Cada vez más productores se animan a hacer un cambio paradigmático en sus sistemas productivos y dejan de usar productos químicos. Les preguntamos cómo comenzaron y por qué. Las respuestas nos llenan de esperanzas.
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Comencemos por preguntarnos qué es la agroecología. Podríamos definirla como la aplicación de cómo funciona la naturaleza (es decir de la ecología) al cultivo de plantas y cría de animales: uno de los aprendizajes de la ecología es que la biodiversidad y el cuidado del suelo son indispensables para lograr sistemas eficientes, resilientes y productivos.
En Argentina, 1 de cada 50 productores cultiva o cría de manera agroecológica, según el censo agropecuario de 2018
Ciencia, práctica y movimiento
“La agroecología es ciencia, práctica y movimiento. Ciencia, porque una gran parte del saber está validado por la comunidad científica. También es práctica porque otra parte del conocimiento viene de los propios productores y los saberes chacareros, campesinos e indígenas milenarios. Y movimiento porque existe una red de productores, organizaciones, periodistas, comerciantes, emprendedores y consumidores que se comprometen a transformar el sistema agroalimentario”, dice el productor Rodrigo Castro Volpe.
Cambio de valores
La transición que están atravesando miles de productores tiene distintos orígenes: algunos lo hacen por costos, cada año se necesitan aplicar agroquímicos y sus valores están dolarizados. Otros, por la conflictividad social que se vive en los pueblos agrícolas debido al uso de agroquímicos. Algunos toman conciencia de la crisis climática y ecológica mundial y también están quiene ven el impacto de los agroquímicos sobre la salud de personas cercanas.
Al comienzo, el camino es buscar ser más eficientes en el uso de insumos químicos, después los reemplazan por insumos biológicos. Posteriormente, viene el rediseño de su establecimiento y la incorporación de una mayor diversidad de plantas y animales. El resultado es un cambio paradigmático donde se valora la cooperación y la calidad por sobre la cantidad.
Estas son historias de productoras y productores que “colgaron los biocidas” y apostaron por la agroecología.
Rina Vasquetto
Rina es parte de una gran familia de productores agropecuarios en Adelia Maria, Córdoba. Su historia y pasión por la agricultura y la ganadería vienen desde muy chica. Hoy gestiona 2 establecimientos, “El Puente” y “El Mate”, con 680 hectáreas en total bajo manejo de ganadería regenerativa.
Hace 7 años comenzaron la transición hacia la agroecología, usando tecnología de procesos, en vez de insumos químicos, incorporando bovinos y ovinos e implantando una pastura polifítica, de 12 especies. Aumentaron la biodiversidad y mejoran el equilibrio físico, químico y biológico del suelo, aumentando su fertilidad, lo que redundó también en una ganadería más rentable.
Hoy el establecimiento reincorpora más carbono de la atmósfera en el suelo del que emite, mitigando los efectos del cambio climático. Cuentan con una carga animal de más de 2 veces por encima del promedio de la zona.
Rodrigo Castro Volpe
Rodrigo tiene 35 años, es geógrafo y hace 2 años se mudó desde la ciudad a Baradero, provincia de Buenos Aires, donde trabaja en una granja familiar de 15 hectáreas libre de agroquímicos desde hace 5 años.
“No podía creer que en Argentina se pasó de usar un promedio de 30 millones de litros de agroquímicos al año a 500 millones. Entonces convencí a mi familia a probar por el camino de la agroecología”, dice Rodrigo.
Comenzó contactando a ingenieros agrónomos de la zona para conversar alternativas, sin embargo la respuesta de todos fue categórica: “No se pueden producir alimentos sin agroquímicos”, repetían.
Convencido de que existen otras alternativas, empleó sus armas de millennial y buscó en internet. Así conoció RENAMA y el trabajo del ingeniero Eduardo Cerdá, hoy director Nacional de Agroecología del Ministerio de Agricultura Ganadería Y Pesca.
El proceso llevó tiempo e implicó el cambio de mentalidad del personal y el rediseño de la granja: hoy las ovejas de Rodrigo pastan sobre una pastura de varias especies, las gallinas ponedoras comen la fruta que se cae de los frutales, fertilizan y comen insectos.
No hay más tiempo para seguir destruyendo la vida como lo estamos haciendo, tenemos que cambiar nuestro sistema de producción y de consumo y la agroecología tiene la respuesta para eso
Cristian Raggio
Cristian es productor agroecológico en “Loma Brava”, Washington, en la Provincia de Córdoba. Desde 2016 cultiva sin herbicidas centeno, trigo, maíz morado, soja no OGM, sorgo blanco y maní. Produce harinas integrales que venden en panaderías de todo el país.
“Yo me decía: estamos tirando esto, acá, hay algo que no estamos haciendo bien y que va a terminar mal. Cada maleza que aparecía pasaba a ser un desastre universal y lo solucionábamos con alguna combinación de herbicidas explosiva. Y al año siguiente aparecía otra maleza, y otra más”, dice Cristian.
En “Loma Brava” además hacen ganadería regenerativa con cruza de criollos y tienen 40 hectáreas de bosque nativo del espinal en regeneración: mayoritariamente algarrobos chañares, talas y espinillos. Desde que hacen agroecología, la fauna volvió y el campo se llenó de especies autóctonas: zorro, liebre, gato montés, peludo, perdiz y muga.
"Es importante ver que hay soluciones que no implican destruirlo todo"
Cristian Raggio
Trabajo en red
Desde hace 7 años, en Argentina se realiza el Mes de la Agroecología, organizado por RENAMA, la Red Nacional de Municipios y Comunidades que Fomentan la Agroecología.
Durante todo noviembre, se intercambian conocimientos a través de charlas y visitas a establecimientos agroecológicos.
RENAMA congrega a más de 150 productores con 100.000 hectáreas bajo producción agroecológica y 40 municipios que fomentan la agroecología desde las políticas públicas.
Más info acá: Linktr.ee/mesdelaagroecologia
LA NACION