
Además de darnos huevos frescos, las gallinas nos traen muchos beneficios ya que son “jardineras” por naturaleza. Te contamos por qué no podés dejar de sumarlas a tu jardín.
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Mauricio Mendez tenía 10 años cuando vio que unos amigos vecinos tenían gallinas como mascotas y se fascinó. Gracias a su entusiasmo, sus padres le regalaron una caja con siete pollitos. Con poco conocimiento y mucho amor empezó su historia, que hoy es parte de su emprendimiento.

Aquella primera camada era de pollitos que en siete meses se convirtieron en gallos Bataraz y su emprendimiento de llama Gallinas de Raza. Eso sí: él aclara que es necesario encarar esta crianza con “seriedad y responsabilidad”. Lo que surgió fue así un ecosistema de armonía entre personas, animales y plantas.

Entre sus anécdotas está aquella cuando, siendo novato, dejó una gallina con 6 gallos y tuvo que sacarla porque la perseguían por todo el gallinero, así como la emoción de ver los primeros huevos y esperar con ansias que la gallina se enclueque para tener pollitos.

Muchas personas que trabajan en los campos dejan a las gallinas rascar el suelo antes de plantar, porque así limpian de hierbas y plagas.

¿Cuál elegir?
“Cada raza de gallina tiene características especiales", detalla Mauricio. “Algunas son excelentes para poner muchos huevos pero no son grandes ni tienen mucha carne. Otras son perfectas para producir carne, pero no ponen muchos huevos. También están las que ponen huevos de colores. Y algunas son ‘doble propósito’, es decir, ponen huevos y dan carne, pero no son las mejores en ninguna de las dos cosas”. Así, cuando elijas la raza de gallinas para tu corral, es importante que pienses bien qué querés.

“Tener muchas gallinas diferentes no es malo, pero si no planeas bien, podrías terminar gastando más dinero de lo que pensabas y no obtener lo que querías.”
“Las gallinas, en general, son muy adaptables, pero siempre se desarrollarán mejor en un clima similar al de su lugar de origen. Por ejemplo, una gallina Mapuche probablemente se adapte mejor al clima de donde se originó”, detalla Mauricio. Y agrega que las razas puras pueden ser más vulnerables a enfermedades y parásitos debido a su menor diversidad genética.
Entre las gallinas más destacadas están:
- Sedosa del Japón: Esta gallina es pequeña y tiene plumas que parecen pelo, lo que le da un aspecto único. No ponen muchos huevos son excelentes madres y se utilizan frecuentemente como gallinas nodrizas. Tienen la piel negra, lo que le da a su carne un aspecto exótico y diferente.
- Araucana o Mapuche: Originaria de Sudamérica, cumple un rol crucial dentro del acervo genético, histórico y cultural de muchos avicultores familiares , campesinos e indígenas del territorio sudamericano en general, y del argentino y chileno. Incluye las Kollonca, Ketro, kollonca con aretes y el criolla mapuche según el Primer prototipo de Estándar de perfeccionamiento racial para la gallina mapuche en la Argentina.
- Copper Maran o Marans: Es famosa por sus huevos de un color marrón-chocolate intenso, muy atractivo. Se usa a menudo para cruces con otras razas que ponen huevos azules para obtener descendencia que ponga huevos verdes con un color más intenso.

- Cochinchina: Es conocida por su cuerpo profundo y apariencia robusta. Estas gallinas tienen un pecho bajo y un cuerpo que parece inclinarse hacia adelante. La forma de todas sus secciones es redondeada, sin superficies planas o cóncavas, lo que contribuye a su apariencia sólida.
- Langshan: Fue importada a Inglaterra en 1872 desde el distrito de Langshan en China. Se distingue por su cuerpo profundo, pecho redondeado y finura de hueso en relación con su tamaño. El gallo Langshan desarrolla plumas de cola muy largas, con hoces que pueden alcanzar entre 40 y 42 cm de longitud.
- Brahma: Es una gallina con un origen fascinante de India, y se obtuvo a través del cruce de las razas Cochinchina y Malaya. Originalmente, fue conocida como Grey Chittagongs. Sólida y compacta, su plumaje es firme y compacto. Tiene cabeza imponente y cresta triple, con ojos que dan una impresión feroz y profunda.

Por qué las gallinas son fabulosas para el jardín
1- Comen insectos. Las gallinas devoran saltamontes, larvas y orugas, y de esta manera pueden controlar plagas que dañan a los cultivos.
2- Preparan el suelo. Las gallinas tienen un hábito que es rascar el suelo con sus patas, para buscar comida. Esto es de gran utilidad en las huertas.
3- Fertilizan. Los excrementos de las gallinas hacen que el suelo sea más fértil. Es un excelente abono. Si bien hay que tener cuidado porque, al ser ricas en nitrógeno, no son ideales para aplicar directamente en las plantas. Pero sí son perfectas para compost.

4- Realizan compost. “Si organizás bien tu gallinero, podés hacer compost ahí”, cuenta Mauricio. “Ellas te ayudan a mezclarlo y con sus heces añaden nitrógeno. Además, como se comen los insectos y semillas que crecen en el compost, evitan que se conviertan en plagas o malas hierbas en tu jardín.
5- Incuban huevos. Lo cierto es que, además de todo, “las gallinas son buenas madres y, cuando están cluecas, es decir, cuando cuidan sus huevos, son más tranquilas que otras aves, por lo que a menudo se usan para incubar huevos de otras especies”, agrega el experto.

6- Son mascotas muy simpáticas y amigables.
En primera persona
En pandemia, Carolina Medina se mudó con su familia a su casa de fin de semana. “Unos vecinos nos regalaron un gallo y dos gallinas, porque mi hijo Salvador quería tener un gallinero y que tengamos nuestros propios huevos”, recuerda ella hoy. “Todos desayunamos huevos a la mañana, ¡así que nos vino bárbaro!”
Hoy en día ya cuentan con 20 gallinas y dos gallos. “Son razas Wyandotte en su mayoría, Sussex, Rhode island y Pinta española. Los gallos son uno pinto español y un Wyandotte, así que empiezan a salir pollitos mezcla también, salvo cuando separamos unos días a los gallos con las gallinas de la misma raza”, explica Carolina, que con el tiempo fue averiguando e interiorizándose sobre las gallinas y razas.

Sobre los cuidados, detalla: “Agua limpia y comida siempre disponible. Soltarlas varios días a la semana para que coman pasto y bichitos. Ellas solas, a la noche se meten solas nuevamente. También una limpieza semanal del gallinero. De comer, les damos también las sobras de frutas y verduras de la casa, y conviven perfecto con cuatro perros”.
Carolina recomienda a todos los que dudan que se animen. “En lugares acotados tampoco necesitás tener un gallo, con un par de gallinas tenés huevos frescos, reducción de desperdicio y una mascota muy simpática y amigable”, asegura.
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