A un año y medio de un trasplante hepático, revela cómo es el vínculo con sus mascotas y su costado más espiritual
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Son las ocho de la noche en el predio de la Agrupación Tradicional Argentina El Lazo, en Beccar. Y a pesar de los 38 grados de sensación térmica, Soledad Aquino (60) no falta a su cita diaria con su caballo mestizo. “En los papeles se llama Toscano Orosman, pero yo le digo Moro. Lo tengo hace veinte años y es como un tercer hijo. [Se ríe]. No sabés lo que lo extrañé todo ese tiempo que estuve en la clínica”, dice haciendo referencia a los nueve meses de internación y rehabilitación que debió atravesar en 2021 tras recibir un trasplante hepático.
–¿Cómo estás de salud?
–Muy bien. Tengo que tomar remedios inmunosupresores de por vida para que el cuerpo no rechace el hígado trasplantado. Llevo una vida prácticamente normal. Como sano, pero siempre fui así. Me hago hamburguesas de soja y de arroz yamaní, como frutas, verduras y cuando voy a la casa de mis hijas, que también comen sano, no descontrolo. También voy al gimnasio del edificio y hago 300 abdominales por día. Me los banco… Quiero cuidarme, tengo 60. La idea es mantener una cierta rutina. Eso sí, puedo faltar a pilates, pero nunca dejo de visitar a Moro. [Se ríe].
–¿Cómo llegó a tu vida?
–Después de que se murió mi último caballo, Gitano, ya no quería saber nada con tener otro. Pero un amigo me llamó para decirme que el dueño de un mestizo criollo ya no lo quería tener. Lo fui a ver y cuando nos miramos, te juro que tenía la cara de Gitano. Le dije al dueño: “Este caballo tiene que ser mío”. En ese momento no tenía un mango, así que fui a casa y saqué un anillo espectacular de oro que me había regalado Marcelo [Tinelli] con las iniciales “S.T.” [Soledad Tinelli]. Yo ya no era más Tinelli, así que lo vendí y compré a Moro.
"Mis amigas me llaman cuando sienten que sus casas tienen mala energía. Soy la bruja Sole. Tengo una caja ‘mágica’ gigante donde guardo olivos, sándalos, agua de rosa, inciensos chamánicos… hasta hice un curso y me dieron diploma que me acredita como guerrera de la luz "
–Sos una apasionada por los animales. ¿Qué mascotas tenés en tu casa?
–He llegado a tener cinco perros porque también cuidaba a los de mis hijas. Ahora tengo tres, dos de Cande y uno mío. También tengo un gato y a Paco, el loro que habla, que es un espectáculo. Todas las mañanas cuando me levanto, él me saluda y me dice “Hola, mi amor”. [Se ríe]. Así que imaginate, ¡tengo la estima muy alta! Le encanta bailar “La Bamba” y algunos temas de Coti. Tiene 20 años, pero me dijeron que viven como 100, así que seguro lo hereden mis nietos.
–¿También tuviste una nutria?
–Sí, pero la atacó un perro. Y también tuve un hurón. Hace poco rescaté por un par de días a una ovejita que estaba muy flaca, no tenía fuerza para caminar y prenderse de la madre, así que me la llevé unos días a casa para que ganara peso. Fui al supermercado, compré sémola y leche entera y le di tres mamaderas. A los pocos días, como estaba diez puntos, la llevé de nuevo con su mamá. Es increíble, pero cuidar animales me alegra el alma. Creo que tengo una cosa kármica con ellos.
–¿Creés en las energías?
–Sí, soy una mujer espiritual. Cada tanto hago meditación, que me relaja, y voy a limpiar casas con incienso y palo santo. Tengo una caja “mágica” gigante donde guardo olivo, sándalo, agua de rosa, inciensos chamánicos… Mis amigas se ríen, pero después me llaman cuando sienten que sus casas tienen mala energía. Soy la bruja Sole. A Micaela le limpié toda su casa de Tijuana. Tengo hasta un diploma que me dieron después de hacer un curso.
–¿Diploma de qué?
–Que me acredita como guerrera de la luz. Comparto mi energía con quien la necesite. A Moro lo bendigo todas las noches y creo que sigue vivo por la cantidad de energía que le mando.
"A Moro lo compré cuando murió mi anterior caballo. No tenía mucha plata, así que vendí un espectacular anillo de oro que me había regalado Marcelo"
–¿Y el flamenco, tu otra gran pasión, qué lugar ocupa hoy?
–Todavía no tengo muy claro qué voy a hacer. No creo que siga, porque todas las chicas con las que había organizado los talleres antes de la pandemia están en otra cosa o con otras ocupaciones. Así que tendría que definir eso más o menos rápido, porque necesito generar ingresos. Marcelo y mis hijas me ayudan con algo, pero no quiero que sea así. Me siento muy mal por no tener plata. En algún momento surgió la posibilidad de participar con Cande en Cantando por un sueño, pero justo ella tenía que viajar a España y no se pudo concretar. Así que por ahora todo es medio incierto. Sé que algo va a surgir. Soy muy querida, honesta, inteligente y laburadora, por eso tengo fe en que me va a llegar una oportunidad.
–¿Te gustaría volver a enamorarte?
–Me encantaría estar con alguien, pero no se da. Tampoco estoy para salir con un pendex. Mis amigas me bajaron Tinder y duré una semana. Me aburrían las charlas de los hombres. Ya se va a dar, yo sé que sí. Me lo merezco.
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