A nueve meses de haber anunciado su ruptura con el productor, la actriz habla de su pasión por actuar, de la relación con sus hijos y de sus proyectos más personales
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“Todos los momentos en los que tuve que tomar decisiones importantes que me costaron y que significaron grandes cambios en mi vida terminaron trayéndome muchas cosas nuevas. No sé si es coincidencia o no, pero a mí me pasa eso. Cuando sos valiente y afrontás situaciones difíciles, en algún punto el universo te recompensa”, dice Guillermina Valdés (45) sobre su presente, hoy marcado por proyectos y el deseo de alcanzar metas personales. Separada de Marcelo Tinelli (62) desde hace nueve meses –después de nueve años de relación y un hijo, Lorenzo (8) –, la modelo y actriz transita una etapa de plenitud y lo admite. “Siento que estoy en un momento de mucha expansión”, dice tras terminar de ensayar una escena de Los 39 escalones, la obra de teatro que protagoniza junto a Facundo Arana y que marca su debut en la temporada de verano de Mar del Plata.
–Después de seis años, volviste a los escenarios.
–Es mi tercera obra y estoy feliz, lo estoy disfrutando un montón. Aunque todavía hay cosas que me siguen sorprendiendo. Ayer justo hablaba con mis compañeros de elenco que la gente les había comentado “che, qué bien que trabaja Guillermina”, como que no se lo esperaban. Pareciera que siempre tengo que demostrar un poco más, por venir del palo de la moda, ser rubia y ser “la mujer de” o “la ex de”. Es como si tuviera que estar a prueba todo el tiempo.
–¿Y cómo te llevás con eso?
–Bárbaro [se ríe], sólo me sigue causando mucha gracia que la gente les comente eso a mis colegas.
–¿Qué es lo primero que sentís cuando estás arriba del escenario?
–Es como un vértigo pero que cada vez lo puedo disfrutar más. Al principio mi cabeza va a mil por hora y pienso cosas como, “tengo toda la obra por delante, no me quiero olvidar nada, quiero se coherente, verdadera, quiero defender mi personaje, etc. Pero después, una vez que te entregás y confiás en tu trabajo, la obra fluye. Yo confío y disfruto. Y cuando una se entrega y disfruta, la magia sucede.
–¿Cuándo nació tu deseo de ser actriz?
– [Lo piensa unos minutos] Creo que estaba el deseo cuando era chica, pero entonces no lo escuché. Mis deseos siempre fueron como puestos a un lado, principalmente por las situaciones que vivía. Fui mamá a los 23 años, y antes que eso, porque fui modelo y me fui a trabajar a los Estados Unidos… Por eso digo que no hubo mucho tiempo para detenerme y pensar “qué quiero hacer yo”. Cuando quedé embarazada de Helena, ya hacía dos años que estudiaba psicología en Belgrano y viajaba todos los días desde Pilar. Con dos chicos chiquitos y la panza se me hizo muy pesado. Entonces quise estudiar algo que no me implicara tanto tiempo y teatro fue mi primera elección, era una asignatura pendiente. Y creo que ahí nació mi deseo, a los 27 años.
–Pero finalmente te escuchaste.
–Sí, el tema es que hay muchos mandatos. Todo el tiempo la mujer tiene que pelearla el doble. Lo que debés ser, dónde debes estar, lo qué está bien, la mirada de los demás...
–¿Fue difícil despojarte de esos mandatos y atravesar ese proceso interno?
–Sí, pero es algo que elegí hacer. No todas las mujeres quieren hacerlo porque genera dolor. Dejar de ser lo que una era también implica un duelo. Se trata de un camino profundo y complejo, pero es la vida que a mí me gusta vivir. Yo sé que soy muy curiosa, me aburro fácilmente y creo que eso me lleva a querer cambiar constantemente. Es parte de mi personalidad ( Se ríe).
–¿Cómo viviste la separación de Marcelo Tinelli?
–Es la segunda separación que vivo, por lo que en algún punto ya no tenía esos fantasmas sobre cómo iba a ser el quiebre. Sabía también que iban a darse algunas situaciones como parte del proceso de ruptura. [Piensa unos segundos]. Obvio que costó, pero cuando la cosa no funciona…. No quiero entrar en detalles sobre quién tomó la decisión porque pienso que las parejas son de a dos y si la relación no funciona, no funciona para ninguna de las partes.
–¿Y hoy cómo es tu relación con Marcelo?
–Nos llevamos súper bien, es un padrazo y una persona con quien puedo seguir hablando y compartiendo momentos. Nos separamos hace nueve meses y cada vez es mejor la situación. Los primeros meses fueron raros, pero con el tiempo nos fuimos acomodando y ahora me queda un vínculo súper lindo con el papá de mi hijo.
–¿Cómo le contaron la noticia a Lolo?
