Las primeras comienzan a florecer en otoño y las más tardías lo hacen en primavera. Conocé los secretos de cultivo de las camelias y encontrá el lugar ideal para que crezcan en tu jardín.
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Tienen bien ganado el título más royal de las flores: las reinas del invierno. Y, aunque existen más de 300 variedades diferentes de camelias, en nuestro país las más comunes son 3.
Todas las camelias son árboles o arbustos de crecimiento lento. Su ambiente de origen son los bosques, donde crecen a la sombra de árboles perennes de zonas montañosas. Ocasionalmente algunas especies de camelias se encuentran en zonas elevadas del “rain forest” (bosque lluvioso) del sudeste asiático, donde crecen en condiciones de abundante humedad; nunca en zonas ventosas o en áreas de árboles de hojas caducas con temporada seca. Por eso es importante recrear esas condiciones en el lugar donde decidamos cultivarlas y, en especial, evitar el sol directo.
Cómo cultivar camelias
- Ubicar en sombra o media sombra, preferentemente con sol de mañana.
- Plantar al reparo de fuertes vientos.
- Necesitan suelos sueltos, bien drenados y ácidos.
- Se recomienda realizar un raleo de pimpollos antes de la floración para evitar una carga excesiva, ya que afecta la apertura total de las flores.
- Fertilizar con NPK 15-15-15 a mediados de primavera, una vez finalizada la floración.
- Para cultivos en maceta, proveer excelente drenaje, sustrato con compost, ubicación en algún lugar con buena luz (pero nunca sol directo).
Desde su llegada a Occidente, se convirtieron en protagonistas de jardines botánicos y parques, y fueron fuente de inspiración para poetas, narradores y pintores.
3 especies populares
Camellia sasanqua
De floración temprana (marzo-abril), inauguran la temporada de camelias. Se diferencian del resto de las camelias por su follaje: sus hojas son pequeñas y levemente aserradas en los bordes. Sus flores también son más pequeñas que las de otras especies, tienen estructura simple y son levemente perfumadas.
Las ramas se orientan en un plano, de modo que son arbustos muy útiles para ser utilizados en cercos, combinados con otras especies.
Si bien las camelias son plantas de sombra o media sombra, las sasanquas tienen mayor tolerancia al sol que las japónicas y esto les da cierta versatilidad a la hora de incorporarlas en algún diseño.
Camellia japonica
De floración media (abril a septiembre), son las más “clásicas”.
Sintetizan todas las virtudes que buscan los amantes de las camelias. Prefieren el sol de la mañana y es importante protegerlas del sol directo y de los vientos fuertes.
Lo que realmente las distingue es la variedad de sus flores en formas y colores: hay de flores simples, semidobles o dobles, de diferentes tamaños y colores, que van desde el blanco puro, variando en intensidad de rosados, hasta rojos intensos o variegados.
La temporada de floración es bastante amplia: las tempranas, en los meses de otoño; el pico máximo de floración, en pleno invierno y las tardías acompañan hasta la primavera.
Camellia reticulata
De floración tardía (julio a octubre), generalmente tienen follaje opaco y flores dobles, más grandes que las japónicas, de colores que van desde el rosa pálido al rojo intenso (no se conocen flores blancas).
Son las más tardías: florecen a finales del invierno o principios de la primavera, es decir, comienzan a verse cuando las últimas japónicas están terminando su temporada.
La estructura de la planta es más desarmada que las anteriores; las ramas aisladas le dan una forma abierta al follaje.
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