En su primer posado en el departamento de Belgrano en el que creció junto a su famoso papá, Ricardo Fort, la hija del empresario muestra su costado más lúdico, habla de sus sueños y recuerda a su tutor, Gustavo Martínez
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Marta Fort (18) es una adolescente como cualquier otra: le gusta divertirse con amigos, está pendiente de su imagen, se entusiasma con la moda y comparte casi toda su vida por redes sociales. Histriónica –heredó el gusto por el show off de su papá–, segura de sí misma y frontal para hablar, sueña con un futuro en el que su vocación artística la consagre como a sus admiradas Lady Gaga y Billie Eilish. Y, como toda chica de esa edad, imaginó el festejo de su cumpleaños de 18 durante varios meses. Incluso, hasta la posibilidad de hacer esta nota de tapa con ¡HOLA! Argentina formaba parte de esa celebración con la que la hija de Ricardo Fort planeaba festejar su nuevo status, el de “mayor de edad”. La producción de fotos se hizo el viernes 11 de febrero –catorce días antes de su cumpleaños–, en el piso 21 de Belgrano en el que vivía con su hermano mellizo Felipe y con su tutor, Gustavo Martínez. La entrevista quedó pendiente para la semana siguiente por una cuestión de tiempos, pero el miércoles 16 Martínez se suicidó, tirándose desde el balcón de ese departamento, y todo cambió. Marta se fue de viaje y el reportaje se mantuvo stand by hasta que ella estuviera en condiciones de hacerlo, y la tapa tuvo que esperar. Finalmente, la entrevista se concretó el viernes 1 de abril, y el resultado es esta nota hecha en dos partes en la que la heredera del excéntrico rey de las golosinas posa en su casa por primera vez, muestra su intimidad, los recuerdos de su padre, y habla de su presente y su futuro.
–¿Qué cambió en tu vida a partir de haber cumplido 18 años?
–No mucho. Siempre va a estar Marisa conmigo para aconsejarme [Marisa López, quien cuida a los mellizos Fort desde que nacieron]. Si bien es cierto que ahora que cumplí 18 no me prohíbe nada, está más pendiente de mis decisiones para orientarme. Soy libre de hacer lo que quiera con mi futuro, pero la tengo a Marisa como mentora.
–¿Esperabas con ansiedad el momento de ser mayor de edad?
–Sí, estaba ansiosa, porque sabía que cumplir 18 implica madurar y empezar a meterme en un montón de cosas, y eso me da un poco de miedo. Mientras cumplía 15, 16 o 17 yo pensaba: “Bueno, cada vez falta menos para ese momento”. Y ahora que los cumplí, soy consciente de que tengo más responsabilidades. Igual no me quejo, eh, me gusta. Pero es difícil pasar por todo esto sola.
–¿Cuando hablás de responsabilidades te referís a tu participación en la fábrica?
–Sí, ahora, con mi mayoría de edad, puedo estar presente en la fábrica y empezar a trabajar ahí, a aportar algo. Y si bien ya me llegaron propuestas para hacer cosas, pienso ir muy de a poco. Me asusta el cambio, pero creo que con el tiempo me voy a acostumbrar y va a estar todo bien.
–¿Cómo es tu relación con tu familia? ¿Tus tíos y tus primos te ayudan, te aconsejan?
–Cuando viajo a Miami mis primos siempre me hablan, me cuentan y tratan de aconsejarme. De la fábrica más que nada hablo con John, el hijo de Jorge que vive allá. Yo los amo a mis dos tíos, pero prefiero tener mis propias ideas y hacer mis aportes. Entonces, dependiendo de cómo vea el panorama, recién ahí opino o me pongo en contacto con Jorge o Eduardo para proponerles algo o hablar.
–¿Les pedís consejos personales?
