Conocer las necesidades del jardín y mirarlo es el punto de partida para saber cuándo y cuánto regar, pero hay muchos otros consejos para lograr un riego eficaz en los meses de calor. Te contamos cuáles son
- 3 minutos de lectura'
¿Por qué riego? Porque las plantas están formadas por una cantidad muy importante de agua en su estructura y esa agua se requiere para seguir adelante con todos sus procesos metabólicos, incluyendo la extraordinaria fotosíntesis.
Un jardinero eficaz comienza por intentar conocer cómo funciona cada sector del jardín en cuanto a:
Asoleamiento (que varía según la época del año); calidad y permeabilidad del suelo; posibilidad de erosión; riesgo de vientos intensos; etc.
Cuanto más se sepa sobre todos estos puntos, más eficazmente se podrá decidir: por qué, dónde, cuándo, cómo regar y cuándo repetir.
¿Dónde necesitan el agua?
La necesitan principalmente en los poros del suelo, para que las raíces la puedan absorber y transportar a través del tallo.
También es útil que, cada tanto, una buena lluvia o riego si no llueve lave los follajes que pueden quedar cubiertos por tierra o polvo atmosférico o incluso contaminantes. En ese caso decimos que es agua para lavar el follaje.
¿Cuándo regar?
Cuando la planta lo necesite… y todas las plantas del jardín necesitan cosas distintas…
Una ayudita que es muy generalizada, pero sirve: en verano es más eficaz regar a la mañana temprano, antes de las 10, para que cuando el calor del sol caliente el suelo y los follajes, la planta esté bien hidratada.
A todos nos gusta salir a regar y refrescar el jardín las tardes de verano, pero ese riego es algo para el bienestar de las personas y para que el calor general del jardín afloje, para asentar la tierra que vuela, para sentir el perfume de pasto mojado… todas bendiciones para el alma.
Pero cuando quiero bajar el mantenimiento y tener un jardín lo más sano y autosustentable, priorizo lo que le hace bien a las raíces. A ellas las beneficia regar tempranito.
Tener un programador es útil, pero nada como el ojo y la sensibilidad del jardinero que observa
¿Cómo regar? Algunas ayudas...
- Lo más profundo posible (cada sector del suelo del jardín admitirá una cantidad de agua diferente).
- Por goteo es ideal en canteros y huerta, donde los follajes son muy tiernos y regar por aspersión humedece mucho los tejidos haciéndolos víctimas de hongos.
- Por goteo también es ideal para cercos, porque la entrega es muy eficaz y con un programador uno no deja de reponerles agua cuando les “pedimos tanto y les damos tan poco”.
- Por aspersión es solo para céspedes, pero con control personal; lamentablemente es común que los céspedes se rieguen en forma automática, y nadie se ocupa de corregir los tiempos de riego en las diferentes estaciones.
- Céspedes con árboles aparasolados: se riega el césped por aspersión, pero tomar la precaución de no golpear los troncos
¿Cuándo repetir?
- No es un dato para la agenda, sino para definirlo en cada momento y lugar.
- Cuando clavo la pala en el suelo y noto que el suelo se ha secado a la altura donde están las raíces.
- Cuando las temperaturas han sido muy altas y puede haber evaporación extra por vientos desecantes.
- Cuando las plantas están con sistemas radiculares poco desarrollados por trasplante reciente, por multiplicación o por ser plantas nuevas, etc.
Lo peor que se puede hacer es regar todos los días un poquito; esto genera raíces cercanas a la superficie, con un sistema de exploración delgado y fácilmente agotable: serán plantas débiles, victimas del calor estival y del frío en invierno.
LA NACION