Así es la casa de esta dupla que creó un proyecto que creció en redes y se transformó en una tienda y una fábrica
Los creadores de Planta nos abren las puertas de su departamento ubicado en un emblemático edificio de Chacarita, lleno de plantas de interior.
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LA NACIONBelén de Ancizar
Gabo Caraballo es alfarero y Víctor Ledesma es arquitecto. Ambos crearon Planta, una tienda de naturaleza y objetos únicos. El proyecto comenzó como un espacio de trabajo, pero su popularidad en redes los alentó a abrir la tienda con ese nombre en 2019. El lugar se transformó en una excusa para vender plantas, macetas, objetos artesanales, pero principalmente como espacio de encuentro. En 2023 se animaron a más y sumaron Planta Fábrica, su propio centro de producción cerámica.
Su departamento en Barrio Los Andes es una mezcla de selva y arte que tiene que ver con su forma de habitar. “Es nuestro cable a tierra, como emprendedores pasamos muchas horas trabajando fuera y dentro de casa. En ese sentido es un espacio que cuidamos y disfrutamos mucho. Cuando uno ama lo que hace traslada eso a su casa, por lo que nos refleja al 100%”, cuentan Gabo y Víctor.
Está ubicado en un edificio emblemático del barrio de Chacarita. La edificación, que data de 1929, tiene un marcado carácter de la época, con sus pisos de madera de pinotea, sus aberturas de vidrio repartido y doble hoja. Esto y la necesidad de vivir rodeados de verde fueron el puntapié inicial en la decoración.
“La propiedad ya había sufrido modificaciones antes de mudarnos ya que la modernizaron, lo que nos abrió la puerta a incorporar mobiliario y objetos más actuales, siempre con el verde como principal. El departamento es un espacio con mucha presencia, mucho carácter, así que nuestro desafío fue potenciarlo, pero con el toque de lo actual, y siempre con el protagonismo del verde”, definen los dueños.
Dentro de la casa pueden verse todo tipo de plantas. “Al tener nuestro emprendimiento tenemos el privilegio de haber seleccionado ejemplares de gran porte o figuritas raras como el Philodendron gloriosum, el anturio batman o el anturio cristalino, entre otras. Por supuesto no puede faltar en nuestro espacio el Spathiphyllum ‘Sensation’ gigante o la zamioculca negra.”
Son los creadores de Planta, un concept store ubicado en el corazón de Villa Crespo. Allí aúnan sus pasiones y sus profesiones: plantas, objetos artesanales, macetas como obras de arte.
Es un lugar súper luminoso y con ventilación cruzada, un privilegio para los amantes de las plantas. Así, lograron darse el lujo de armar su colección y poder ubicar los ejemplares según sus necesidades. En el living cuentan con dos plantas de gran porte: un ficus elástica variegado, que lo llevaron con un metro de altura y con la buena luminosidad se volvió gigante y se llegó a ramificar, y un ficus ‘Amstel’ con una de sus macetas Olga con plato y ruedas (lo que facilita la limpieza, ya que es un árbol bastante grande). Estos dos árboles dan protagonismo a la gran altura de la edificación. Tampoco faltan ejemplares más chicos, pero no por ello menos importantes, como el Philodendron gloriosum o el ya mencionado anturio cristalino.
En el dormitorio principal, junto a un gran espejo que potencia los reflejos de la luz solar, habita otro gran ficus ‘Amstel’, un Spathiphyllum ‘Sensation’ y una aralia. Sobre una de las mesas de luz el anturio batman, la zamioculca verde y la zamioculca negra en sus emblemáticas macetas Relax Pottery. En la cocina ubicaron las plantas que requieren más la humedad, aprovechando los beneficios de los vapores que se generan: el helecho Polypodium ‘Blue’, Philodendron ‘Imperial Green’, esquejes de monstera en agua, Monstera standleyana y una Dioscorea elephantipes en macetas de su fábrica. Los balcones están dedicados al mundo árido, poblados por aloes, ágaves y kalanchoes, que disfrutan del sol directo sobre sus hojas.
La casa es un refugio de placeres. Cocinar, escuchar un lindo disco, proyectar una película, recibir amigos son de sus planes favoritos. “Estar en el sofá rodeados de verde mirando una peli o escuchando música nos transporta a diario a unas mini vacaciones sin viajar”, relatan. Parece la simbiosis perfecta entre su vida exterior y su nutrido mundo interior.
Por Belén de Ancizar
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