La ex modelo se presentará en el concurso europeo que organiza Arnold Schwarzenegger. En una charla íntima, habla de amor y del bullying que sufrió cuando era joven
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Es energía pura. A los 70 años, Anamá Ferreira va detrás de nuevos desafíos. Como producir y actuar una obra de teatro que piensa estrenar en pocos meses y en septiembre, se va a presentar en el Arnold Sports Festival Europe 2022 en la categoría Fit-Model, que organiza Arnold Schwarzenegger y que se realizará en Sevilla, España. Desde hace tres años está sola, aunque dice “estar ilusionada con alguien”. Vive en Recoleta junto a sus dos Jack Rusell, Coco y Chola, y una señora que la ayuda en todas las tareas de la casa. En junio tiene un viaje a Europa donde se va a reencontrar con amigos, pero eso no le impedirá seguir con su meta de llegar en tiempo y forma al concurso.
–¿Cómo se te ocurrió concursar?
–A mí la pandemia me dejó knock out. Encerrada en casa, lo único que hacía era comer, tomar vino de noche y leer. Los días se me hacían eternos. Muchas reuniones por Zoom y muy preocupa-da por mi trabajo porque tenía las diez escuelas de modelo cerradas. Todo eso me limó la cabeza. Cuando se liberó un poco el aislamiento, comencé a caminar dos kilómetros por día. Iba desde mi casa hasta el Rosedal, daba dos vueltas al lago y volvía caminando escuchando música. Intentaba hacer gym en casa, pero no me gustaba. Entonces me enteré que In-grid (Grudke) estaba entrenando para este concurso. Ella me recomendó a su entrenadora, Ingrid Galeano. Vi los cambios físicos de ella y dije vamos por ahí. No podía seguir comiendo pastas y pan. Cuando me pongo una idea en la cabeza no me la saca nadie: mi meta es llegar al concurso. Fui a una nutricionista, cambié la forma de comer, eliminé durante cuarenta días las harinas, el alcohol y el café. Ya bajé cuatro kilos y achiqué dos talles.
–¿Y cómo te ves en el concurso?
–Yo me voy a presentar, aunque no tengo idea de cómo me va a ir. ¡Pero quién me quita lo bailado! Lo importante es ponerle la actitud e ir a entrenar. Me inscribí en categoría +40. Bueno, estoy bastante más arriba de ese número. [Se ríe]. Pero estoy casi segura de que nadie de mi edad va a competir. Presentarme es anecdótico, lo más importante es el mensaje: hay que animarse a cualquier edad. Si llego ya es algo bueno y si gano, no me va aguantar nadie. ¡Hasta me lo traigo a Schwarzenegger a casa!
–¿Ahora seguís tan estricta con la dieta?
–No tanto. Tomo café y alcohol sólo en algunas ocasiones. Como a las 8 de la noche y de postre, una gelatina. Y ahí ya me lavo los dientes para no tentarme con nada. Cuando ves de a poco los resulta-dos del entrenamiento, que los brazos y las piernas comienzan a marcarse, te dan más ganas de estar bien. Te ponés la ropa y te gusta cómo te queda. Te sentís sensual. Muchas mujeres creen que el sexo es sólo para la gente joven. A todos nos gusta y a cualquier edad.
–Con esta rutina, ¿quedó atrás la Anamá que es famosa entre sus amigas por ser el alma de la fiesta?
–¡Para nada! Si hay fiesta, yo voy. Soy la que levanta el party. Ese es mi espíritu. Pero mirá lo que hace el entrenamiento. El otro día tuve el cumpleaños de una amiga, bailé y salté como loca con los tacos puestos. Y no me dolía nada, ni me faltó el aire.
–¿Qué opina tu hija Taína de tu proyecto fit?
–Sabe que la madre no es normal. [Carcajadas]. Nos llevamos muy bien, ella sabe que ya no voy a cambiar. Si fui al Bailando sin saber bailar e hice el acquadance sin saber nadar, ¿por qué no haría esto? Me pongo tacos, un traje de baño con brillo, desfilo y besitos para todos.
