El reconocido director teatral y su pareja hablan del amor que los une y de su nueva apuesta tras la separación
- 7 minutos de lectura'
Tras atravesar el camino de palmeras y pinos que rodea su casa, Pepe Cibrián Campoy (74) sale al encuentro de ¡HOLA! Argentina acompañado por su pareja, Nahuel Lodi (33), y sus seis perros. El director teatral y el joven estudiante de actuación y canto –que se conocieron a través de una App de citas en mayo pasado– posan por primera vez juntos desde que anunciaron su reconciliación hace poco más de diez días . Dispuesto a dejar en el olvido “el suceso desafortunado” –según sus propias palabras–, Pepito dio vuelta la página y empezó una nueva etapa en su relación. “Lo de Nahuel no fue infidelidad, fue una anécdota que puso en crisis nuestro acuerdo interno de pareja”, explica Cibrián en referencia al video de Lodi besando a otro hombre, que salió a la luz un mes después de que firmaran ante escribano –y con una espectacular fiesta para doscientas personas– el Deber de Asistencia Mutua, un documento legal donde asumen el compromiso de cuidar el bienestar del otro.
–¿Cómo viven esta segunda vuelta?
Pepe: Reconozco que nunca he vivido una segunda vuelta, así que todo esto es nuevo para mí. Tanto Nahuel como yo nos juntamos, lo charlamos y consideramos que valía la pena intentar, investigar, ver qué nos pasaba con el hecho de estar nuevamente juntos. Y fue un diálogo y un reencuentro muy fluido. Creo que la experiencia nos hizo muy bien. La realidad es que nuestra separación fue breve, de tan sólo unos días, pero en ese tiempo lo extrañé mucho. Yo estaba en Córdoba trabajando con los en - sayos de mi nueva obra, Dorothy, y Nahuel me llamó y me dijo que necesitaba hablar conmigo. Viajó a Córdoba y se terminó quedando. [Se sonríe].
Nahuel: Esta segunda vuelta para mí fue mágica; en algún punto creo que, como dice Pepe, el distanciamiento nos hizo bien, tal vez era lo que necesitábamos para aprender a valorarnos, respetarnos y amarnos. Yo vivo este reencuentro como un volver a empezar.
Pepe: Nos sirvió para rever nuestra relación más allá de ese suceso. Lo de Nahuel fue sólo un hecho anecdótico que, si bien me afectó en su momento, tampoco me pareció terrible. Entiendo que a otros pueda parecerles una tragedia, pero a mí no. Él se equivocó, fue una tontería… pero ¿quién no hizo tonterías?
–Pepe, ¿cómo trabajaste el perdón?
–Es que no tenía nada que perdonar, fue aceptar una tontería. Yo tengo una concepción del vínculo, de la libertad que es muy personal y en ese sentido, Nahuel piensa igual que yo. No es que un día entré a mi cuenta y me faltaban tres millones de pesos… Eso sí sería mucho más grave. Lo que pasó tiene que ver con las debilidades del ser humano, a veces son acciones que se cometen para llamar la atención, no lo sé.
–¿Cómo definirías tu concepción personal sobre los vínculos y el amor?
–Vamos a decir las cosas como son. Yo estoy muy bien físicamente, me siento estupendo, no paro de hacer cosas, soy creativo, luchador, pero tengo 74 años y necesidades de un hombre de esta edad y él tiene 33. Son 40 años menos de vivencias. Él todavía tiene muchas cosas que vivir y no me parece que mi rol en esta relación tenga que ser el de comisario. Los dos somos conscientes de esta diferencia de edad, sabemos de las necesidades de uno y del otro, y las aceptamos. Hemos construido un vínculo con determinadas características, distintas al que yo tenía a mis 40 o a mis 20 años.
–Cada pareja es un mundo
–Exacto. Cada pareja tiene sus propios acuerdos. Siempre he sido un hombre librepensador, pero no soporto el engaño. Cuando una pareja estipula un contrato, eso debe cumplir. Todo lo que suceda contra eso previamente establecido es engaño. Si después se decide hacer cambios en ese contrato y uno no está de acuerdo, entonces ya es tiempo de no estar más juntos. Hay cosas que son mutables, el ser humano es mutable.
–En este último tiempo, se habló mucho sobre tu vida personal, cuánto te afecta lo que piensen y digan los demás?