–Sí. Lamentablemente no tengo la misma afinidad con Jorge que con Eduardo, a quien veo más porque además vivimos muy cerca, pero sí les pido y les pediría consejos siempre. A los dos. Con Eduardo hablo siempre, está muy cerca de mí.
–¿Pudiste festejar tu cumpleaños como lo tenías planeado o postergaste algo?
–Como todos saben pasaron cosas que hubiera preferido que nunca ocurrieran, pero este viaje que hice a Los Ángeles por mi cumpleaños era un plan que venía armando desde principios de 2021. Tenía reservado el hotel, había sacado los pasajes, y hasta le decía todo el tiempo a Gustavo lo feliz que estaba por hacer este viaje, así que, aunque no era el mejor contexto, lo hice igual. Fue mi manera de tratar de seguir adelante y no deprimirme. Me propuse hacer todo lo que había planeado más como una forma de resguardarme. Quedarme encerrada en mi casa no me iba a hacer bien.
–¿La pasaste bien?
–Sí, dentro de todo la pasé bien: me acompañaron mis amigos y mi familia y esa contención fue fundamental para mí.
–¿Qué planes tenés para tu futuro inmediato? ¿Vas a estudiar algo?
–Yo le vengo diciendo a Natalia [Roman, quien era la publicista de su papá y es la publicista de Marta] que quiero ser cantante y actriz. Eso es lo que quiero hacer. Miro constantemente a muchos de los artistas del momento y me encanta lo que hacen. Eso es lo mío y pienso que me podría ir muy bien.
–¿Te estás preparando de alguna manera especial?
–Vengo estudiando canto desde hace tiempo y hace poco me contactó un productor con el que en unos días voy a tener una cita para hablar de esto. De verdad que me encanta. Actuación todavía no empecé, pero también lo voy a hacer. Veremos qué sale…
–¿Tenés ganas de irte a vivir sola?
–En algún momento sí, pero no sé si lo haría ahora, no sé si este es el momento. Además, yo soy una persona que no puedo estar sola más de tres días, necesito a alguien conmigo. Cuando volví de Los Ángeles sola, porque mi hermano se quedó unos días más en Miami, me explotó de recuerdos la cabeza apenas llegué a Buenos Aires, y pasé por un bajón horrible. Quizás, el año que viene lo haga, primero acá y después en Miami.
–¿Planeás instalarte en Miami?
–La idea es ir y venir, porque hay un montón de cosas acá de las que me tengo que ocupar. Pero mi lugar sería Miami.
–Después de una vida entera compartiendo todo con Felipe, ¿te imaginás viviendo lejos de él, en casas distintas?
–Últimamente nos llevamos muchísimo mejor. Así que podría ser, pero en realidad no creo que pase porque los dos queremos irnos a vivir a Miami, así que vamos a seguir estando cerca.
–¿Cómo es tu relación con tu hermano ahora que los dos son más grandes?
–Antes era como todos los hermanos, nos peleábamos mucho. Ahora no, ya no tenemos esas peleas de chicos y somos más compañeros. Hablamos mucho, nos contamos nuestras cosas y estamos pendientes uno del otro.
–¿Es celoso, te cuida?
–No es celoso, pero charlo mucho con él cuando conozco a alguien. Y si bien Felipe es más de tomarse esas cosas en broma, siempre me da su opinión, aunque lo disfrace de chiste. Por ahí me dice: “Este pibe va bien, este otro no”, medio muerto de risa.
–¿Estás enamorada? ¿Tenés pareja?
–No, en este momento no. Hoy por hoy no tengo novio, novia, no estoy enamorada ni nada.
–¿Te gustaría estar en pareja?
–Sí, obvio. Mucha gente me pregunta esto porque nunca me vieron con nadie. Me he visto con gente y he tenido relaciones, pero como siempre está muy presente mi inseguridad y mi temor de que la gente me use o se me acerque por la plata o la fama, me ocupé de mantener ocultas mis relaciones. Ahora, si en algún momento conozco a alguien, formo una pareja y veo que es una relación sana, que esa persona me quiere de verdad, lo voy a mostrar, no tengo problema.
