La actriz, bailarina y directora teatral cordobesa nos recibe en su departamento de Palermo en una charla sobre amor y trabajo
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A principios de abril, Nicolás Cabré (44) confirmó su noviazgo con Rocío Pardo (29), con quien se lo había visto un mes atrás en Villa Carlos Paz durante la temporada teatral de verano. La relación entre ellos avanzó a paso firme, apostaron a la convivencia y hoy hasta fantasean con la idea de casarse, según cuenta por primera vez la cordobesa Rocío –actriz, bailarina y directora teatral– en diálogo con ¡HOLA! Argentina en la intimidad del departamento que alquila en el barrio de Palermo, donde pasa los fines de semana junto al actor, ya que de lunes a viernes conviven en la casa que él tiene en Pilar.
–¿Cómo se conocieron?
–Nos cruzamos por primera vez en un evento y ahí surgió todo.
–Decinos algo más. ¿Ahí empezaron a intercambiar mensajes por teléfono, por ejemplo?
–¡Tampoco voy a contar tantos detalles! [Se ríe tímidamente].
–La relación entre vos y Nico se conoció por una foto de ustedes dos comiendo juntos. ¿Cómo te sentiste cuando se filtró esa imagen?
–La verdad es que me lo tomé bien porque no evitamos que eso pasara: íbamos a comer, paseábamos juntos de la mano... Lo tomamos con mucha tranquilidad porque estábamos seguros de lo que sentíamos y no seguimos un manual de cómo tienen que ser las cosas. Vivimos la relación a nuestra manera.
–¿O sea que viven la relación con mucha intensidad?
–Ciento por ciento. En nuestra relación vamos muy rápido. Somos muy compañeros y nos cuesta despegarnos aunque cada uno tenga sus compromisos. Creo que hoy priorizamos la compañía del otro y estamos construyendo algo supersano, que es lo más lindo.
–Nico es muy reservado, ¿cómo te llevás vos con la exposición mediática?
–Sabemos lo que queremos y lo que no, entonces la construcción de la pareja se basa en priorizar el bienestar de los dos, de la familia que estamos construyendo, y no damos lugar a cositas que quizás nos puedan afectar. Por ahí sí me pasa mucho que los demás digan “mirá lo que él hizo antes”, y yo creo que cada relación es un mundo. Yo tampoco soy la misma que fui hace unos años con otra pareja.
–¿Qué tipo de cosas les gusta hacer juntos?
–Nuestros planes son muy caseros: pedimos comida y miramos una película; también amamos ir al cine. Somos sencillos, nos gusta estar en casa y no tomamos alcohol. Hace poco, Nico logró lo que nadie pudo. Yo no soy de ir al gimnasio ni hacer ejercicio, y con la excusa de querer compartir cosas empecé a correr con él y participé por primera vez de una carrera. ¡Me llevó a comer un lomito como recompensa! Tenemos una linda convivencia, nos adaptamos al estilo de vida de cada uno y tratamos de estar juntos todos los días, es la prioridad.
–¿Son de hacerse regalos?
–Nico es un amor, es extremadamente atento y no deja de sorprenderme todos los días. Nos hace mantener un juego de conquista diario, está en todos los detalles y hace que yo también sea así porque quiero estar a la altura. Es una persona incondicional que me potencia a ser mejor todos los días.
–¿En algún momento te planteaste la diferencia de edad como un inconveniente?
–Creo que la edad pasó a un segundo plano el día que nos conocimos y vimos la manera de pensar del otro. Somos muy parecidos, tenemos proyectos de vida y planes muy parecidos, entonces creo que la edad no deja de ser un número. No lo siento como algo que me pese.
–De Rufina, la hija de Nico con la China Suárez, dijiste que preferís no hablar…
–No, es chica, pienso en mis hermanos que también son menores y no me gusta hablar de eso. Sólo voy a decir que hoy formamos una familia juntos, es lo que nos proponemos y estamos construyendo.
–¿Te gustaría casarte?
–Hasta hace poco te decía que ni loca, pero cuando te ponés en pareja empezás a proyectar y a tener estas ideas: “¿Qué pasaría si nos casamos?”. Creo que sería divertido, nos gustaría, supongo que sí.
–¿Tenés alguna definición respecto a la maternidad, más allá de tu relación actual?
–Por el momento no siento el deseo de ser mamá, estoy disfrutando de otras cosas y tampoco sé si más adelante voy a querer. Amo a los niños, pero desde muy chiquita, a diferencia de otras amigas, observaba que todas tenían ese deseo de ser madre y a mí no me pasaba. Quizás no me pase nunca y transite la vida compartiendo con la hija de mi pareja o con mis hermanos más chicos, o quizás en unos años cambie de opinión.
UNA ARTISTA COMPLETA
Hija del productor teatral Miguel Pardo, Rocío siempre buscó forjar su propio camino en la escena artística. Además de su trabajo como actriz y directora de teatro, participó en Showmatch, en la serie juvenil de Netflix Go! Vive a tu manera, el unitario El maestro y la novela Cien días para enamorarse. “Siempre tiré un poco más para el lado de la danza, pero hace dos años me estoy dedicando por completo a la actuación y a la dirección”, explica, y cuenta entusiasmada que en junio se estrena su primera película, Romina Smile, donde trabajó con Martina Gusmán.
–¿Cómo surgió tu vocación artística?
–Era muy hiperactiva y a mis 3 años mis papás decidieron mandarme a ballet para ver si me calmaba un poco. Fui bailarina hasta los 18 años, en ese momento tenía un papel importante en una compañía de ballet en Brasil y me di cuenta de que no era lo que realmente me apasionaba.
–¿Cómo seguiste?
–Volví a la Argentina y después me fui a Nueva York y a Madrid a una compañía de danza contemporánea. Soy muy independiente, me gusta estar en un lugar donde siento que empiezo de cero y que todo lo que voy logrando es producto de mi esfuerzo, y la satisfacción es más grande porque el terreno es desconocido. A esa edad lo tomaba como un desafío más grande. Hoy, si bien recién vuelvo de vivir dos años en España, siento que Argentina es mi lugar en el mundo.
–Hablás del producto de tu esfuerzo. ¿Tiene que ver con no querer ser encasillada como “la hija de…”?
–La primera obra que hice arriba del escenario fue Stravaganza, una producción de mi papá. Después trabajé en muchas obras que no eran producciones suyas porque quería despegarme de él y demostrar que podía ganarme mi lugar. De todas formas, arranqué limpiando los baños del teatro. Mi papá me decía: “Es importante saber hacer todo y ganarse el lugar”. No es que por ser su hija iba a tener un rol que no merecía. También hice pochoclos, atendí el kiosco, fui acomodadora, aprendí a manejar luces, sonido y, por último, me subí al escenario. Hoy agradezco haber tenido esa enseñanza.
Producción: Paola Reyes Andaur
Maquillaje y peinado: Joaquina Espínola
Agradecimientos: Melocotón y Mishka
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