Cómo reconocer las claves de la escuela tradicional japonesa que venera la belleza de estos árboles que son como esculturas
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Un bonsái es una planta en una escala diferente y que está modelado para evocar una figura natural.
Se trata de un arte japonés que valora la belleza sutil de este árbol que se mantiene pequeño porque le damos forma, podamos el tronco, y cortamos las hojas y las raíces cada cierto tiempo, según la especie.
El bonsái tiene un frente visual, y la escuela tradicional japonesa de diseño se basa en una serie de conceptos que deben considerarse para conseguir la perfección estética:
- Conicidad del tronco: siempre será más ancho en la base que en la parte superior.
- Triangulación: el conjunto de las ramas y las hojas debe tener un perfil triangular desde el frente, pero también lateralmente e incluso cuando se lo ve desde arriba. Esta forma se mantiene inclusive en composiciones de varios árboles, donde cada uno debe tener su propia triangularidad, y todas en conjunto deben conservar este perfil.
- Ramas: deben estar situadas en la parte exterior de las curvas del tronco, de forma alterna (se debe evitar que dos ramas salgan del mismo punto), y las más gruesas deben estar más cerca del suelo que las ubicadas más arriba del tronco. La distancia entre ramas también disminuye conforme se asciende por el tronco. Lo que se busca con el diseño del bonsái es que el árbol aparente mayor vejez de la que tiene realmente. Así, el ápice, “la parte más alta del árbol”, suele ser redondeado, como en los árboles muy maduros. También se busca que las raíces formen un sistema radicular visible en la zona más cercana al tronco (nebari).
Qué especie elegir para cultivar
En general, cualquier especie arbórea o arbustiva puede ser cultivada como bonsái, pero las más apreciadas por los aficionados son aquellas que poseen las hojas pequeñas de forma natural y, además, son resistentes al cultivo en maceta.
El árbol tiene que estar en consonancia con la maceta. A determinadas especies o estilos les corresponden normalmente determinados tipos de macetas.
Por ejemplo, a una conífera le corresponderá por lo general una maceta sin esmaltar, y a una especie caduca le corresponderá una maceta esmaltada, ya que los cambios de coloración según la época permiten combinar los tonos del follaje con los de la maceta.
Para darle forma al bonsái, el especialista utiliza la imaginación y rememora formas que ha observado en la naturaleza.
Las herramientas que se usan para modelar la planta son la poda y el alambrado.