Una dieta adecuada ayuda a incrementar la sensación de bienestar y a alejar los momentos de bajón.
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Somos lo que comemos. Si bien esta afirmación suena a frase hecha, esconde una verdad garantizada por la ciencia. Desde hace ya muchos años, los laboratorios investigan los efectos que tienen los alimentos que consumimos sobre nuestro organismo, nuestro estado anímico y nuestra salud.
Los últimos avances científicos en neurociencias, nutrición y la conexión entre la mente y el intestino, han descubierto que lo que comemos afecta en gran medida en cómo nos sentimos física, cognitiva y emocionalmente. ¿La explicación? Nuestros cerebros consumen el veinte por ciento de todo lo que comemos y, cuando el cerebro se ve privado de nutrientes esenciales, sufrimos.
“El motivo por el que las pautas de alimentación son esenciales para la salud del cerebro es que los alimentos que ingerimos influyen significativamente en los procesos inflamatorios del organismo. Los estudios más recientes demuestran que la inflamación crónica persistente puede conducir a la depresión y a la ansiedad”, señala el doctor Drew Ramsey, autor de Comer para vencer la depresión y la ansiedad.
Muchas personas diagnosticadas de ansiedad o depresión presentan niveles elevados de proteínas inflamatorias, que pueden estar detrás de síntomas como la anhedonia (o incapacidad de sentir placer) o las alteraciones del sueño.
Según, Ramsey, la clave para vencer los estados de ánimo bajos es llenar el plato de alimentos con concentraciones elevadas de nutrientes que contribuyen a reducir la depresión.
Repollitos de Bruselas, naranjas y verduras de hoja verde: por su alto contenido de ácido fólico y zinc, que contribuyen en la formación de células nuevas.
Semillas de calabaza y espinacas: por su gran aporte de hierro, que el organismo usa para producir hemoglobina, una proteína importante que ayuda a transportar el oxígeno desde los pulmones hacia el cerebro.
Castañas de cajú, almendras y espinacas: porque contienen magnesio, un elemento que ayuda a regular varios neurotransmisores importantes, como los que controlan el estado de ánimo.
Bananas, brócoli y boniatos: porque contienen potasio, un elemento necesario para el funcionamiento del cerebro porque interviene en los impulsos eléctricos que se desplazan a lo largo de las neuronas.
Hongos y nueces: porque contienen selenio, un poderoso antioxidante necesario para el buen funcionamiento de la glándula tiroides, que interviene en la regulación del estado de ánimo, la energía y la ansiedad.
LA NACION