Canta, toca la guitarra y el piano y estudió teatro musical en Estados Unidos. A punto de terminar la secundaria, también forma parte del staff de modelo de LO Management
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En La Diosa Salvaje, el estudio de grabación familiar, Vida Uniqua Spinetta (17) se prepara con mucha calma para su primer shooting con ¡HOLA! Argentina. Se la ve radiante y muy segura de sí misma. Cuenta que este año termina la secundaria y que finalmente podrá dedicarse de lleno a una pasión que corre en su sangre y por la que se viene preparando y estudiando desde muy chica: la música. Por lo pronto, ya dio un paso y bien grande: de la mano de su papá, Dante, se “presentó en sociedad” en el Lollapalooza. Entre las consolas de este “templo” de la música que su abuelo, Luis Alberto, armó en la parte delantera de su casa de Villa Urquiza –llamó al estudio como uno de los temas de su álbum con Jade Alma de diamante–, Vida deja claro que el legado familiar felizmente continúa.
–¿Cómo viviste tu debut en público?
–Fue increíble. Antes de salir me moría de nervios, tenía miedo a pegar una desafinada mal. Llegaba a pasarme y me anotaba en la universidad. [Se ríe]. Creo que quizás algo se notó, pero una vez que estuve ahí me mandé porque tenía que dar lo mejor de mí. ¡Menos mal que me salió la voz y no me paralicé! Cuando terminé volví al camarín, comimos ahí y me fui a ver a Rosalía. Unos días después, me enteré de que papá subió al escenario por primera vez con mi abuelo, así como yo lo hice con mi papá. Saberlo fue muy emocionante.
–¿Cómo se dio la idea de cantar ahí?
–Papá hace años decía que quería cantar conmigo el tema “Olvídalo”, para que yo hi - ciera la parte de la chica, pero me daba vergüenza. Y en esta oportunidad me animó, tenía que hacerlo de una vez. Además, era el Lolla… Me preparé un montón para ese día, tuvimos varios ensayos acá mismo con toda la banda y eso me hizo sentir segura.
–Y los fans de tu papá seguro te hicieron el aguante.
–¡Obvio! Igual que ver a mis amigas y a mi familia entre el público. Fue importante.
–Tu mamá, Majo De La Iglesia, es una reconocida coreógrafa [trabaja, por ejemplo, con Nicki Nicole], así que lo artístico es muy fuerte para vos. ¿Cuándo te diste cuenta de que era lo tuyo?
–No hubo un momento en que dije “bueno, esto es lo mío”, porque para mí siempre fue la música. Ya desde muy chiquita cantaba todo el tiempo, cualquier tipo de canciones. Me filmaba en la tablet y se las dedicaba a papá o a mamá.
–También tocás guitarra y piano…
–Sí. Tenía un profe, Mauro Kaseiri, muy amigo de la familia, con el que fui a clases de piano varios años y aprendí un montón. Hace unos meses me puse en el cuarto un teclado de mi viejo y retomé. También compongo, pero es muy difícil, siento que me expongo aunque no hable puntualmente de mis sentimientos. Ya grabé un tema en el estudio. Mi viejo me ayuda mucho. Por ahí pienso la letra y enseguida se la muestro. Y mamá también me aconseja.
–¿Tenés un estilo musical definido?
–Hago lo que se me da la gana, estoy explorando. Me inspira mucho Avril Lavigne. Y me encantan Billie Eilish, Taylor Swift, que tiene mil facetas, Rosalía… Y, por supuesto, mi abuelo y mi viejo me inspiran siempre.
–Esta era la casa de tu abuelo, ¿cómo lo recordás?
–Era muy chiquita cuando murió, tenía 6 años, pero hay cosas que recuerdo perfectamente. Yo era una nena caprichosa y mis papás no siempre me daban lo que quería. Entonces mi abuelo les decía: “Cómprenle la muñeca a la nena”. Una vez quería un muñequito al que le crecían los dientes y, como mamá y papá no me lo regalaban, me lo compró directamente él. También me acuerdo de verlo siempre con su guitarra, nos reuníamos seguido y siempre cantábamos en familia.
–Y te hizo una canción de cuna, ¿no?
–Es un versito que me escribió y lo tengo guardado. Era muy cariñoso.
–¿Tenés conciencia de quién fue?
–Mucha. Es muy loco porque la gente me cuenta cuánto los inspiró, y para mí era mi abuelo, no el artista.
–Al margen de la música también estás trabajando como modelo, ¿no?
–Sí. Ahora estoy con LO Management. Lorena [Ceriscioli] me venía escribiendo hasta que me animé. Antes de eso hice un trabajo para Levi´s y algo para Nike, cuando estaba en Nueva York estudiando teatro musical.
–¿Qué otras cosas te gustan?
–En su momento estuve mucho con el baile, que disfruto un montón. Tomaba clases con mamá, era muy lindo compartir eso. Al final las dos bailábamos juntas. Me gustaría volver a hacerlo de vez en cuando, es otra forma de expresarse, y sirve mucho para la soltura y lo que imponés sobre el escenario. Es difícil pararse frente a la gente.
–¿Qué te gustaría para este año?
–Quiero sacar un tema. Mi papá me ayuda mucho a producir acá, en el estudio, quiero dedicarme de lleno a la música ahora que termino el colegio.
–¿Qué te genera cerrar esa etapa?
–Felicidad, porque me tortura levantarme temprano… [Se ríe].
–¿Estás de novia?
–No. Y no lo estoy buscando. Estoy muy enfocada en mi música.
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