–Poco y nada. Cada peso que tengo me lo gané, nadie me regaló nada; al contrario, desde muy chico, peleo cada centavo. Yo tengo derecho a hacer de mi vida lo que se me dé la gana y así lo hice siempre.
–¿Qué es lo que admiran del otro?
Nahuel: De Pepe admiro todo, cada momento con él es un aprendizaje, en especial viniendo de un maestro como él. Hoy soy como una esponja a su lado, tratando de absorber todo lo que tiene para compartir. Él es una persona que no guarda sus conocimientos, sino que le gusta transmitirlos y en ese sentido, es un muy generoso. Es lo que más amo de su personalidad.
Pepe: Nahuel es un tipo de mucha bondad y una gran generosidad. Mi tía Carmen, que tiene 93 y es como una segunda madre para mí, vive con nosotros. Está postrada y Nahuel puede estar horas charlando con ella. La hace hablar, le hace reír… Y que alguien que esté conmigo haga algo así no me pasó mucho. Nahuel es muy compañero. Antes de la separación discutíamos mucho y después del reencuentro, no hemos discutido ni un solo día. Como si hubiese sido magia. Se ve que nos hacía falta este pequeño golpe.
–¿Cómo se llevan en la convivencia?
Pepe: Muy bien. Cada uno tiene sus espacios, dormimos en cuartos separados. Yo duermo en mi cama con mis seis perros porque me gusta que estén encima mío y él en otro dormitorio. Nos organizamos así porque entiendo que para Nahuel, que se levanta temprano, le es muy difícil si no tiene un buen descanso. Estar en cuartos separados para mí no tiene nada que ver con el funcionamiento de la pareja.
–¿Te cuesta la soledad?
Pepe: Si bien soy un hombre solitario, no me gusta la soledad. Prefiero la compañía, que siempre haya gente en casa. Tal vez con Nahuel no nos vemos en todo el día, pero sé que está. Si él estuviera todo el día al lado mío sería horrible para mí porque yo disfruto mucho de estar encerrado en mi habitación.
DETRÁS DEL ARCOÍRIS
–¿De qué trata Dorothy, tu nuevo musical?
–Es sobre el personaje de la película El mago de Oz, pero todo transcurre cuarenta años después. Dorothy ya es abuela, tiene dos nietos universitarios, ella es maestra y vive en un mundo donde ya no hay arcoíris y ni existen los cuentos de hadas. En un momento dado, el pueblo de Oz le suplica ayuda porque está al borde de la destrucción: la bruja verde impuso una dictadura y el mago de Oz está prisionero.
–¿Qué quisiste contar con esta historia?
–Quería reflejar un relato muy crudo –como lo hice antes con obras como Calígula y Drácula–, pero con una reivindicación del amor.
–¿Cuánto hay de Dorothy en vos?
–Todo… Es inevitable que al escribir la historia no haya plasmado parte de lo que soy. Al igual que en la obra, creo que al final de todo, siempre se trata del amor y de la esperanza. He pasado por cosas muy duras, incluso un cáncer, y siempre me mantuve optimista. Trato de hacer foco en las cosas buenas de esta vida y apuntar a eso. Todo lo que tenga que ver con intentar ser feliz siempre vale la pena.
Otras noticias de Revista ¡HOLA!
Milagros Maylin. En su departamento de Palermo Chico, habla de su amor con Horacio Rodríguez Larreta: “Es el hombre de mi vida”
Las mejores fotos. La romántica boda de Milagros Blaquier y Máximo Diez: todos los invitados, los looks y los detalles
Amores de primavera. De Emilia Attias a Poroto Cambiaso, los romances que salieron a la pista
Más leídas de Revista ¡HOLA!
Inés Berton. La sommelier de tés, que conquistó a estrellas de la música y de Hollywood, nos recibe en su casa de San Isidro
Milagros Maylin. En su departamento de Palermo Chico, habla de su amor con Horacio Rodríguez Larreta: “Es el hombre de mi vida”
Al rojo vivo. Juliana Awada deslumbró con un sensual look en la comida de la Fundación Hospital de Clínicas: todas las fotos
Realeza. El acierto fashion de Máxima, la emoción de Kate en su año más difícil y el nuevo logro de la hija de Carolina de Mónaco