El más gourmet de los cítricos también se puede cultivar en nuestros jardines, siempre y cuando se sigan algunas pautas; te contamos cuáles son.
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Las limas son cada vez más buscadas en nuestro país porque aportan un sabor único único a tragos y en platos, desplazando en muchos casos al clásico limón.
El origen de la lima se encuentra en el Sudeste Asiático, concretamente en Persia y en Malasia. Desde estos países se extendió su cultivo a todas las regiones con climas tropicales o subtropicales del planeta, llegó a Europa a través de las Cruzadas en los siglos XI y XII.
Las limas constan de dos zonas claramente diferenciadas, una cáscara firme, delgada y lisa, y un endocarpio interior, compuesto por varios gajos rebosantes de pulpa y jugo que no suelen contener semillas.
La lima también es conocida como lima gallega, ‘Limón sutil’, limón colima, limón peruano o limón verde.
Las limas frescas pueden conservarse a temperatura ambiente hasta una semana. Para conservarlas durante más tiempo, conviene guardarlas en una bolsa de plástico o en un recipiente en el cajón de verduras de la heladera, donde pueden durar varias semanas.
Al igual que los otros cítricos, el limero tiene una interesante floración primaveral que aporta no sólo belleza en las huertas y en los jardines, sino también el inconfundible aroma de los azahares.
¿Cómo se cultiva?
- Necesita pleno sol.
- Soporta suelos más pobres que otros cítricos, pero es el más sensible a las heladas.
- En las huertas con clima tropical y alta humedad relativa, se desarrolla sin inconvenientes.
- Requiere riegos frecuentes.
- Sólo exige raleos, poda de limpieza y acortamiento.
- La lima es un fruto muy delicado que debe ser cuidadosamente recolectado con guantes y tijera para cuidar su frágil cáscara. No arrancar.
¿Cuánto tarda en dar frutos?
“Si el árbol está injertado, al segundo año ya empieza a dar algunos frutos y en la medida que tenga sus cuidados generales irá aumentado año a año”, dice Juan Buela, @frutalorganico.
Juan Buela subraya un cuidado en especial para no fracasar en el cultivo: “Habría que taparlo los dos primeros años con tela anti helada en el invierno. Es bastante sensible a los fríos extremos, por lo que no anda en zonas descampadas con inviernos fríos”.
LA NACION