Patito feo, La banda del Golden Rocket y Amor en custodia figuran entre los programas que llevan su firma
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Cada rincón de su casa invita a dejar volar la imaginación, las paredes de colores intensos contrastan y se complementan con el estilo clásico de la construcción estilo inglés. Libros y recuerdos de viajes se apoderan de la decoración. Ambientes que pueden ser el marco ideal para una tertulia de una novela de la británica Jane Austen o vitrinas con muchas carteras de firmas internacionales que remontan al vestidor de Carrie Bradshaw. Así es el hogar de la argentina Marcela Citterio (51), una exitosa guionista y autora de televisión, donde vive con su hija Chiara (19) y su hijo Tiziano (15). Madre e hija comparten el talento a la hora de escribir y, además, aman por igual la literatura y la moda, sienten la misma pasión por los Beatles y sus vidas no serían iguales sin un perro (de hecho, tienen cinco). Dos mujeres que decidieron embarcarse en la aventura de crear The Orlando Books, una editorial donde las novelas que publiquen pudiesen mutar en series o películas mediante el servicio de adaptación de ellas.
–¿Cómo nació esta idea?
Marcela: Cuando leí el primer libro de Chiara me imaginé que podía transformarse en una serie. Fue a partir de eso que pensé en crear una editorial donde los libros que se publiquen pudieran pensarse fácilmente en forma de película o serie. Obvio, todo el mundo me decía que estaba loca, que en estos momentos del país…, pero yo lo visualizaba, veía que la idea se podía trasladar a otros países y que en un futuro Chiara se quede a cargo.
–Y el nombre, ¿cómo surgió?
Marcela: Cuando comenzó a rondar la idea, las dos estábamos leyendo al mismo tiempo Orlando de Virginia Woolf, mi papá se llamaba Orlando y mi hijo se llama Tiziano Orlando. Era el nombre indicado.
–Chiara, no es común que una chica de 19 ya tenga dos libros publicados. ¿Cuándo empezaste a escribir?
–Yo actúo desde los 4 años [conquistó Latinoamérica cuando protagonizó la serie Heidi, bienvenida a casa, en Nickelodeon] y siempre tenía algunas ideas que iba anotando en papeles. En cuarentena, sin poder hacer mucho, mamá me contó que Amazon estaba armando un concurso online sobre novelas de amor, no me animaba a mostrar lo mío, pero lo hice. Si bien no gané el concurso, lo leyeron 75 mil personas. Y ahí surgió la idea de publicar en papel Casi amor. Y después salió el segundo título, Mal amor.
DONDE SE CREA LA MAGIA
En el jardín de la casa hay una pequeña casa que parece de cuentos. Ese es el rincón mágico donde madre e hija pasan horas creando. Vitraux de colores, lucecitas que cuelgan del techo, discos viejos, bibliotecas donde conviven armoniosamente trescientas muñecas Barbie, tazas y teteras antiguas, una cafetera moderna y objetos de diseño. “Este es mi lugar en el mundo. Cuando era chica sólo tuve una muñeca Barbie y era imitación… Bueno, de grande pude comprarme muchas y las amo. Soy loca por las tazas de té y cada vez que viajo, si encuentro alguna en un anticuario, me la traigo”, nos cuenta Marcela, guionista y autora de televisión [entre sus trabajos figuran Patito feo, La banda del Golden Rocket y Amor en custodia].
–¿Cómo es el trabajo de una guionista?
Marcela: Con lápiz y papel arranca todo. Si estás haciendo una serie, hay que sentarse a escribir doce horas todos los días. A mí me gusta esa disciplina. Cuando Chiara y Tiziano eran chicos me salvaba mi mamá, que me ayudó un montón. Si no se me ocurre nada, puedo buscar inspiración en una imagen, en un libro, en una serie….
Chiara: Es sentarse a escribir. Yo no creo tanto en la inspiración, siento que cuanto más escribís más aceitado estás. Escribir es un ejercicio como correr. Tenés que hacerlo de a poco y después sale naturalmente.
–Marcela, después de veinte años de matrimonio, te separaste [del productor Javier Francia]. ¿Cambió entonces tu forma de escribir?
–Creo que ahora que me lo preguntás, me doy cuenta de que me cambió la cabeza a la hora de arriesgar. Transito como mujer una nueva realidad y eso me da otra mirada.
–¿Chiara te aporta otra mirada?
–Fue una bisagra para mí su visión del feminismo. Me hizo dar cuenta de que cosas que yo creía naturales no eran tan así. Empecé a los 18 como dialoguista, me abrí camino en un mundo de hombres donde se naturalizaban muchas cosas que no están buenas, como que las mujeres ganamos mucho menos. En un momento, yo hacía dos tiras al mismo tiempo, escribía diez capítulos por semana… Los autores del unitario que emitía el mismo canal ganaban el doble que yo.
–¿Alguna vez una actriz o un actor te pidieron que eliminaras escenas porque sentían incomodidad?
–En las tiras infantiles nunca me pasó, por si me estás preguntado por Patito feo específicamente. Cuando hacíamos la novela Como vos y yo, Luisina Brando me pidió que su personaje no besara. También me pasó que dos actores eligieran con qué perfil querían salir en cámara y por eso dos personajes no se podían juntar porque ambos querían mostrar el mismo perfil.
–¿Están poco valorados los guionistas en nuestro país?
–Totalmente. En una producción sos el último orejón del tarro. La época dorada de los autores fue con Jorge Maestro y Sergio Vainman, después llegaron los productores que decidieron brillar solos con sus equipos, y el autor quedó relegado. Pero si el personaje principal no funciona, la culpa la tiene el autor y si la pega, el éxito es del actor y el productor. Acá te pagan poco, no te invitan a las fiestas del elenco, ni siquiera dejan que pongas en los créditos los nombres que trabajan en tu equipo. Afuera es distinto, trabajan aliados con el autor. Primero trabajan la historia y a partir de eso, se buscan los actores. Jamás una actriz o actor te llamaría a cualquier hora para quejarse.
–¿Acá te pasó mucho?
–Sí, obvio. [Se ríe a carcajadas]. Pero no me pidas nombres. Algunos te dicen: “Mi personaje no diría esto”, y uno le contesta: “Pero ¿cómo sabés qué diría tu personaje si lo creé yo?”. No es un ser que existe, es ficción. Otra cosa diferente es por si por un tema moral o ético no querés hacer algo.
–Más allá de un tema económico, ¿por qué creés que las novelas turcas tienen tanto éxito?
–Porque hacen lo que nosotros hacíamos en la época de Migré o de Nené Cascallar: no le tienen miedo al romance.
Peinado: Joaquina Spínola
Maquillaje: Pablo Valverde
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