o seco, masajeando ligeramente hasta que se absorba completamente.
- También puede usarse para hidratar los labios, fortalecer las uñas y suavizar la piel de las manos.
Hohobá: @jojobapremium_hohoba