–Todo fue muy natural. Le dijimos “papá y mamá te quieren mucho y se van a seguir queriendo, aunque ya no como pareja”, y lo entendió perfecto. Tuvo sus momentos raros, de extrañar el no volver a comer juntos, pero está bien. Cuando los chicos ven a sus papás bien, todo fluye mejor.
"Las situaciones de la vida me llevaron a enamorarme de dos hombres fuertes de los medios. Tuve momentos de felicidad y cuando se terminó el amor, supe aceptarlo"
–Estuviste cuarenta días alejada de Lolo cuando viajó a Qatar con Tinelli. ¿Se te hizo difícil?
–Un poco. La realidad es que yo tenía fe en que Argentina iba a llegar a la final y salir campeona, así que, cuando nos despedimos, lo abracé muy fuerte porque sabía que no lo iba a ver por un largo tiempo. Yo quería que viviera también esa experiencia con su papá.
–¿Hay planes para mudarte, ahora que te separaste?
–Por ahora está todo bien compartiendo el mismo edificio, todo muy armónico, pero en un futuro no sé si vamos a seguir en ese mismo formato. El día de mañana quizá me mude.
–¿Tenés ganas de volver a enamorarte?
–Estoy abierta a lo que suceda. A mí me gusta la situación del amor, reconozco que me gusta estar enamorada, pero la verdad es que sola la estoy pasando muy bien sola [se ríe]. No voy a hacer apología de la soledad, igual. Que venga lo que tenga que venir y si tengo que estar sola unos meses más, quizá sea por ahí.
–¿Qué cosas no estás dispuesta a repetir en una relación?
–Hoy, por ejemplo, no estoy dispuesta a vivir una relación de pareja. Capaz que en dos años sí tenga ese tipo de vínculo, pero no hoy. Sí tendría un novio [se ríe]. Pensá que yo estuve catorce años casada con Sebastián [Ortega, con quien tuvo a sus hijos Dante (22), Paloma (29) y Helena (17)] y casi diez con Marcelo, y otro novio que tuve antes, con lo cual estuve casi treinta años de mi vida en pareja. Por eso, basta.
–Te enamoraste de dos hombres con imagen fuerte en los medios.
–Sí, pero no quiero definir ni decir que me gusta ese tipo de hombre, porque no lo sé. Sucedió así. Las situaciones de la vida me llevaron a enamorarme de dos hombres fuertes de los medios. Yo creo que es una coincidencia y un aprendizaje que siempre agradezco. Tuve momentos de felicidad con ambos y cuando ya se terminó el amor en esa versión de pareja, supe aceptarlo. Hay una frase que me gusta mucho que dice, “siempre que te vayas de una relación, no des un portazo, cerrá la puerta despacito”. Cuando cierro una relación también lo hago con mucho amor.
–¿Con Sebastián también?
–Sí estamos muy bien, hablamos. Y quiero agregar algo de la respuesta anterior. El momento de expansión que estoy viviendo tiene que ver con conectarme realmente con lo que quiero hacer a nivel profesional. Y no es que en su momento no lo hice porque estuviera con tipos fuertes que no me dejaran, que me taparan u opacaran. No lo hice porque yo tenía la energía puesta en otro lado.
–¿Hoy qué esperás del amor?
–Creo que con los años una empieza a entender que el amor es con una misma. Sé que no es nuevo lo que estoy diciendo, pero cuando podés amarte, reconocerte y tratarte con “amorosidad”, el amor viene en su forma más genuina. Y yo hoy estoy en una situación amorosa conmigo. Ahora que lo pienso, habría que ver cómo voy a vivir una nueva relación. Porque tengo ahora una cuestión de mucha libertad y creo que mi próxima pareja tendrá que entender eso también. Yo no viví eso con mis ex. No hablo de libertinaje porque salgo del teatro y me vengo a casa a comer fideos, no salgo mucho. Hablo del respeto a lo individual, a lo que me representa, a lo que me hace bien… y eso nunca lo viví y no porque haya tenido una mala relación sino porque fueron otros aprendizajes. Fueron vínculos más simbióticos porque yo también era así.
"Habría que ver cómo voy a vivir una nueva relación, porque disfruto mucho de mi libertad"
–En este camino de aprendizaje, ¿Qué te enseñaron tus hijos más grandes y qué caminos están tomando cada uno?
–Dante, que hoy trabaja en marketing y está sacando sus propios temas como músico, ama lo que hace y si hay algo que me enseñó él es la pasión y la determinación con que vive cada cosa que se propone. Helena me aceró el mundo del trap y la tiene clarísima. El año que viene va a estudiar producción musical. Y de Paloma aprendí a escuchar y a observar, dos de sus cualidades más lindas. Es muy inteligente, le gustan mucho la música y el cine, y está en la búsqueda. Y yo se lo permito, porque me parece que cada uno tiene sus tiempos para ir encontrando su propio camino.•
Pelo: Matías Valenzuela
Make Up: Cecilia Inés Lucero
Agradecimientos: Pompavana, parador Serena, Mar del Plata
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