La gira oficial de tres días incluyó una comida de gala en el castillo de Christiansborg
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Los reyes Felipe y Letizia viajaron a Dinamarca en la primera visita de Estado que hacen al país nórdico desde la proclamación del monarca en 2014. Fueron tres días con una intensa agenda con la que se buscó afianzar las relaciones bilaterales entre ambos territorios. Tras la recepción en el Palacio de Amalienborg (en Copenhague) y la posterior reunión con la primera ministra Mette Frederiksen, la reina Margarita de Dinamarca (la más longeva de Europa tras la muerte de Isabel II) fue la anfitriona de la cena de gala a la que también se sumaron los príncipes herederos Federico y Mary, y la princesa Benedicta, hermana de la monarca, representantes de empresas danesas y españolas y figuras de la cultura y el deporte. Como era de esperar, la cena de gala en el castillo de Christiansborg fue un desfile de tiaras y joyas. Fue la reina Letizia la que acaparó la atención de todos con un vestido azul oscuro de Felipe Varela y de silueta ajustada con bordado de hojas con hilo y cristal marino, prusia y zafiro, y falda de mucho volumen (la Reina lo había estrenado en 2015 en una cena de gala en honor del entonces presidente de Perú, Ollanta Humala) que acompañó con una de las piezas más importantes de las joyas de la familia real española: la Tiara de Lis, creada en 1906 por la firma española Ansorena en platino y brillantes que representan la flor de lis heráldica de los Borbones. Un look que completó con unos espectaculares pendientes largos de zafiros y sus pulseras gemelas (dos brazaletes idénticos que la reina emérita Sofía usó muchísimo durante sus cuarenta años en el trono). Además de las joyas, tanto el rey Felipe como Letizia lucieron las bandas celestes de la Orden del Elefante que la reina Margarita les entregó a su llegada. Se trata de la más alta distinción del reino de Dinamarca y que se usa casi exclusivamente para honrar a la realeza y los jefes de Estado. Por su parte, la princesa Mary Donaldson, nuera de Margarita, eligió un espectacular vestido joya de pedrería en verde agua firmado por el diseñador danés Lasse Spangenberg, el mismo que lució en los retratos de su 50° cumpleaños. Un look que completó con una tiara que realmente es un collar convertible y pendientes a juego, ambas piezas con diamantes de talla antigua, rubíes y espinelas engastados en oro de 14 quilates y plata. La anfitriona, la reina Margarita, que es hermana de Ana María de Grecia, tía materna de Felipe, escogió un vestido en verde esmeralda de encaje (el mismo que usó para recibir el año en 2018) y que acompañó con una estola de piel satinada.
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