–¿Qué sentís cuando te dicen que te parecés a tu papá, que tenés el mismo carácter que él?
–Lo que más me gusta es que la gente que me conoce y que me rodea, y que conoció bien a mi papá, me diga que tenemos el mismo carácter, porque él siempre tuvo una personalidad muy marcada, un carácter fuerte. Eso me gusta mucho. Que me vinculen con esa parte de él me honra y me llena de orgullo.
–¿Te pone presión esa comparación?
–No, porque igual que él, tengo carácter fuerte y la autoestima alta. Sé que puedo lograr lo que me proponga. Soy una persona muy segura de sí misma, muy orgullosa. Eso me sube la vara, pero no me pone presión.
–Ahora que pasó un tiempo desde la muerte de Gustavo, ¿qué pensás sobre la decisión que él tomó?
–Todavía no me siento preparada para hablar del tema, aunque hayan pasado algunas semanas.
–¿Lo extrañás?
–Sí, claro. Cuando pasó todo esto, cuando Felipe vino corriendo a decirme, yo pensé que no podía ser verdad, no podía ser cierto. No sé porque la gente dice que estaba deprimido si nunca nadie lo notó deprimido. Hasta el último día me trató igual que siempre, me trató como me trataba siempre. Yo nunca pensé que pudiera pasar algo así.
–¿Nunca sospechaste que pudiera tomar una decisión como esa?
–No, jamás. Casi todos los días nos sentábamos a tomar un café y charlábamos, y nunca lo noté mal, nunca sospeché nada.
–¿Pudiste perdonarlo?
–Todavía lo estoy procesando, es muy pronto. No pasaron ni dos meses.
–¿Evaluaste la posibilidad de hacer terapia?
–Nunca creí mucho en eso, la verdad. Me han mandado a muchos terapeutas durante mi vida, y yo lo único que hacía en terapia era jugar al Uno. Y les decía a Marisa y a Gustavo: “¿Para qué me mandan a un terapeuta, si yo hablo de todo con ustedes?”. Porque siempre les conté todo a ellos, absolutamente todo. En ese momento lo veía como algo que no era para mí, como una opción para chicos que les ocultaban cosas a sus familias, por ejemplo, y como yo nunca fui así, sentía que eso no era para mí. Pero bueno, ahora se suma otra pérdida en mi vida, otra más a las de papá y mi abuela, y es algo con lo que tengo que vivir, por lo que estoy pensando seriamente lo de terapia.
–¿Felipe y vos volvieron a vivir al piso de Belgrano que compartían con Gustavo?
–Sí. Apenas volví de viaje pensé que lo mejor sería ir a un hotel o a otro lugar, no volver a esa casa. Y Marisa me dijo: “Intentá quedarte acá una noche, si querés yo me quedo con vos, y después, al día siguiente, hacé lo que quieras”. Al día siguiente dije: “Bueno, me siento acompañada con Marisa, me quedo”. Porque además es mi casa, están mis cosas, mis recuerdos, mis perros, el gato, y no los puedo llevar a un hotel.
–¿Quién es la persona con la que hablás de tus temas personales más íntimos?
–Con Felipe. A él le tocó vivir todo lo mismo que a mí, así que en ese sentido es quien más me entiende. Después también hablo mucho con Marisa, porque le tengo mucha confianza, está conmigo desde que yo era chiquita, y después tengo muchos amigos, pero son pocos a los que les cuento mis cosas más privadas. Porque no me gusta que se esté hablando de mí. Soy bastante reservada en ese sentido y esa es una manera de protegerme.
Producción: Consuelo Sánchez Maquillaje: Ania Taniguchi Peinado: Alexis Pappolla para Cristian Rey Agradecimientos: Claudia Arce, Rocío Rivero y Jorge Rey.
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