Es momento de preparar el césped para prolongar su vida en el invierno y fortalecerlo para que vuelva a crecer fuerte la próxima primavera.
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En esta época, para conservar el césped sano incluso en los meses fríos, es importante que guarde la mayor cantidad de reservas posibles, porque ellas forman el tejido del césped que es el que le brinda resistencia a los pisoteos.
Las primeras heladas son las que darán la orden de pausar el crecimiento y entrar en dormancia al césped, que permanecerá inactivo en el invierno. No habrá crecimiento ni brotación de hojas.
Cómo proteger el césped
1. Aireación
La aireación se realiza con una máquina manual o a motor. Al pasarla por el suelo compactado, se incorpora aire en el perfil, aireando también las raíces y cada plántula que compone el césped.
Se recomienda realizar esta práctica alejada de las precipitaciones, con buena saturación de humedad en el suelo, pero evitando encharcamiento para que la máquina pueda trabajar mejor y no queden atoradas las púas.
La aireación tiene múltiples beneficios para el césped, entre ellas baja considerablemente la incidencia de enfermedades y plagas.
2. Corte vertical
Se realiza con una máquina de cuchillas paralelas afiladas, como una cortadora de césped tradicional a motor, que tiene como característica principal realizar el corte del césped de manera vertical.
Tiene muchas cuchillas, perpendiculares al suelo, provocando el corte del tramado del césped, de los estolones largos en innumerables pedacitos de gajos, que van a entrar en dormancia en el invierno con la mayor cantidad de reservas.
3. Fertilización con fósforo
A los fertilizantes con mayor porcentaje de fósforo se los conoce también como arrancadores o “starters”. Son los que van a promover el crecimiento de las raíces.
4. Dressing “vistiendo” el suelo
El dressing consiste en colocar una fina y uniforme capa de arena gruesa (arena de río) esparcida simplemente al voleo para aumentar la permeabilidad del suelo.
Se usa arena porque tiene dos características muy importantes a la hora de trabajar en el césped: viene libre de semillas de malezas y no se compacta ni se comprime, mantiene siempre su estructura.
Después de estos cuatro preparativos, el suelo está listo para la resiembra de otoño.
Especialista consultada: ING. AGR. ANABEL DIDLAUKIS
LA NACION