LUCES Y SOMBRAS
En la vida de Anamá, hubo momentos trágicos y de mucho dolor. La muerte de su hermano cuando tenía 18 años y la tristeza que acompañó a su madre. Rupturas amorosas que la marcaron a fuego. Sufrió bullying en el colegio y luego en el mundo de la moda. Pero ella asegura que lo más importante es no tener feos pensa-mientos y ahuyentar las malas energías.
–¿También mantuviste esa actitud positiva cuando te discriminaban?
–Siempre sufrí bullying, aunque antes no lo llamaban así. De chica me cargaban en el colegio porque era hiperflaca y mis piernas eran muy finitas. Pero yo era fatal. Cuando mis compañeros me trataban mal, les redoblaba la apuesta. Me podía llegar a agarrar de los pelos con alguno y me tenían que ir a buscar mi mamá o mi hermano porque no podía salir del colegio. Mi hija también sufrió porque le decían que era “combinada” porque su mamá era negra y su papá, blanco. Las escuelas en su mayoría no saben cómo manejar esas situaciones. De más grande, me agredieron. Cuando Adriana Aguirre me dijo “mono” en televisión, la demandé, le hice pagar y ese dinero lo doné al comedor de Margarita Barrientos. En la moda también sufrí. Muchas veces los diseñadores me decían “Son nueve modelos y una exótica” o querían que yo bailara. Una vez no querían que saliera vestida de novia porque preferían una modelo rubia y de ojos claros. Y justo esa modelo no se presentó. ¿Adiviná quién salió vestida de blanco y revoleando el ramo de flores? ¡No sabés cómo lo disfruté!
–¿Tenés ganas de volver a estar en pareja?
–Sí, pero con alguien que tenga buena onda, que sea divertido. Que esté bien físicamente, que entrene. Aviso para los navegantes que quieran llegar a este puerto. El que se levanta de mal humor y necesita una hora para estar bien, que vaya haciendo la valija. Lo ideal es cuartos separados. Además, yo necesito un espacio para mi guardarropa. Igualmente, hoy día nadie quiere esperar y cortejar a nadie. Todo es muy efímero, salís y ya quieren tener sexo.
–¿Cuántas citas antes de tener sexo?
–Tampoco vamos a exagerar, pero dos como mínimo.
–¿Saldrías con alguien más joven?
–Saldría con alguien de cuarenta y pico para arriba, sí. Lo que pasa es que hay muchos prejuicios cuando una mujer grande sale con alguien más joven. Y al revés no pasa, ¿viste?
–¿Te asusta el paso del tiempo?
–Yo fui modelo toda la vida, por ende tengo un rollo con lo estético. Si encuentro un top de cuero en mi placard pienso: “¿Y ahora qué hacemos con esto?”. Listo lo agrandamos y ya. Lo más importante es estar bien de la cabeza. Quiero llegar como Mirtha Legrand, maquillada, vestida impecable, salir y disfrutar como ella. Vos podés vivir en el mejor mundo, pero si estás mal, deprimida y quejosa, no sirve. Yo viví a pleno los años 70, los maravillosos 80. Creo en la energía del universo. Todo lo que deseo lo elevo al cielo y juro que se cumple.
–¿Te afectó la menopausia?
–Para nada. De joven tenía tendencia a tener fibromas y miomas y eso se acabó. Tomo hace mucho tiempo isoflavonas y hago un tratamiento con el doctor Damián Rosemberg que me puso el pellet hormonal, también conocido como chip sexual. Ayuda a mantener bien la piel, los huesos y todas las cosas que nos pasan a las mujeres con la edad. ¡A los hombres también les pasa, eh!
–¿Te gustaría trabajar en televisión?
–Voy a algunos programas de entretenimiento, pero no me gusta el nivel de agresión que se maneja en algunos otros programas. Me gustaría participar de Masterchef porque me gusta cocinar y además, soy de las que aprende rápido.
Maquillaje: Joaquina Espínola (@joaquinamakeup_)
Agradecimientos: Leticia Carosella, Dual Power, Liss And Bag y Life Center Elegance Gym Patio Bullrich.
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