El pepino se puede utilizar en la piel de muchas maneras, sobre todo después de estar al sol y para combatir los signos de envejecimiento. Eleonora Dubini, autora del libro SIlvestre, nos cuenta cuáles son sus preferidas.
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El pepino se usa tradicionalmente en India desde la para nutrir y refrescar la piel expuesta al sol o las quemaduras, aliviar irritaciones, reducir inflamaciones y combatir los signos del envejecimiento y la acción de los radicales libres.
Como no presenta efectos adversos o contraindicaciones, es apto para las pieles más sensibles.
Está compuesto en más de un 90% por agua y es el complemento ideal para hidratar pieles secas o castigadas.
En la cáscara del pepino se concentran nutrientes como el ácido ascórbico y cafeico, minerales como el silicio y las vitaminas A y C, entre otras.
Además, gracias a su contenido de calcio, magnesio y hierro, se lo considera un superalimento, así que no dejes de incorporarlo a tus comidas y bebidas para potenciar sus beneficios
Rodajas
Un ritual que pasa de generación en generación por su eficacia innegable para desinflamar los ojos y toda la cara, además ayuda a contraer los vasos sanguíneos.
Cortá rodajas finas de pepino crudo, apoyalas en la piel el tiempo que sea necesario, y dalas vuelta cada tanto para aprovechar la frescura de ambos lados y potenciar el efecto refrescante.
Pasta
Creá una pasta refrescante, hidratante y antiinflamatoria con pepinos procesados (solos o con gel de aloe vera), enfriala en la heladera y aplicala en las zonas afectadas por quemaduras solares, por ejemplo. Podés cubrir la preparación con gasas si te resulta más práctico.
Máscara
Mezclá 2 partes de pepino procesado o picado con 1 parte de arcilla caolín (para todo tipo de piel) o de arcilla bentonita (para pieles grasas o con acné).
También podés combinarlo con yogur vegetal/natural/blanco si no tenés arcilla.
Aplicá la preparación en la cara y dejala actuar durante al menos 15 minutos.
Enjuagá con agua fría.
Exfoliante
Combiná 1 parte de pepino picado bien finito con 2 o 3 partes de azúcar integral orgánica, sal marina o del Himalaya si es para el cuerpo, o harina de arroz si es para la cara.
Esperá unos minutos a que el pepino largue agua así el exfoliante se vuelve más fluido, y frotalo suavemente en la piel húmeda.
Tónico de pepino
Procesá o pisá medio o un pepino (según la capacidad de tu envase) hasta lograr una pasta aguachenta.
No lo peles, porque la cáscara contiene muchísimos nutrientes.
Si lo querés bien concentrado, filtrá la pasta con un lienzo o una gasa encima de un colador, estrujá hasta obtener la última gota y volcá en un envase con válvula rociadora.
Para una versión más suave, llená el envase con la pasta hasta la mitad y completá el resto con agua mineral/purificada/destilada.
La desventaja de hacerlo muy concentrado es que la pulpa podría obstruir la válvula del envase. Pero si querés usarlo concentrado o si no tenés un envase con válvula rociadora, podés aplicarlo directamente en la piel o embebido en discos de tela.
Agitá el envase antes de cada uso, rociá o aplicá el agua de pepino en toda la cara lavada (incluidos los párpados), dejala actuar durante 15 minutos y enjuagá con agua fría.
Se conserva en heladera por 3-4 días, pero también podés congelarla.