Entre rumores de romance con Charlotte Caniggia, el cantante de Turf, que se luce en MasterChef Celebrity, habla del amor, la infidelidad y las drogas
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En la casa de Joaquín Levinton (46) cada objeto tiene su lugar preciso: sus guitarras y discos, su colección de anteojos de sol y sombreros –dispuestos en distintos ambientes– y algunos de sus atesorados libros (entre ellos, uno del Club Atlético River Plate, su gran pasión; una edición del Martín Fierro de 1973 con tapa de madera laqueada; Los cuentos de los hermanos Grimm y Eternidad, un libro que escribió su abuela, Luisa Levinton). Su prolijidad desentona con el imaginario popular de un rockstar y el músico lo sabe. “Siempre fui muy ordenado, no tengo el perfil del rockero reventado”, confiesa, mientras ofrece una recorrida por su PH reciclado en el barrio de Almagro, en el que vive desde hace veinte años. Su perra Raquel –fiel compañera durante los últimos doce años– le sigue el paso hasta que llegamos a la cocina. El cantante de Turf ofrece algo para tomar. “Lo que quieras: gaseosa, agua, jugo, café o té”, invita, y muestra con orgullo su nueva batería de ollas de cocina, que le regalaron tras su comentado debut en MasterChef Celebrity, en el que presentó como plato “un pescadito” al que bautizó Raúl ante la pregunta de Germán Martitegui, que quiso saber el nombre del tipo de pescado que había cocinado. “Lo dije con un poco de miedo, porque al principio no sabía cuán duro era el jurado y después me di cuenta de que son unos copados. Es un programa muy divertido y lúdico”, advierte y se dispone a la charla con ¡HOLA! Argentina en su living.
–¿Qué te llevó a aceptar la propuesta?
–Siempre me fascinaron los estudios de televisión. Para mí es un micromundo de fantasía. Dicen “acción” y de golpe estás en otro planeta. Nunca me voy a olvidar de cuando iba a tocar a la tele en la época de ATC… ¡Hasta tengo guardada una foto con [Juan Alberto] Badía! Además, me encanta el humor. Soy fanático de Benny Hill, Alberto Olmedo, Mel Brooks y de las películas como Top Secret! o El Superagente 86. Por eso, cuando llegó la propuesta, ¡no lo dudé ni por un minuto! Formar parte de un show de tevé es lo más divertido que me podía pasar.
–¿Sabías cocinar?
–No. Bah, lo básico, sí: milanesas, un bife con papas fritas. No soy de salir mucho a comer afuera y me cocino para mí todos los días, pero platos simples, aunque a veces me da fiaca porque estoy soltero y es más lindo cocinar para compartir.
–¿Qué plato prepararías para una cita?
–Me sale muy bien la carne al horno con verduras salteadas. Lo mío es bastante amateur, pero de a poco empiezo a manejar mejor las especias y ahora saboreo y critico más los platos.
–¿Cómo te llevás con la exposición que trae tu participación en el programa?
–¡Es fabuloso! Me convertí en el ídolo de los chicos y de las señoras. Soy como Sandro y tengo mis chicas. Es muy linda la repercusión del programa. La gente me para por la calle y me pregunta si soy “el del pescado Raúl”. Evidentemente divierto a la gente y es algo que me sale naturalmente. Por eso los productores del programa siempre me dicen que sea yo mismo y que haga lo que se me cante. Además, venimos de un momento feo con la pandemia. Muchos la pasaron mal y muchos la siguen pasando mal, por eso cada sonrisa es muy valorada.
–Esta popularidad te encuentra parado en un lugar muy distinto al de la época en la que noviabas con Celeste Cid, en 2009.
–Yo ahí también estaba bien y disfrutando mucho de mi vida. Son distintos momentos. Además, si estás en pareja con alguien muy famoso vas a tener ese tipo de problemas.
–¿Qué recuerdos tenés de tu noviazgo con Celeste?
–Le guardo mucho cariño, es divina, una persona genial.
“NAVEGUÉ EN AGUAS TURBIAS Y SALÍ ILESO”
–¿Cómo fue tu relación con las drogas y los excesos a lo largo del tiempo?
–Los excesos fueron disminuyendo en mi vida. Igual nunca me interesó estar mal o sufrir, y en la época del rock & roll me divertí mucho. No se lo aconsejaría a nadie, porque cada uno tiene que vivir su experiencia.
–¿Alguna vez sentiste que habías perdido el control?
