En una espectacular producción, la modelo y conductora abre su corazón y posa en exclusiva para ¡HOLA! Argentina
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Llega con una sonrisa, saluda al equipo y, con el profesionalismo que la caracteriza, se entrega a los preparativos para el shooting. Sin dudas, este es un año muy especial para Nicole Neumann (42), en el que le tocan surfear muchas olas, que se hacen públicas aunque no quiera. Si bien está acostumbrada a que se hable de ella desde los 12 años, cuando empezó su carrera como modelo, en los últimos meses la relación con su hija mayor, Indiana Cubero (14), se convirtió insólitamente en tema de debate público por un supuesto distanciamiento y un montón de pormenores que, muy a su pesar, se multiplicaron en los medios de comunicación y en las redes sociales.
Todo eso convive con la enorme alegría e ilusión de su inminente casamiento, antes de fin de año, con José Manuel Urcera, destacado piloto de Turismo Carretera, Turismo Nacional y Pick Ups, con quien sale desde hace dos años. Manu, como le dicen sus afectos, la sorprendió en enero pasado con la romántica propuesta, algo que ella, según dirá más tarde durante la producción exclusiva con ¡HOLA! Argentina en Sofitel La Reserva Cardales, no esperaba para nada.
–¿Cómo estás? No son meses fáciles…
–Estoy bien. Todo esto que pasa es el resultado de algo que hace años vengo padeciendo. Pero mi prioridad es proteger a mis hijas, por eso hace tres años decidí no hablar más de mi vida privada. A ellas obviamente no les gusta que se hable en el colegio, que la gente les pregunte cosas o les comente algo algún compañero porque, como van creciendo, les llega y tienen acceso a más información. Como esto viene de hace tiempo, entendí que a algunas personas les sirve el escándalo, el barro, pero definitivamente ese no es el camino que yo elegí en mi carrera, entonces no me interesa nada subirme a esa. Hay un montón de cosas que no se saben y que nunca se van a saber porque tengo otra filosofía para manejar los conflictos, sobre todo cuando tienen que ver con mis hijas. A mí lo único que me importa son ellas tres [es mamá, además, de Allegra, de 12, y de Sienna, de 9] y siempre van a estar por encima de cualquier cosa y de cualquier persona. Hoy, más que nunca, me guío por eso y elegí correrme un poco del medio para protegerlas.
–¿Por eso te fuiste del programa Los 8 escalones el mes pasado?
–Un poco por eso y otro poco porque necesitaba tener más tiempo para organizar mis bodas, que se me están viniendo encima y hay que dedicarles tiempo y energía. [Piensa]. Y sí, me empezó a pasar un poco esto del asedio cada vez que iba a grabar, que es difícil de esquivar, yo entiendo que la prensa y todos están haciendo su trabajo, pero el mío como mamá es proteger y resguardar a mis hijas ante todo.
–¿Cómo está la relación con tu hija mayor?
–Trato de no leer nada, pero obviamente estoy al tanto de que se han dicho un montón de cosas, y casi todas son mentira. Yo misma impulsé un “bozal legal” para que nadie pueda hablar de la situación conflictiva –o lo que sea– familiar que involucre a mis hijas, por eso voy a ser la primera persona en respetarlo. Aunque intenté retrasarlo todo lo posible, se me llevó a un lugar donde no me quedó otra opción que acudir a la Justicia, que se está ocupando y tiene todas las pruebas de la verdad. Y también hay una Justicia allá arriba, llamala como quieras, que también está mirando. Quiero paz, sobre todo por mis hijas, que son quienes más padecen. Como adulto, tenés más herramientas y lidiás como podés, vas a terapia, charlás con tu pareja, lo manejás. Pero las criaturas no, eso es lo que más me duele. Preferí salir del foco y tomar todas las acciones para protegerlas y hasta renuncié a cosas económicas que me corresponden con tal de tener paz. Pero no hay camino que conforme. Evidentemente no es lo que se quiere lograr del otro lado.
–Se habló de que tu hija había hecho una denuncia contra vos, después de un escándalo en el colegio… ¿Qué es verdad?
–Todas mentiras. Cada dos días me levanto y tengo mensajes de periodistas contándome que lo llamó tal y le dijo tal cosa. Mentiras para ensuciarme. Todas esas cosas, con capturas de pantalla, nombres y apellidos, están donde tienen que estar, que es en la Justicia.
–¿Tu hija está viviendo con vos?
–No puedo hablar. Pero ellas saben que de mi lado tienen la libertad de hacer lo que sientan y les parezca. Son etapas. Lo único que me importa es su salud mental. Las amo incondicionalmente y estoy para lo que necesiten, me pueden preguntar, entiendo que a veces tengan dudas sobre quién dice la verdad, pero siempre tengo pruebas. [Piensa]. Jamás les jugaría en contra de un vínculo con nadie de su familia porque sería emocionalmente malo para ellas. Así me lo hagan a mí, no se los haría a ellas porque están por encima de todo y de todos. A la larga es lo único que vale y prevalece: tarde o temprano esas cosas se ven. La mentira se puede sostener un tiempo, no una vida.
–¿Cómo lo manejás internamente con ellas?
