En una producción exclusiva, antes de ser mamá por quinta vez, despliega su tierna sensualidad y luce orgullosa su pancita de ocho meses
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Se vienen dos meses bravos”, anticipa Carolina “Pampita” Ardohain (43). Después de haber cursado cuatro embarazos, la llegada de su quinta hija la encuentra con experiencia suficiente para hablar con conocimiento de causa. Sin el típico miedo que paraliza a las primerizas, sabe que en la recta final seguramente aumentará dos kilos y que se va a hinchar más. Por estos días, está transitando la semana 32 de su embarazo y aunque se espera que su primer bebé junto a Roberto García Moritán nazca el 22 de julio, la modelo tiene en cuenta que todos sus partos se dieron dos semanas después de la fecha estipulada. Y aunque con el tema no hay manual que valga, por su personalidad estructurada, ordenada y meticulosa, intenta llevarse la menor cantidad posible de sorpresas.
–¿Tus embarazos fueron muy distintos unos de otros?
–No, siempre me acompañan muy bien en todo lo que hago. No tengo malestares extremos, salvo alguna náusea o momentos de cansancio. Si bien cada uno tuvo su particularidad, este es un estado que me resulta cómodo, me llena de energía, disfruto.
–Y no es una postura…
–[Risas]. ¡No! Me gusta estar embarazada. Al ser el quinto embarazo hay menos ansiedad, se me pasa más rápido porque a veces ni me acuerdo de cuántas semanas estoy, hay menos atención a ciertos detalles porque tengo menos dudas y más tranquilidad por la experiencia vivida. No hay intriga en el quinto: ya sabes cómo va a ser el mes a mes.
–En Pampita Online contaste que te costó conseguir obstetra y recién lo elegiste en el sexto mes. ¿Por qué tardaste tanto?
–Me pasó que tres de mis hijos nacieron en Chile con el doctor Aldo Solari, a quien quiero mucho y respeto por su manera de trabajar, donde la salud y lo humano van de la mano. Quería que este obstetra tuviera eso en cuenta. No soy extremista, pero sé lo que quiero para ese momento.
–¿Qué cosas vas a exigir para el parto?
–Es un pedido más que exigencia y si tu obstetra está de acuerdo, lo dejás por escrito, se llama plan de parto. Entonces, en ese momento todos saben cuáles son tus necesidades. Me gustaría tener un parto vaginal, pero si tiene que ser cesárea por salud y requerimiento médico, será. También quisiera ser la persona que limpie a nuestra hija por primera vez, porque no es necesario que sea apenas nace. Siempre está la rutina de limpiar rápido para estimular el cuerpito, pero eso quiero hacerlo yo con paciencia junto a Robert. Después, vacunarla no tiene que ser apenas nace. Puede ser al rato, para que la primera sensación al nacer no sea un pinchazo. También quiero el contacto piel a piel apenas nace, que le den un tiempo al cordón antes de cortarlo. Eso es porque hay un tiempo hasta que toda la sangre pasa de un lado al otro. No quiero que nada se haga a las apuradas y que le demos a ella su tiempo con calidez. También quisiera que al momento del parto haya silencio, que todos los que estemos ahí estemos conectados. Son cosas mínimas que no tienen nada que ver con la salud porque eso sí lo quiero todo: estar en una clínica y usar anestesia. Yo entiendo que muchas quieren sentir ese momento con todo y no usan ese recurso, admiro a las que lo hacen. Todo es válido.
–¿En Chile es muy distinto?
–No puedo hablar en general, yo tuve a tres de mis cuatro hijos en el mismo lugar y con el mismo doctor. Pero los tuve en una habitación, nunca fui a quirófano, me acompañaba una doula, que es una especie de partera, que siguió mi embarazo, y también se cumplía lo del apego, que el primer contacto del bebé sea con mi piel, que sienta mi corazón.
–¿Ya eligieron el nombre?
–Tenemos cuatro favoritos y ese día la vamos a mirar y darnos cuenta de cuál era el que tenía que ser. Nunca puse nombre antes, me parece que el nacimiento es un buen momento. En casa no le dicen ni un apodo, pero los chicos le hablan a la panza.
