Es común que nuestras mascotas hagan daños en el jardín, pero cómo podemos cuidar la salud de nuestro verde (y nuestros animales). Una veterinaria nos ayuda.
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“No se puede ir en contra de la naturaleza”, afirma Laura Mustillo, veterinaria (UBA), médica ayurveda y médica china, además de ozonoterapista. Ella detalla que “hay lugares en que los animales recorren porque son de su interés. O para mirar hacia afuera, la casa vecina o la calle, o porque se encuentran y comunican con otros perros. Entonces, lo ideal es armar los caminos que las mascotas eligen por algún motivo, y diseñarlos teniendo esto en cuenta.” En suma, los animales tienen sus rutas, y querer cambiarles eso es imposible.
Uno de los principales problemas de las mascotas en el jardín es el pis. “La orina es muy tóxica y dañina para las plantas, por su alta concentración de nitrógeno”, explica. Para estos casos, ella aconseja diluir la orina con agua, lo antes posible, para evitar o reducir el efecto. “No solo orinan el pasto, muchas veces las mascotas también marcan los árboles”, retoma Mustillo. Para estos casos, detalla: “En ese sitio que ya sabemos que el animal eligió, poner piedritas o una superficie fácil de regar, para diluir esa orina. Pero esto debe realizarse durante las primeras ocho horas después de que hizo pis la mascota, porque si no después no tiene efecto.”
En el caso de las macetas, lo ideal es colocar una capa de gravilla o corteza de árbol. “Esto va a dejar que el agua penetre en la tierra, pero ni los gatos ni las malas hierbas van a asentarse allí”, afirma la veterinaria. Otra alternativa son los repelentes para mascotas. En el mercado hay varias alternativas: en gel, granulado o spray. Hay que utilizarlo a lo largo del tiempo, hasta que la mascota cambie sus hábitos. “Los granulados son ideales para zonas más grandes, mientras que el gel es ideal para macetas y zonas más pequeñas”.
También hay ahuyentadores para mascotas que funcionan con ondas ultrasónicas: molestan a los animales y se calculan para no molestar a los vecinos. Otros repelentes naturales pueden ser cáscaras de cítricos y cebolla, pimiento e incluso mostaza, porque tienen olores que no les gustan a los gatos. “Cada vez que orinan, limpiar y colocar el repelente inmediatamente”, aconseja la veterinaria.
Para cuidar a las huertas de las mascotas, Mustillo recomienda los cajones altos, y en lo posible con enrejados. Éstos últimos también pueden utilizarse en el suelo, para plantas delicadas o que requieren mucho trabajo. “Los perros siempre buscan un pozo o lugar fresco, especialmente en verano. Si no queremos que hagan los pozos ellos mismos en cualquier lugar, podemos cavarlo nosotros, idealmente en un rincón con sombra. Así cuidamos a las plantas del pisoteo y el paso de los perros”.
En cuanto a los fertilizantes, Mustillo apunta: “Muchos tienen nitratos o fosfatos, y todo eso les da curiosidad a perros y gatos por texturas, color y aroma. Hay que tener precaución. Porque también después se riegan y se diluyen, lo ideal es mantenerlos un día alejados, hasta que se absorban en la tierra”.
Por último, recomienda, en lo posible, considerar si las plantas son adecuadas para mascotas, antes de plantarlas. Hace una semana tuvo una perrita internada por consumir una planta tóxica. En este sentido, “antes de plantar algo nuevo, conviene asesorarse con especialistas sobre los efectos de la especie para los animales”. En suma, lo que buscamos es una convivencia feliz, y salud para todos los habitantes del hogar.
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@veterinaria.manoba
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