Se trata de los gusanos blancos, cuya mayor actividad se da en esta época. También atacan a los bulbos. Si su presencia no es masiva, se pueden mantener a raya sin usar productos químicos.
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Llega el otoño, el ambiente del jardín gradualmente cambia. Los colores fríos comienzan a predominar y generan una sensación de paz y relajación en las personas que disfrutan del jardín. Sin embargo, esta belleza puede desmerecerse. Si bien, en general, la sanidad del jardín durante el otoño no es para preocuparse, existe una plaga que en esta estación puede afectar de manera importante a los bulbos y al césped. Se trata de los gusanos blancos del césped (Anoxia villosa, Melolontha melolontha, Rhizotrogus, Phyllopertha).
Cómo es la plaga
Los gusanos blancos son la etapa larval de los escarabajos de jardín y se trata de una plaga que ataca al césped, a especies bulbosas y afecta a la proliferación de micorrizas, los hongos benéficos en el suelo. Las larvas son de unos 3 centímetros de largo y de forma de letra C. Se calcula que 10 larvas por metro cuadrado de césped causan daños permanentes llamados “amarronamiento del césped”. En el inicio del ataque el césped se percibe suave y esponjoso al andar sobre él y suele confundirse el síntoma con una falta de riego.
Cómo ataca a las plantas
Con la llegada de los primeros vientos fríos, las larvas suelen eclosionar y se alimentan de raicillas. Así, las zonas marrones del césped pueden indicar su presencia. Una forma de verificarlo es tomar con la mano el césped marrón y tirar hacia arriba, si sale fácilmente y con pocas o sin raíces, estamos en presencia de esta plaga. Con una palita trasplantadora podemos hacer un pequeño hoyo en esa zona y se observarán larvas en forma de letra C.
Otro indicio de presencia de gusanos del césped es un aumento atípico de zorzales, calandrias y torcacitas durante el atardecer luego de una lluvia. Ellos excavan en el césped ya que se alimentan de estos gusanos. Si no hacemos nada al respecto, las larvas se alimentarán de raíces del césped durante el otoño; en la primavera emergerán a la superficie, harán su metamorfosis y los escarabajos adultos atacarán muchas plantas del jardín; en el verano las hembras oviponen bajo tierra y así se repetirá el ciclo el año entrante. Si esperamos a hacer algo en la primavera, los gusanos emergen de la tierra, pero no se alimentan mucho; por eso su control no es tan eficaz.
El daño del jardín observado en primavera ocurrió el otoño anterior, lo cual hace que el control de otoño sea más importante.
Cómo controlarla
a) Layar el césped
Las layas son herramientas usualmente utilizadas en la huerta. Son una especie de tridente que se clava en el suelo y genera su aireación. Estudios realizados muestran que layar un suelo infestado de gusanos de césped reduce su población a la mitad. El día anterior al layado conviene regar el césped superficialmente, el agua hará que los gusanos se desplacen más cerca de la superficie, donde sufrirán la acción del layado.
b) Realizar una resiembra otoñal
Luego de layar, sembrar una mezcla de césped para otoño. Estas especies se denominan vulgarmente “céspedes gruesos” (se trata de gramíneas cespitosas llamadas “Ray grass”). Los céspedes gruesos tienen en sus raíces extractos fenólicos que alejan a los gusanos.
c) Aplicación de un insecticida
Para las infestaciones severas de gusanos en otoño, a veces no es suficiente con el layado y la resiembra, y debemos recurrir al apoyo de un insecticida. De ser así, aplicar un pesticida una semana después de la resiembra, que contenga como ingrediente activo triclorfon o carbaril. (El ingrediente activo se encuentra en la parte frontal del envase). Siga las indicaciones de la etiqueta cuidadosamente.
Luego de la aplicación, regar con agua sola poniendo a funcionar un rociador de jardín durante una hora. O regar con regadera o manguera con flor durante 15 minutos.
d) Control biológico
Cuando nos hablan de nematodes, asociamos dicho término con adversidades de las plantas, y es cierto, pero además existen nematodes que pueden ayudarnos al control de los gusanos blancos. Se trata de los nematodes entomopatógenos. Estos comprenden especies que tienen afinidad con insectos y que, de una u otra manera, se vinculan con ellos, pudiendo ser de vida libre o parásitos. La especie Heterorhabditis bacteriophora ataca a los gusanos blancos, ingresan en ellos y licuan su interior. Hay productos biológicos basados en este organismo, los cuales son de amplia venta en Europa y es incipiente su ingreso en el mercado argentino, una vez finalizado el protocolo sanitario que exige nuestra legislación. Es interesante destacar un estudio realizado en Córdoba, Argentina, donde se documentaron especies nativas de esta especie. Cuando esté disponible el producto comercial, siga las instrucciones de aplicación cuidadosamente.
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