Después de dos semanas dedicado al cuidado de su mujer, que se recupera de una operación abdominal, el heredero al trono vuelve al trabajo y se convierte en una ayuda clave para Carlos III
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Son días movilizantes para los Windsor. Ante el anuncio de que Carlos III tiene cáncer, cada cual deberá mostrar su versión más comprometida para acompañar a Su Majestad y estar a la altura de las circunstancias. Y eso corre, especialmente, para William, el príncipe heredero, que también viene de momentos duros en lo personal. Su mujer, Kate, fue operada del abdomen a mediados del mes pasado, estuvo catorce días internada y aún se está recuperando en su casa, sin posibilidades de volver a sus compromisos oficiales hasta después de Semana Santa. Las razones de esta inervención aún son un misterio.
Para acompañarla y sostener también a sus hijos -George, Charlotte y Louis-, William bloqueó su agenda durante dos semanas. Y hoy, ante el nuevo frente que se impuso, retomó su agenda. Por la mañana, en el castillo de Windsor, condecoró a un grupo de ciudadanos por su contribución a la sociedad, una ceremonia que en otras circunstancias hubiera presidido su padre. Casi un mes sin verlo en público -el heredero no participaba en un acto institucional desde el 11 de enero-, sirvió para observar lo desmejorado que está. Las preocupaciones le están pasando factura y eso se nota en su físico. Si bien siempre fue esbelto, tiene los pómulos y los huesos de la cara más marcados, así como también la nuez de Adán y los omoplatos, que le sobresalían del saco de su uniforme militar.
CRONOLOGÍA DE LOS HECHOS
El Palacio de Buckingham sacudió al mundo entero el pasado lunes, cuando anunció a través de un comunicado que Carlos III tiene cáncer. La noticia se dio apenas diez días después de que Su Majestad superara una operación de próstata. “Durante el reciente procedimiento hospitalario del Rey por un agrandamiento benigno de la próstata, se observó otro tema de preocupación. Las pruebas de diagnóstico posteriores identificaron una forma de cáncer”, contaban, para dar un giro absoluto en materia de comunicación con la intención de detener las especulaciones y concientizar a la población sobre la importancia de hacerse chequeos anualmente.
“Su Majestad ha comenzado hoy un programa de tratamientos regulares, tiempo durante el cual los médicos le han aconsejado que posponga sus tareas de cara al público. Durante todo este período, Su Majestad continuará realizando los asuntos de Estado y trámites oficiales con normalidad”, agrega el comunicado, antes de concluir que el monarca “se mantiene completamente positivo sobre su tratamiento y espera volver a las funciones públicas lo más pronto posible”.
TODOS CON CARLOS, INCLUIDO HARRY
Carlos ya está recibiendo tratamiento ambulatorio y para eso se instaló en Clarence House, su residencia londinense. Él mismo les dio la noticia a sus hermanos, los príncipes Ana, Andrés y Eduardo; y a sus hijos William y Harry. La charla con su hijo menor –que en 2020 abandonó sus deberes reales, se mudó a Estados Unidos y desde entonces mantiene una tensa relación con parte de la familia– tuvo un efecto positivo: el martes a la mañana el duque de Sussex aterrizó en Heathrow en un vuelo de British Airways para estar a su lado. Su mujer, la actriz Meghan Markle y sus hijos, Archie y Lilibet, quedaron en su casa de Montecito, California.
Padre e hijo se reunieron durante 45 minutos y, hasta el momento, no trascendieron detalles de la charla ni de dónde o hasta cuándo se quedará Harry. Horas después de ese encuentro, y tras recibir también a su sobrina, Beatrice de York y a su marido, Edoardo Mapelli Mozzi, Su Majestad se dejó ver por primera vez tras el anuncio del cáncer. De muy buen ánimo y sin dejar de saludar por la ventana del auto oficial (un Bentley State), fue con Camilla hasta el Palacio de Buckingham. Se especula que desde allí volaron nuevamente a Sandringham, en Norfolk, porque a los diez minutos un helicóptero despegó desde los jardines de la actual sede administrativa de su reinado. Fue en esa casa de campo donde Carlos eligió recuperarse de su operación y donde el domingo fue fotografiado saliendo de misa, en la iglesia de Santa María Magdalena. Nada hacía sospechar lo que vendría.
Más allá de la familia, desde que se conoció su diagnóstico las muestras de apoyo a Carlos III llegaron desde todas partes del mundo: por empezar, el primer ministro británico Rishi Sunak le dio su apoyo, y aseguró públicamente que lo de Carlos “fue detectado a tiempo”. También se expresaron públicamente el presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, el ex presidente Donald Trump y el primer ministro canadiense Justin Trudeau, entre otros líderes mundiales.
CÓMO SIGUE LA AGENDA
La noticia llega en un momento complicado en materia de salud para los Windsor. Casi en simultáneo con el anuncio de la intervención de Carlos, Kate Middleton se sometió a una operación abdominal programada en The London Clinic y, si bien se está recuperando en su casa, hay enorme hermetismo alrededor del tema y sólo se sabe que no retomará su agenda hasta después de Semana Santa. Por otra parte, aunque no forma parte de la familia real pero sí es muy querida por ellos, Sarah Ferguson, ex mujer del príncipe Andrés, contó que tiene cáncer de piel, apenas seis meses después de someterse a una mastectomía por un cáncer de mama.
Con Carlos y Kate ausentes de sus compromisos oficiales, la carga recaerá sobre Camilla, William (el heredero del trono retoma este miércoles su agenda tras haberse dedicado a cuidar a su mujer convaleciente y a sus hijos), la princesa real Ana y los duques de Edimburgo, los miembros senior de la Casa Real y leales escuderos del Rey. Ellos también forman parte del Consejo de Estado, por lo que tienen potestad para representar al jefe del Estado y actuar en su nombre de ser necesario, aunque es probable que no haga falta llegar a eso.
El Rey sabe que tiene un firme apoyo personal e institucional de su familia. Y, si bien evitará las apariciones públicas, tiene previsto ocuparse él mismo del trabajo de despacho y de algunas reuniones privadas, como las audiencias semanales con el primer ministro Rishi Sunak.
Actúa con coraje y serenidad, tal como aprendió de su madre, la inolvidable reina Isabel II.
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