Lejos de las cámaras, la heredera del conductor mantiene un perfil bajo mientras lleva adelante su sueño. “Siempre le agradezco a papá haber cuidado nuestra privacidad”, dice
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Si bien Iara Weich (31) confiesa entre risas no sentirse cómoda cuando le sacan fotos, se anima a salir de su zona de confort. Desde 2016 hasta hace poco, trabajó en Conciencia –la marca social creada por su papá, Julián Weich (56)– y ahora decidió dar vuelta la página y apostar por su primer emprendimiento propio: Búnker, una tienda de moda circular que lleva adelante junto a su socia Julieta Alalu en Palermo.
–¿Te costó mucho tomar la decisión?
–Un poco sí. Creo que el mayor desafío de emprender es salir de esa zona que da tantas seguridades, pero que al mismo tiempo no te permite seguir creciendo. Para mí fue un momento disruptivo en mi vida porque tuve que decidir dejar la comodidad y lanzarme a lo desconocido. La realidad es que te la jugás sin saber cómo te va a ir.
–¿Siempre quisiste tener tu propia marca?
–La verdad es que nunca me lo había imaginado. [Se ríe]. En realidad, cuando salí del colegio hice el CBC para estudiar Medicina… Imaginate lo perdida que estaba. Después comencé a estudiar Administración de Empresas, mientras trabajaba en producción de televisión. También laburé en una agencia de publicidad y en una empresa de gerenciamiento de hoteles. En cada uno de esos trabajos aprendí y creo que en parte me permitieron estar donde estoy hoy.
–¿Qué te dijo tu familia?
–Mi viejo me alentó a cambiar porque sabía que yo ya no brillaba en donde estaba. En ese sentido, mis papás siempre me incentivaron a que fuera feliz, incluso cuando no sabía qué era lo que me hacía feliz. Me empujaban a hacer mi propia búsqueda, a que con tiempo encontrara mi camino. Eso sí, aunque estuviera perdida, igual tenía que trabajar. En mi familia nunca existió eso de quedarse en casa todo el día sin hacer nada.
–¿Cómo nació la idea de la campaña “Segundas oportunidades”, donde a través de las redes sociales cuentan distintas historias de vida que tuvieron su revancha?
–Quisimos intentar transmitir nuestros valores...Ir más allá del negocio de venta de ropa e instalar ese mensaje que nos enseñaron un poco en nuestras casas: ser amable con el otro, tener empatía, decir buenos días, por favor y gracias, nunca dejar de agradecer las cosas, lo que tenemos, lo que vivimos. Creo que las redes sociales sí pueden generar cambios. Aunque sea un cambio chiquito, es y eso es aportar algo a tu vida.
–¿Qué aprendiste de tu papá?
–Hay una frase que él dice siempre y es: “Los problemas son de salud...”, y me encanta porque si la decís en voz alta todo toma otra perspectiva y ya no te embarrás en giladas.
–¿Fantaseaste en algún momento con ser actriz?
–No. Nunca se me ocurrió y por eso le agradezco a papá haber cuidado nuestra privacidad. Jamás me expuso frente a una cámara de televisión ni me obligó a hacer fotos. Y por su decisión, yo tuve una vida muy normal.
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