–No. Navegué en aguas turbias y salí ileso. Tuve control dentro del caos. Por ahí hubo épocas en las que estaba más desorganizado y era un poco impuntual, pero nunca falté o llegué tarde a un concierto. Jamás retrasé un show. Además, soy muy familiero y no me permitiría hacer sufrir a los que quiero.
–¿Tu familia se preocupaba por vos?
–Sí, pero siempre me brindaron contención. Fue una etapa de mi vida que quedó en el pasado, uno crece y las cosas van cambiando. Mi camino recorrido me dejó aprendizajes y, sobre todo, muchas canciones, porque nunca paré de laburar y editar discos.
“ME ENCANTA ESTAR DE NOVIO, NO ME GUSTA LA SOLEDAD”
Aunque recientemente surgieron rumores de romance con Charlotte Caniggia –que también participa en Masterchef Celebrity– Joaquín asegura que está soltero.
–¿Es difícil conciliar una relación de pareja con tu carrera de músico?
–Para mí no, pero tal vez es más complicado para la otra persona, porque cuando uno se va de gira está en el imaginario colectivo que estás con minas todo el tiempo, y lo puedo entender.
–¿Pero vos sos fiel?
–Nadie es fiel. ¡Eso es de otra época! No digo que la infidelidad sea copada, pero es algo humano.
–¿Qué buscás en una pareja?
–Me encanta estar de novio, no me gusta la soledad. Me encanta compartir el hogar, comer juntos, ver películas y series en el sillón, salir al cine y comer pochoclo, viajar… Todo es lindo en pareja y te permite desarrollar cosas copadas siempre y cuando no te prive de la libertad.
–¿Cuáles son tus armas de seducción?
–La mirada Magnum (como la que hace Ben Stiller en la película Zoolander). Voy a parecer re careta, pero soy muy caballero y me gusta ser amable. No soy del tipo de hombres lanzados. En el amor soy un poco tímido.
–¿Te gustaría formar una familia?
–Me encantaría tener hijos y formar una familia. Es algo a lo que le doy mucho valor. Aunque no me crean, soy tan familiero que parezco Michael Landon de La familia Ingalls. Todas las semanas voy a comer un día a lo de mi vieja y otro día a lo de mi viejo y estoy todo el tiempo con mis hermanos –Ezequiel (29) y Micaela (26), a la que le dicen Blue–. Los dos, hijos de papá de un segundo matrimonio, también son músicos. En la cuarentena, como mi viejo está mayor, me los mandaron a vivir a casa.
–¿Qué tal fue esa cuarentena entre hermanos?
–¡Una pijamada eterna! Volvimos a ser como niños, mirando series entre montañas de tutucas. Mi cuarentena fue muy divertida. Compadezco mucho a la gente que la pasó mal.
–¿En algún punto la pandemia te llevó a la reflexión?
–Me hizo darles más valor a las cosas. Creo que a todos nos pasó esto de sentir un renacer, revalorizar lo que tal vez dábamos por hecho. Aproveché el tiempo para arreglar y reparar algunas cosas de casa. Me doy maña… Tengo dos cajas de herramientas y soluciono cualquier tipo de problema eléctrico. También pinté las paredes. Y disfruté de no tocar. Con Turf ya hicimos dos mil shows y la entrega en el escenario es muy grande. Te vinculás con muchas energías, es cansador y terminás de cama. Aunque creo que cocinar es peor. [Se ríe]. Pero no piensen que abandoné el rock por la cocina... Sigo siendo un rockero.
–¿Nunca pensaste en seguir otro camino?
–No. Cuando empecé a tocar lo hice de una manera muy profesional y nos fue muy bien con Turf; ocupamos un lugar que estaba vacío. Hoy veo a la banda en su mejor momento. Después de estar un tiempo separados (de 2007 a 2015) nos reconstruimos y en esa reconstrucción nos dimos cuenta de lo que tenemos y lo que nos faltó. Ahora estamos terminando nuevos temas, a punto de lanzar un próximo disco, ultimando detalles de nuestra gira por Latinoamérica que comenzará a mediados del año que viene y cerrando una serie con Netflix. Además, tengo una banda con mi hermana Blue que se llama The Swingvergüenzas. La música me trae muchas satisfacciones, es un vehículo que me permite tener una conexión muy franca, personal y cálida con la gente.
–Tras tu paso por el reality de cocina, ¿te gustaría seguir en la tele?
–¡Me encantaría! Quiero tener mi propio programa de televisión y ser el host.
Agradecimientos: Solo Urbano, AY Not Dead, Panizza Hats, Terrible Enfant y Sol Caniesvsky
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