Ambos espacios, pertenecientes a una misma casa, necesitaban algunos cambios, de más complejos a más sencillos, para volverse funcionales y atractivos. Te mostramos los resultados de la renovación.
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Un patio de acceso al descubierto que requería protección de la lluvia, con un piso desaliñado con las reformas del hogar e iluminación disfuncional y poco acogedora. A continuación, un jardín sin césped, ni quincho y con desniveles molestos. Con estas características, patio y jardín, ambos espacios de una misma vivienda, requerían cambios y el proyecto paisajístico los tuvo en cuenta como un conjunto y un norte a seguir: trabajar a ambos en tonos de azul.
El patio
Antes
El patio de acceso daba al cielo abierto; así, sus dueños se mojaban cuando ingresaban desde la calle, situación que querían revertir. Tenía un solado muy rústico para el estilo de la reforma que se estaba realizando en la casa. También se necesitaba una propuesta de iluminación, además de colocar algo de verde sin ocupar toda la superficie.
Después
Para este espacio, ahora techado con vidrio corredizo, se eligieron grandes contenedores de fibrocemento pintados en tono turquesa para plantar Raphis excelsa con Monstera obliqua en su base, que enmarcan la puerta principal de acceso a la casa. La propuesta de iluminación que cubrió la altísima medianera fue resuelta con chapones en tono óxido, rectangulares, que “caminan desde lo alto” para terminar a nivel del ojo. Dos mallas verticales que se repetirán en el jardín posterior fueron cubiertas con Cissus rhombifolia y Stephanotis floribunda.
El jardín
Antes
Este jardín urbano que continúa al patio de acceso fue reformado en su totalidad, excepto la pileta. Los dueños necesitaban ampliar y rectificar el solárium existente, incorporar una superficie de césped (ya que era un espacio seco en su totalidad) y sumar un quincho, además de reemplazar todos los solados porque estaban deslucidos y modificar los niveles. La premisa fue evitar el uso de enredaderas contra los muros para que no invadieran a los vecinos y bajar el nivel de mantenimiento. Distintos tonos de azules dominarían todos los espacios exteriores. Debía considerarse la iluminación como parte del proyecto paisajístico.
Después
Se dispuso una superficie de césped en el sector posterior, que bordea un lateral de la pileta. Sobre la medianera lateral de 6 metros de altura se instalaron soportes de malla galvanizada cuadriculada, separados del muro y cubiertos con jazmines de leche (Trachelospermum jasminoides), y esas secciones de pared se pintaron con el color de la pileta.
Como punto focal desde el interior de la casa, se diseñó una placa de metal oxidado con círculos calados y luz por detrás, que funciona como un cuadro exterior. Entre los soportes de los jazmines sostenidos visualmente por una tira de Dietes grandiflora, se ubicaron chapones cuadrados con luz por detrás, que se reflejan en el agua.
En el sector posterior del jardín, debajo de la viga doble T existente, se liberaron las paredes de hiedras y ampelopsis y se mantuvo el árbol que había en el lugar: Ligustrum lucidum ‘Variegata’, generando con durmientes una superficie de uso para disfrutar de la sombra. La dueña de casa es fanática de las orquídeas, por lo que se aprovechó la medianera y el tronco del árbol para colgarlas.