En macetas o directamente sobre la tierra, el olivo se convirtió en uno de los arbustos más elegidos del país. Qué recaudos tomar a la hora de podar.
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Llegó a América en uno de los viajes de Colón y hoy es tendencia en paisajismo. Árbol emblemático del mediterráneo, el olivo es muy atractivo y se adapta al clima cálido. La Olea europaea (su nombre científico) es un árbol que puede alcanzar los 15 metros de altura. Se destaca por sus hojas opuestas, lanceoladas, de color gris o plateado, de 2 a 8 cm de largo. Su fruto es la oliva o aceituna.
El olivo es un árbol de gran vigor, que crece con rapidez. De ahí la gran importancia de la poda, que debe realizarse aproximadamente cada dos años. La época ideal es entre otoño e invierno, evitando épocas de heladas, porque durante la poda la planta es muy vulnerable.
A cada etapa, su poda
- Las primeras podas son de formación (no productivas) para sostener las ramas y armar una estructura fuerte. Durante los 3 primeros años de vida, basta con una poda pequeña de ramas enfermas, secas, que crezcan por debajo de la copa, o que crecen hacia el interior y evitan que llegue luz al interior del árbol. También aquellas ramas con crecimiento vertical (son los conocidos chupones).
- Una vez que la copa se ha formado, la poda productiva se orienta a producir flores y frutos. En este sentido, es necesario eliminar las ramas más viejas, para que las más jóvenes se desarrollen. De nuevo: la clave es conseguir una estructura en la que pueda entrar mucha luz al interior de la copa, y que haya un buen equilibrio entre las ramas jóvenes y las viejas.
- Si el olivo ya es viejo, se recomienda una poda de renovación, en la cual se eliminan ramas grandes y gruesas con poca producción, para dejar que los nuevos brotes se desarrollen. La poda de regeneración consiste en sacar ramas viejas y estimular el crecimiento, para así rejuvenecer el árbol. Eso sí: cuando la rama es gruesa, esperar dos años para volver a cortar esa misma rama. Algunas veces puede ser necesario un serrucho. A las heridas grandes se les puede poner cicatrizante. El corte debe ser limpio, sin llegar al tronco principal. No hay que quitar todas las ramas, porque si le “pega” el sol directo al eje principal, puede dañarse el árbol.
¿Qué son los chupones?
Son ramas verticales que pueden salir de una rama, del tronco o de la raíz. Es importante podarlos, porque le restan mucho vigor a la planta. Se distinguen fácil porque crecen muy rectos, muy verticales. Hay quienes los doblan, y de esta forma logran que sean productivos, pero es realizado por jardineros avezados o expertos en olivos.
Sanear no es herir
Es importante destacar que podar un olivo no es lastimarlo, sino sanar para que el árbol pueda vivir más tiempo, ya sea para fines decorativos o productivos. Sobre esto, Ignacio Van Heden, del Vivero Van Heden (especialista en árboles y arbustos) aporta que la poda es distinta si el árbol es de producción u ornamental. “El olivo tolera las podas drásticas de formación. Es bueno ir dando la forma. En Europa a veces los podan tipo topiario. En todo caso, siempre conviene ir podando y guiando la forma. Eso favorece el desarrollo del árbol”. Además, Van Heden recomienda: “El principal recaudo a la hora de cuidar los olivos es el control de las hormigas. Si lo atacan varias veces seguidas, lo pueden llegar a secar o producir deformaciones”. En cuanto al riego, aconseja: “Debe ser escaso a nulo. No exagerar el riego. En los olivos, menos es más”.