Un día será Reina. ¿Cómo se prepara la princesa Leonor para ocupar el trono de España?
Con 15 años comenzó a tomar protagonismo y a asumir compromisos sin sus padres, los reyes Felipe y Letizia. A fines de agosto, dejará la Zarzuela para completar el bachillerato en Atlantic College
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Para LA NACIONMaría Güiraldes
La era de Leonor ya empezó. Y como prueba valen los pasos, prudentes y pensados al detalle, con los que la hija mayor del rey Felipe (53) y la reina Letizia (48) fue ganando protagonismo desde que recibió la Orden de Toisón de manos de su padre, el histórico 30 de enero de 2018. Corrieron tres años y medio desde que la heredera del trono español aceptó la máxima condecoración de España con 12 años y, desde entonces, Leonor comenzó a construir un perfil con cada vez mayor peso y relevancia institucional.
Hasta hace poco, parecía imposible que la joven royal, a quien recién le conocimos la voz cuando leyó el primer artículo de la Constitución española en el Instituto Cervantes (fue el 31 de octubre de 2019), presidiera un acto en solitario. Ese día, finalmente, llegó: el 24 de marzo pasado, la princesa de Asturias volvió al mismo sitio para asumir el primer compromiso oficial sin sus padres y así adueñarse definitivamente de su rol como heredera, un destino para el que se la prepara desde la cuna.
LA PRINCESA SE ASUME HEREDERA
En su primer acto oficial au solitaire, que superó con un “diez felicitado”, Leonor repitió look. Inspirada por su madre, quien apuesta por prendas low-cost y repite algunos outfits reiteradas veces, la princesa heredera volvió a llevar el vestido estampado de Poète que estrenó en octubre de 2020 (en aquel entonces, el modelo se agotó) y reemplazó las clásicas chatitas que lucía de chica por unos adultos y tímidos tacos, kitten-heels.
Con una sonrisa que se adivinaba por debajo de su tapabocas y la mano derecha en el corazón (un gesto que estrenó su padre en tiempos de Covid y que ella copia), la princesa agradeció a aquellos que se reunieron en la puerta de la institución para saludarla. Ya en el recorrido, que hizo junto a las autoridades del instituto y los fotógrafos que cubrieron una jornada tan importante, Leonor sorprendió por el aplomo y la naturalidad con la que, micrófono en mano, preguntó sobre la labor de los empleados de la institución, que celebra 30 años.
Se cree que aquel no será su único compromiso “a solas” antes de volar a Gales en septiembre, sino el primero de una serie de actos estratégicos pensados para sellar la imagen de Leonor como heredera antes de que se interne en el prestigioso Atlantic College, donde cursará el Bachillerato Internacional los próximos dos años.
El sábado pasado, la princesa de Asturias se preparaba para plantar seis árboles en el Hayedo de Montejo, un bosque de hayas que se extiende a lo largo de 250 hectáreas en la Sierra de Ayllón, cien kilómetros al norte de Madrid. Iba a hacerlo en compañía de la infanta Sofía (14), su hermana, y otros 35 jóvenes de distintos países europeos como parte de un “Un árbol por Europa”. La campaña es una iniciativa del Parlamento Europeo contra el cambio climático (en dos años ya lleva más de 25 mil árboles plantados sólo en territorio español), pero debió suspenderse por mal tiempo.
LA EDUCACIÓN DE UNA REINA
A sus 15, la heredera de la dinastía Borbón aún tiene la mirada ingenua y la timidez propia de la adolescencia, pero a medida que aumenta la frecuencia de sus apariciones públicas, adquiere más seguridad. Si en su primer discurso demostró una excelente dicción y una gran autoestima (fue en los Premios Princesa de Asturias, en octubre de 2019) y poco después nos permitió oírla hablar con soltura en inglés, árabe y catalán (en los Premios Princesa de Girona, un mes después), Leonor ahora se prepara para encarar el capítulo más exigente de su formación.
Entusiasmada con salir del ala protectora de sus padres para explorar el mundo, la heredera comenzará a escribir un emocionante capítulo lejos de la Zarzuela. Como su padre, que a los 16 se instaló en Canadá para mejorar su inglés y francés en el Lakefield School de Ontario, Leonor seguirá los pasos de Felipe VI, pero en un reconocido internado de Gales, en el que compartirá clases con Alexia de Orange (15), la segunda hija de los reyes Guillermo Alejandro y Máxima de Holanda.
Ubicado en el castillo de St. Donat’s, una construcción medieval del siglo XII, el colegio en el que Leonor se educará durante los próximos dos años está ubicado a 26 kilómetros de Cardiff y ocupa un predio de 50 hectáreas. Cuenta con bosques, tierras de cultivo, una huerta y colmenas y promete darles a sus estudiantes un entorno lo suficientemente tranquilo como para que puedan sacarle el máximo provecho a la estricta currícula del International Baccalaureate.
Según informó la Zarzuela, la formación de la futura reina de España tendrá un costo total de 76.482 euros (lo pagarán de manera privada los Reyes) y durante ese tiempo la princesa seguirá cumpliendo con sus compromisos institucionales en España.
¿Por qué ese colegio y no uno en su país, donde también se dicte el “IB”? Como dice el comunicado redactado por el Palacio cuando la noticia irrumpió en los medios, tanto Felipe como Letizia valoran que su primogénita tenga “una experiencia educativa transformadora” en una institución que, desde su fundación en 1962, en plena Guerra Fría, está dedicada a formar a jóvenes con un espíritu abierto y crítico, sin condicionamientos religiosos, políticos, ni de cualquier otro signo.
Allí, la heredera compartirá habitación con tres chicas de su edad durante los dos años que dura el programa. Para lograr el título de bachiller internacional deberá aprobar todas las materias con un puntaje elevado y completar tres “pruebas” adicionales: una monografía, un curso de Teoría del Conocimiento y una cierta cantidad de horas dedicadas al servicio a la comunidad.
De lunes a viernes, Leonor asistirá a clases de 8 a 13 horas y, después del almuerzo, deberá cumplir con dos horas de actividad física, dos de community service y dos de actividades creativas. Para lograrlo, la princesa de Asturias deberá aprender a organizarse y a ser muy disciplinada con la gestión de su tiempo, habilidades que sin lugar a dudas le vendrán como anillo al dedo el día en que se convierta en Reina.
Por María Güiraldes
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