Con el parate de su trabajo como bailarina y coreógrafa, se asoció con sus tres hermanas y su cuñada para remodelar casas y después venderlas
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A los 9 años entró en el Teatro Colón para bailar en La Bella Durmiente y desde entonces nunca paró de trabajar. Hasta que, en 2020, la pandemia la obligó a hacer una pausa en su vida sobre el escenario. Aunque lejos de deprimirse, Mariela Anchipi (44), se animó a reinventarse y junto a sus hermanas, Gabriela (46), Paula (41), Aimé (35), y su cuñada, Stella (52) –hermana de su marido, el actor Dady Brieva (64)– se pusieron al frente de la constructora e inmobiliaria que su familia había fundado años atrás de la mano del abuelo Felipe.
–¿A quién se le ocurrió la idea?
–A mí. Con la pandemia, los bailarines y los que trabajamos en el mundo del espectáculo quedamos desocupados. Y entonces pensé en darle una vuelta de rosca a la empresa constructora que creó años atrás mi abuelo Felipe. Tanto para mí como para mis hermanas, él y su mujer, Sarita, fueron ejemplos a seguir. Ellos nos criaron a los cinco hermanos y ayudaron mucho a mamá durante nuestra infancia; siempre fueron muy importantes. Felipe era una persona con valores marcados. A sus empleados les decía que no podían trabajar en la construcción sin tener su propia casa, y a muchos los ayudó a conseguirla y les hizo las bases. Desde que somos chicas estamos acostumbradas a jugar entre los andamios, lijar paredes… Las obras nos traen muy lindos recuerdos.
–¿Fue fácil cambiar de rubro?
–Tenía que reinventarme y no quedarme parada. Trabajo desde que soy muy chica, siempre tuve mi plata, entonces para mí no existía la posibilidad de dejar de laburar. Me puse a pensar qué podía hacer y como mi familia siempre trabajó en propiedades, sentía cercano ese negocio. Mi papá, Juan Carlos, tuvo un corralón de materiales de construcción durante cuarenta años y después lo cerró. Mi mamá, Inés, es martillera pública, licenciada en Comercio Exterior y, como es de riesgo por su edad, se tuvo que quedar en la casa y fue así como me empecé a hacer cargo de la inmobiliaria, a preparar las propiedades para mostrarlas, a hacer contratos… Mi hermana, Gabriela, fue al colegio industrial y es maestra mayor de obras. Fue una buena excusa para unirnos y cada una aporta lo que sabe.
–¿Podría decirse que la pandemia sacó a relucir una faceta tuya desconocida?
–Sí, porque al principio me enfoqué mucho al estudio de los chicos, a ayudarlos con la virtualidad, hasta que me di cuenta de que tampoco estaba bueno estar tan encima. También necesitaba también ocuparme de mí.
–Y Dady, ¿te apoyó en el nuevo rumbo?
–Siempre y le encanta lo que estoy haciendo, aunque también me repite: “Ojo que sos artista, no sos solamente esto”. Él fue el que se puso más contento cuando hace poco me llamaron para que volviera a las pistas de ShowMatch cuando Jujuy Jiménez se lesionó. Al ser sólo un reemplazo, yo también voy más relajada, quiero divertirme, no me engancho en las polémicas….
–¿Le da celos verte tan expuesta en el certamen?
–Tiene etapas. En nuestro caso, como pareja, la pandemia hizo que estuviéramos mucho tiempo juntos, el vínculo se fortaleció, pero con el paso del tiempo, nos vino bien un poco de aire. Tanto este emprendimiento de la construcción, como volver a ShowMatch, nos hace bien a los dos. Y en lo personal, sentirme productiva me cambia el humor y me genera seguridad como mujer.
–También te dedicás a tus hijos, Felipe (10) y Rosario (8).
–Soy una mamá presente y cargosa. Los lleno de besos todo el tiempo. Sé que hago todo mal porque todavía los dos duermen con nosotros. Además de la cama matrimonial tenemos otra cama al lado y sé que está mal, pero tenerlos cerca me da tranquilidad. Con la cuarentena nos hizo bien estar todos juntos. Se preocupaban con las noticias y mantenernos unidos nos daba serenidad. Todos los días, a las ocho de la noche, hacíamos el “horario del baile”. Rosario es más parecida físicamente a mí, pero sus actitudes son muy similares a las de Dady. Felipe es sensible e intuitivo, como yo.
–¿Tenés algún otro proyecto en mente?
–Con Dady aspiramos a poder armar nuestro estudio de arte, tener nuestro lugar de enseñanza. Pero por el momento, él está con su espectáculo en el teatro El Picadero y yo, en mis tiempos libres, aprovecho para seguir formándome. Estoy tomando clases de inglés y de dirección de artistas. A pesar del contexto, no me puedo quejar: estoy viviendo un gran momento.
Producción: Consuelo Sánchez
Maquillaje y peinado: Lourdes Costa @luleramakeup
Agradecimientos: Bla Concept, Furzai, Aggo, Oggi Zapatos y Petrilac.
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