–¿Cómo está Roberto? La última vez que fue padre fue hace quince años…
–Ninguno de los dos tiene nervios de primerizo, eso es obvio. Pero estamos en una etapa de nuestras vidas que disfrutamos más porque estamos establecidos en nuestros trabajos, hay un montón de cosas que ya están resueltas y eso nos permite vivir este embarazo de una manera muy especial, dedicarle el tiempo que se merece. Nos agarra grandes y estamos emocionados porque, además, es la primera vez que vivimos esto juntos.
–¿Armaron juntos el cuarto?
–Sí. Yo soy muy neutra, pero Robert ya me avisó que le va a comprar ropa con colores estridentes, brillos, flúo… Me dijo que le va a dar su mundo de fantasía y colorido. Me pareció bien que tenga padres con distintos conceptos, así tiene un abanico de posibilidades. Se puso firme en esa postura, va a ser todo lo contrario a mi estilo. Los niños necesitan colores, así que está bien.
–¿En qué momento llega esta bebita para tus hijos mayores?
–¡Bauti (13) ya está grande! Es muy compañero, se da cuenta de todo, es el que está al lado, con el que charlamos temas más profundos y es muy protector. Sé que cuento con él para todo. Además, tiene una actitud superamorosa con sus hermanos, los acompaña y guía. Ahora, también, está en las cosas de su edad, empezando la adolescencia, con el colegio cada vez más difícil. Pero con la familia es un divino. Beltrán (8) es mi gemelo. [Se ríe]. De personalidad, es muy parecido a mí. Es el más prolijo, ordenado, quiere que todo salga perfecto. Heredó toda esa parte mía y yo lo lamento porque se va a frustrar mucho porque no todo en la vida sale perfecto. Es aplicado, estudia un montón para las pruebas y no espera menos que una supernota. A mí me pasaba lo mismo. Benicio (6) es el más chiquito de la familia y se nota. Es el más lúdico, el único que juega todo el día, con juguetes u objetos de la casa. Usa mucho la creatividad. Es el niño, los demás ya están en otras etapas.
–Mas allá de la familia que formaste, tenés un círculo íntimo potente. Ahora está tu mamá, Thania, que vino de La Pampa para acompañarte, y contás con un gran grupo de amigos.
–Es mi esencia: me gusta estar en grupo familiar. Que comamos todos juntos, que cuando pase algo haya muchos dispuestos a ayudar. Me acomoda “la patota”. Me gusta la crianza de los chicos en un ambiente donde haya todo tipo de edades, que se note que hay un cariño fuerte, sincero, que nos acompañamos en las buenas y en las malas, y estemos pendientes uno del otro. Tengo amigas que ayudan a alguno de mis hijos con materias y yo también estoy a disposición siempre. ¡Esto es una gran familia!
QUERIDA BLANCA
–El 15 de mayo tu hija, Blanca, hubiese cumplido 15 años. Fue un día muy especial porque reuniste a tus íntimos en tu casa de Santa Bárbara, sumaste a tu ex Benjamín Vicuña y a su pareja, Eugenia Suárez. Quienes estaban ahí compartieron algunas imágenes del encuentro…
–Es algo que mantenemos en la intimidad. Yo no publico esas cosas en redes porque es muy íntimo. Hay cosas que tienen que ser nuestras. Es algo que protegemos con nuestra familia, cómo transitamos algunas cosas especiales. No necesito comunicarlo ni expresarlo ni que alguien nos acompañe ese día. Una cosa es mi carrera y otra el día a día, la familia y cómo atravesamos los momentos. Son dos mundos distintos.
–¿Cómo lograste marcar ese límite?
–Tiene que ver con lo que me hace sentir cómoda. Hay un montón de temas que me encanta contar y sé que del otro lado son agradecidos de tener esos momentos de intimidad. Pero hay un montón de otras situaciones que mi familia valora que lo guardemos para nosotros. Es para preservarnos.
–Lo que sí compartiste fue la inauguración, el 10 de mayo, de la plaza en honor a Blanquita. ¿Cómo surgió la idea?
