A los 18 años, la princesa heredera comenzó un nuevo capítulo de su vida
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Sus padres, los reyes Guillermo Alejandro y Máxima de los Países Bajos, la protegieron todo lo que pudieron para que creciera lejos de los focos sabiendo que, algún día, la exposición pública sería inevitable. Con la mayoría de edad -cumplió 18 en diciembre pasado–, ese tiempo llegó para la princesa Amalia, heredera del trono neerlandés. Y no puede sentirse más emocionada.
Para ella, 2022 será un año inolvidable: esta semana se estrenó como universitaria y para eso se mudó sola a Ámsterdam, a unos 64 kilómetros de La Haya. Sacó hace muy poco la licencia para conducir y la Casa Real acaba de anunciar que hará su primera gira oficial: acompañada por sus padres, entre enero y febrero del próximo año, Amalia visitará el Caribe holandés, donde pasará por Aruba, Curazao y St. Maarten (territorios ya independientes pero que mantienen al rey Guillermo Alejandro como jefe de Estado) y las islas Bonaire, San Eustaquio y Saba.
DEL HUIS TEN BOSCH AL CAMPUS
Después de egresar del instituto Christelijk Gymnasium Sorghvliet, y tras dar por terminado el período sabático que se tomó después, la hija mayor de Máxima y Guillermo empezó el lunes la facultad. Es alumna de la Universidad de Ámsterdam (UvA), donde cursa una licenciatura en Política, Psicología, Derecho y Economía (PPLE). Esta elección implicó romper con la tradición familiar de formarse –como su padre y su abuela, la princesa Beatriz– en la Universidad de Leiden, la más antigua del país.
También implicó que dejara el palacio Huis ten Bosch, en La Haya, para mudarse a la capital holandesa, donde comparte con otros compañeros un departamento alquilado a la familia Dreesmann –vecinos en Grecia de Sus Majestades–, uno de los matrimonios más ricos de Holanda que compró la propiedad en 2018 por 2 millones de euros. Ubicado cerca de la popular calle comercial Oude Spiegelstraat y Wijde Heisteeg, en una de las zonas más lindas de la ciudad, tiene vistas al canal de Singel y lugar para estacionar, algo poco frecuente y muy necesario, ya que Amalia acaba de sacar el registro de conducir.
Días atrás, consultada sobre el cambio que se acercaba en su vida, Amalia aseguró: “Tengo muchas ganas de que llegue. Espero conocer mucha gente, aprender cosas nuevas… Pero el estudio es lo primero. No es sólo diversión y fiesta”. Su desembarco en la universidad, sin embargo, estuvo envuelto en una polémica. Amalia quería entrar en una hermandad, pero sus planes se truncaron después de que circulara un video en el que miembros de la Amsterdamsch Studenten Corps y Amsterdamsche Vrouwen Studenten Vereeniging dirigían insultos misóginos y sexistas durante una fiesta celebrada el pasado julio. Tras conocerse el contenido de estas imágenes, la Casa Real confirmó que Amalia no entrará en este grupo estudiantil por decisión propia. Y también aclaró que la etapa universitaria de la princesa será parte de su ámbito privado.
TIARAS DE DIAMANTES Y LOW COST
Para su primer día de clase, Amalia eligió un look cómodo y construido a base de prendas low cost: blusa oversized de algodón con estampa de Circle of Trust (en rebajas se consigue por 39,99 euros) y pantalones wide leg de Zara con bajo deshilachado (menos de 30 euros). Le sumó un trench, zapatillas Veja modelo V-12, múltiples anillos y una cartera grande.
El look casual de Amalia es el que lleva habitualmente. Sin embargo, en su guardarropa empieza a haber cada vez más espacio para looks acordes con sus obligaciones, e incluso algunos trajes de gala, tal como sucedió el mes pasado, cuando participó de la fiesta por los 18 años de la princesa Ingrid de Noruega. En aquella fiesta memorable, en la que coincidió con los herederos de las cortes de Noruega, Bélgica, Suecia y Luxemburgo, Amalia, que adora las tiaras desde chica y conoce perfectamente la historia de cada una de ellas, se “coronó” por primera vez con la alhaja que su mamá llevó el día que se casó.
ESTA SOY YO
Para celebrar su mayoría de edad y darse a conocer a su pueblo, Amalia publicó su historia –es tradición que los herederos del trono de los Países Bajos publiquen su primera biografía a los 18 años–, que escribió la humorista y presentadora Claudia de Breij, después de una serie de charlas con ella. En el libro, la princesa asegura: “Estoy al servicio de mi país. Doy mi vida por Holanda. Si puedo prevenir una mala situación a través de la diplomacia, si puedo hacer que el mundo sea un poco mejor, entonces estaré feliz”.
También se atreve a mostrarse vulnerable y cuenta que de vez en cuando va al psicólogo: “A veces todo se vuelve demasiado para mí: la escuela, los amigos… Si lo necesito, arreglo una cita, me desahogo, lo saco todo y ya estoy lista para el mes”. Sobre sus padres, revela que Máxima “siempre está ahí para mí”, y que “puedo bailar con ella hasta las seis de la madrugada, pero, a la mañana siguiente, va a recordarme que limpie mi habitación”; y que con su padre tiene mucha complicidad, aunque él es más estricto que la Reina.
Por último, dice que su hermana Ariane es soñadora y que con ella intenta mantener la paz en la familia, mientras que Alexia es más cuestionadora y que, ahora que están más grandes se llevan mejor.
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