Qué partes de la planta se deben podar es una duda que a menudo surge en el momento menos indicado, por eso conviene tener a mano estos consejos.
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Antes de tomar las tijeras podadoras para ocuparnos de los rosales, debemos tener en cuenta que necesitaremos otro gran aliado para cumplir esta tarea: un buen par de guantes gruesos para manipularlos.
Una vez preparadas las herramientas adecuadas, el dilema es cómo podar: Muchos especialistas recomiendan una poda baja, a 30cm del suelo; otros aconsejan dejar los tallos más largos, a 50cm. Una poda intermedia sería lo ideal.
Es importante que recordemos que este procedimiento se realiza para renovar los rosales y quitar las ramas secas con el fin de lograr un equilibrio entre los tallos viejos y los nuevos. ¿El beneficio? Una mayor y mejor floración, además de un buen estado de salud para el rosal.
Si bien la poda es muy importante, resulta esencial que esté acompañada de un buen cultivo. Esto incluye una buena fertilización, así como el control de plagas y enfermedades.
Cuándo y cómo
Por lo general, los rosales se podan entre mediados de otoño y mediados de primavera. Como regla general, en las zonas de clima cálido se puede anticipar esta tarea y, en las regiones muy frías, conviene atrasarla. La poda debe comenzar después de dos heladas fuertes.
El primer paso, el raleado, consiste en quitar desde la base los chupones, así como las ramas torcidas, enfermas y cruzadas. Luego, deben elegirse tres o cuatro tallos que sean sanos y fuertes por rosal.
A cada uno se le realiza un acortamiento dejando entre cuatro y cinco yemas por tallo. Es conveniente que la yema superior quede mirando hacia afuera. La disposición de las yemas que dejamos es importante para que la futura brotación tenga una distribución pareja.
Al terminar el trabajo es imprescindible juntar y quemar los restos de la poda o tirarlos en bolsas. Luego, debemos desinfectar pulverizando toda la planta y el suelo (con polisulfuro de calcio).
Por último, después de una semana, hay que abonar con compuestos orgánicos, como humus de lombriz o compost, y dejar los inorgánicos para el fin de la estación.
Siempre se debe podar en bisel, unos milímetros por encima de una yema sana y fuerte que mire hacia afuera
Después de la primera floración de las rosas es importante podar las flores pasadas, cortando cerca de una yema y siempre a 45º. Luego hay que carpir y fertilizar con un producto químico inorgánico u orgánico para que la planta se recupere de la floración.
A cada tipo de rosal su poda
- Híbridas de te y grandifloras: dejar entre tres y cuatro ramas nuevas y podar, desde el injerto haca arriba, unos 30 o 40cm.
- Floribundas: dejar alguna rama más que en las híbridas de té y cortar un poco más, además de dejar dos o tres yemas por tallo.
- Miniaturas: eliminar las ramas secas y podar a la mitad de su altura.
- Antiguas: casi no necesitan poda, salvo que sean de mucho crecimiento.
- Trepadoras: eliminar todos los tallos floríferos viejos y dejar tallos fuertes bien distribuidos, según el lugar donde estén emplazados.
- Inglesas: podar muy ligeramente, sólo la cuarta parte de su altura.