Siempre hay un espacio del jardín (o del vecino) que resulta ser una vista indeseable, desprolija o que desentona con el diseño. En esta nota, algunas ideas para sacarlos de la vista.
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Cuando proyectamos el diseño de un jardín, debemos tener en cuenta nuestros gustos y necesidades para crear espacios especiales y únicos. En nuestros jardines, siempre habrá vistas que queremos destacar y otras que deseamos ocultar. El diseño cuenta con recursos para trabajar puntos focales según se requiera.
María Laura Vidal Bazterrica, paisajista y miembro de Jardineras en Acción, nos ilustra cuáles pueden ser estas vistas indeseables. “Los vecinos, el tender para la ropa, la parrilla, los pasillos, las ventanas, los balcones, los edificios, entre otras”. ¿Cómo es posible lograrlo con el diseño? La especialistas nos aporta algunas ideas:
Espejos
El espejo es un elemento que refleja los colores y las texturas, duplica el espacio y oculta las vistas molestas. Vidal Bazterrica detalla: “Los bordes se desdibujan con materiales o vegetales”. En este sentido, es importante colocar alguna planta u otro elemento en el frente que nos indique que es un espejo para no pasar de largo, como por ejemplo calas.
Macetas
Es una de las herramientas más utilizadas. “Cuando el espacio es pequeño y pasan caños o cables que hacen imposible plantar a suelo, recurrimos a macetas con las que sí podremos trabajar”, aporta Vidal Bazterrica. Y aporta que idealmente sea con árboles o arbustos”.
Listones de quebracho
Siempre estéticos y con un estilo rústico, el quebracho ayuda a crear un ritmo. “Colocado de forma espaciada, con trepadoras o arbustos en el medio, como por ejemplo eugenias, logra un efecto diferente y más económico, escondiendo vistas que preferimos tener cubiertas”, aporta la paisajista.
Cañas gruesas y secas (o eucaliptos)
Vidal Bazterrica detalla que las cañas gruesas y secas no pasan desapercibidas porque “poseen un impacto visual muy fuerte y cumplen muy bien con la función de tapar vistas”. Eso sí, advierte que es aconsejable enterrarlas en la tierra con cemento en la base y guías de alambre. “Si plantamos una trepadora por delante, lograremos dar movimiento con color. Es fundamental su mantenimiento, pintándolas con productos específicos para exterior dos veces al año”, concluye.
Cerco vivo
En este punto, no hay que apostar a lo clásico. “Frutos, flores, texturas y colores de las hojas aportan mucha vida, elegancia y practicidad al diseño del jardín, además de que tapan rápidamente (de dos a tres años) las vistas feas, y nos brindan intimidad”, detalla la paisajista, y da como ejemplo al ilex.
Muros y paredes
“Con el color es posible lograr un impacto visual que genera sensaciones de alegría, placer, luminosidad, tranquilidad, además de que agrandan o achican espacios, entre otras cosas”, apunta Vidal Bazterrica. Para lograr esto, y así lograr esconder aquellas vistas menos agraciadas, debemos trabajarlos con relieves como fósiles, agua, piedras, luces y elementos arquitectónicos. “Son otra alternativa para engañar al ojo”.
Efectos de luz y sombra
Lo cierto es que algunas veces no necesitamos tapar totalmente la vista, sólo distraerla un poco. Es aquí cuando podemos trabajar con “efectos con palos, arbustos o árboles colocados de forma estratégica (mirando hacia el oeste)”, apunta la especialista, y agrega: “Así lograremos que los rayos del sol los atraviesen, creando dibujos sobre el piso o una pared; en estos casos un elemento para utilizar puede ser el mimbre”.
Treillage
Para ocultar un tender, candil, bicicletas, motos, sillas y demás elementos de mantenimiento del jardín y la pileta, la experta recomienda un mix de “madera, troncos pelados, pajas bravas o alambre galvanizado”. Son ideales para cubrir las vistas y para acompañar un diseño, además de ser funcionales.
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