–En casa se trata de hablar lo menos posible porque no está bueno e intentamos hablar de cosas lindas, lo que hicieron en el cole, lo que vamos a hacer el fin de semana. Pero sí hay cosas puntuales, cuando ya veo que son muy fuertes, y lo único que hago es mostrarles la verdad: “Esto es lo que se está diciendo”, “Acá está la verdad”, “Esto es lo que pasó de esta manera”. Y no mucho más porque son chiquitas, no sé hasta dónde pueden asimilar hoy. Cuando sos chico también es difícil discernir la verdad de la mentira, entonces les digo que todo me lo pueden preguntar y siempre voy a responderles con la verdad, sea lo que sea.
–Sos reconocida como una mujer fuerte, pero todo esto te debe afectar…
–Obviamente, es muy feo que se digan mentiras de vos, dan ganas de salir a contar un montón de cosas, pero priorizo protegerlas. A veces es abrumador, a veces me pega más y me caigo. Esto es día a día. Pero mi motor y mi fuerza mayor son mis hijas. Mientras yo tenga que estar al frente de protegerlas y cuidarlas, nada ni nadie va a lograr aplastarme. Soy escorpiana y, como el ave Fénix, me puedo caer, pero mañana voy a estar resurgiendo de las cenizas, más fuerte. En lo laboral también perjudica, pero no necesito circo mediático para trabajar ni me vuelvo loca porque se esté hablando de mí. Trabajo desde muy chica y, si bien siempre tuve un halo de interés en torno a mi vida privada, hace unos años aprendí a controlar mis impulsos.
–¿De qué manera?
–Mucho yoga, mucha meditación. [Se ríe]. Y estoy contenida por mi familia. Mi hermana Gegé en este momento es un pilar importantísimo en mi vida, también mi pareja, aunque prefiero no cargarlo tanto con temas del pasado, y cambié de psicólogo. Creo que es una cuestión de madurez, de evolución personal: lo que no puedo controlar lo suelto. No me puedo volver loca por lo que al otro le pase o la mala intención que tenga. Entonces me aferro y agradezco lo que tengo, que es un montón, que mis hijas tienen salud y una familia que las quiere, que yo tengo salud, que estoy en un buen año y me voy a casar con una persona divina. Más allá de todo esto, yo tengo otra realidad y otro mundo que me da felicidad en el día a día y nadie me lo puede quitar.
–Ahora viene el cumple de 15 de tu hija y se dice que eso las acercó…
–Ah, eso no lo había escuchado. Estamos viendo qué hacer. Siempre se supo que a ella no le gusta estar mucho en el centro. Estoy tratando de convencerla de que no deje pasar este momento, pero entiendo también que no debe ser fácil vivir una situación así con todo lo que está pasando. La acompaño y se hará lo que ella desee y le haga bien en este momento.
SUENAN CAMPANAS DE BODA
–Mientras tanto, estás preparando tu casamiento para fin de año. ¿Cómo venís?
–No puedo contar tanto porque queremos que sea íntimo, así que no hablo ni de la fecha ni de dónde será. Sí te puedo decir que estoy a full con la ambientación, con los vestidos, los souvenirs. Mi vestido para el Civil lo está haciendo Natalia Antolín y el de la ceremonia religiosa, Laurencio Adot. Ellos también les van a armar los outfits a mis hijas y a las damas de honor.
–¿Cómo fue la propuesta de casamiento?
–Divina, no me la esperaba para nada. Era el aniversario de mis suegros, así que me puse un vestido muy lindo que no había estrenado. Manu me dijo que fuéramos antes para organizar unas cosas y, al bajar, me agarró una chica y me tapó los ojos. Yo le insistía que ya llegaba mi suegra, que se estaba equivocando. Recién sospeché algo cuando escuché la cámara de fotos. En pleno atardecer, Manu se arrodilló y me propuso casamiento. Me morí de amor con la dedicación que le puso. Además, él en la cotidiana no suele ser así de romántico, así que me sorprendió doblemente.
–¿Qué te decidió a querer casarte? ¿Te gustaría volver a ser mamá?
–El amor me lleva a querer casarme. Y, sí, volvería a ser mamá. Cuando te encontrás con un amor como el que tenemos con Manu y el otro tiene esos deseos, se vuelven parte de uno. Tengo ganas de todo. No soy yo sola, tengo tres personitas más y ese amor y esa energía me enamoran más, es un montón. Manu y su familia nos adoptaron tan genuinamente, sus padres las tratan como nietas, sus hermanos como sobrinas y las chicas mueren por verse con sus primos, se adoran, es un regalo enorme.
–¿Cómo es la relación de las chicas con Manu?
–Se adoran. Ellas le escriben cartas, mueren por ir a las carreras, incluso son más fans que yo. Y a él le encanta sorprenderlas, cocinarles en el fogón.
–¿Qué le sumó a tu vida?
–Manu es un gran compañero, me puedo apoyar en él y siempre está para mí y mis hijas. Sumó también alegría, risas, aventuras. No podría estar con alguien que no ame genuinamente, porque yo sola estoy bien. Por otra parte, nuestra familia siempre fue chiquita, bastante quebrada en muchos sentidos, así que ese valor de familia, de querer verse, estar juntos y protegerse es único. No te querés correr más de ahí.
Producción: Ximena Puig
Peinado: Infinitostudiohair, con productos @authenticbeautyconcept.arg
Maquillaje: bycatarain, con productos @bycatarain
Agradecimientos: Natalia Antolín, Paris by FlorMonis, Luna Garzon, Luciano Marra
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