–Un día charlando con mis amigas Luciana (Pizzolorusso) y Matilde (Grobocopatel) les dije que quería hacer algo en honor a Blanca. Pensé en una plaza porque quería que fuese algo lúdico, tangible y duradero. Al poco tiempo, Luciana estaba haciendo un trámite en una municipalidad y alguien pedía la reconstrucción de una plaza. Entonces, paró la oreja. La persona contaba que el espacio era para unas monjas chilenas. Eso nos impactó porque tanto Luciana como yo vivimos diez años en Chile y tenemos hijos chilenos. Fuimos a conocer el Hogar Santa Marta, en Del Viso, y nos encantó porque alimentan a trescientas familias y además tienen un centro de salud con voluntarios. Entonces, empezamos a ver cómo juntábamos la plata y ahí Matilde dijo que conocía a alguien que podía donar un gran juego. Todo fue simple, se fue engranando solo. Empezó a marchar hasta que el lunes 10 se hizo posible.
–¿Qué sentiste ese día?
–Todos nuestros amigos y familiares ayudaron a armar el juego. Mis hijos también colaboraron haciendo el cemento, los agujeros en el piso, poniendo los tornillos. Me encantó verlos. Además, es una linda experiencia para ellos. Me gusta que les queden esos recuerdos de todos los momentos especiales y emocionantes, que se queden con el lado bueno de las cosas.
–También lanzaron globos blancos al cielo con mensajes. ¿Cómo surgió ese ritual para honrar a Blanca?
–No sé si se le ocurrió a alguien. Se dio natural y siempre lo hicimos. Es la manera de transitar esos días especiales para que a mis hijos les quede algo constructivo.
FAMILIA ENSAMBLADA
–Fue muy comentado tu acercamiento con Benjamín y la China Suárez. ¿Desde cuándo existe esta buena relación?
–En realidad, siempre nos manejamos como familia. Yo quiero que mis hijos se críen en un ambiente de amor, respeto, cordialidad y que se sientan cómodos en todas las situaciones. La única manera es en el día a día y con el ejemplo. Si se lo queremos inculcar somos nosotros los que se los tenemos que demostrar.
–¿Influyó Roberto en esta decisión?
–No tiene nada que ver con él. Siempre los adultos tuvimos en claro que los chicos son lo más importante de nuestras vidas. Eso fue así desde siempre.
–También tenés muy buena relación con Milagros Brito, la ex de Robert. ¿Te imaginás todos juntos en un gran viaje al estilo Gwyneth Paltrow y Chris Martin?
–¡Cómo les gusta eso…! [Risas]. Me imagino que en cualquiera de las circunstancias de la vida que les toque atravesar a los chicos el día de mañana, como cuando se reciban, se peleen con una pareja, se casen o tengan hijos, vamos a estar todos. Estoy segura de que todos van a estar muy cómodos, tranquilos y orgullosos de lo que hemos formado.
–Se te nota en un momento de mucha paz interior, ¿cuál es tu secreto?
–Creo que uno tiene que dar sin límites porque tarde o temprano vos también vas a recibir. Si uno da sin medida, el Universo va a contribuir para que recibas. Además, si uno da su mejor versión, te quedás tranquilo. Soy muy transparente, apasionada, lo doy todo. También creo que en todas las relaciones, pareja, hijos, padres, amigos, hay que ceder, escuchar al otro, conocer sus necesidades. Tu versión de la historia no es la misma que como la vivió el otro. En todos los vínculos el ceder tiene que estar presente. Así lo vivo yo.
Producción: Mechi Ugarte
Maquillaje: Nadia Varela para Estudio Novillo con productos L’Oreal
Peinado: Nacho López Fagalde para Vardo Management con productos Kerastase
Agradecimientos: El Camarín, Marcelo Giaccobbe, Cipitria, Ricky Sarkany, María Gorof y Muse Management
SE VIENE EL REALITY
Incansable, Caro también está grabando un reality para Paramount +. “Es sobre mi embarazo y cómo, en este estado, hago un montón de otras cosas. Tengo muchos emprendimientos que desarrollo con distintos socios, dos programas de tele… Es como le pasa a cualquier mujer moderna, que puede hacer muchas cosas a la vez. Se va a mostrar mi intimidad pero muy cuidada. No son muchos capítulos. Quería poder mostrarle a la gente que me sigue y me quiere este momento especial, maravilloso y mágico que estoy viviendo. Además, me queda un recuerdo para siempre a mí también y para mostrárselo a toda la familia el día de mañana. Es muy emocionante el regalo que le va a quedar a esta familia”.
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