Desde sus vacaciones en España, la modelo celebra sus 18 años de carrera y abre su corazón
- 7 minutos de lectura'
Nació en Villa María, Córdoba, donde se consagró como Miss Carlos Paz y Miss Córdoba, y a sus 18 años Karina Olga Jelinek (43) decidió mudarse a Buenos Aires para seguir creciendo como modelo. Tres años después, en 2002, llegó a la pantalla chica para trabajar en la telenovela Son amores y, poco a poco, se fue haciendo su lugar. Esa mezcla de inocencia, picardía y torpeza la convirtieron en un personaje muy querible. Sus frases, como “lo dejo a tu criterio”, que le dijo a Jorge Guinzburg durante una entrevista en 2006, se hicieron inolvidables. “Esa frase me hizo icónica”, aseguró Karina entre risas durante la entrevista telefónica que mantuvo con ¡HOLA! Argentina desde sus vacaciones en España. Al momento de la charla estaba en Madrid y ya había pasado por Ibiza, para celebrar sus siete años de amor con la modelo Florencia Parise.
–¿Cómo ves con los ojos de hoy tus inicios en los medios? Contaste que a veces la pasabas mal en algunos programas de televisión...
–Por suerte eso quedó vintage, hoy ya no se puede faltarle el respeto así a una mujer. Pasé por muchos malos momentos, pero ¿sabés qué? Que Dios haga justicia, yo no tengo rencor. No me fue fácil, pero aprendí y hoy me defiendo, siempre de forma elegante, jamás insulto. Tampoco reniego de eso, no me victimizo, porque de todas las experiencias salí fortalecida, y por eso soy lo que soy ahora. Y gracias a Dios soy muy querida por la gente.
–¿Qué te genera que tu famosa frase “lo dejo a tu criterio” siga vigente?
–Esa frase me hizo icónica, me encanta. Y es única, a veces no sabés qué responder o te sentís incómoda, la decís y ya. ¡Hasta Susana Giménez la usó en una entrevista! El día que surgió, yo pensaba “¿qué contesto?”, y Dios me iluminó. Ana Rosenfeld, que es mi abogada y como mi segunda madre, me aconsejó que la registrara. De hecho, tengo una cápsula de ropa interior con esa frase, y este verano me gustaría hacer otra con trajes de baño y remeras.
–¿Cuál fue el mejor momento de tu carrera?
–Cuando ganamos el Martín Fierro con La jaula de la moda, fue muy especial para mí a nivel laboral.
–¿Y el peor?
–Cuando me enteré por la televisión que mi ex marido [Leonardo Fariña] me engañaba y todas las cosas turbias que hacía. No puedo no contestarte eso porque salió en todos lados, fue el peor momento de mi vida.
–¿En quiénes te apoyás en esos momentos difíciles?
–En mi mamá y en mi papá, hablo con ellos todos los días. Tengo pánico a la televisión y a volar, y eso que viajo bastante. Entonces, le digo a mi papá que rece por mí, porque somos muy creyentes. Te juro que, si yo no creyera en Dios ni en la oración de mi papá, no me subiría al avión.
–¿Vas a misa?
–No, dejé de ir a la iglesia, pero rezo mucho y tengo una conexión privada, directa, con Dios. Lo espiritual es muy importante para mí, hace que no me sienta vacía. Yo sé que Dios me cuidó en muchas oportunidades.
–¿Cómo es eso del pánico a la televisión?
–Después del acoso de los medios por todo lo que me pasó [dice en referencia a su separación de Leonardo Fariña], es como que ahora me agarran ataques de pánico cuando tengo que ir a la televisión porque no quiero que me pregunten por mi vida privada. Es horrible. Lo hablé con mi psicóloga y es por la propia raíz de lo que viví.
–¿Y ahora te volvió a pasar en Bake Off?
–Yo estaba re bien al principio de las grabaciones, pero cuando fui a mi lugar me empecé a sentir mal, mareada. Le empecé a decir a Kennys Palacios: “¿Me van a preguntar sobre mi vida privada y con quién estoy en pareja?”. Me puse re nerviosa, me olvidé la receta y me largué a llorar. Verónica Lozano me ayudó, me dijo que respirara profundo, y la producción también me tranquilizó.
–¿Qué pasó cuando le pediste a Damián de Santo que te ayudara a prender el horno?
–Sé prender un horno, de hecho, tengo el mismo en mi casa. Pero entre los nervios y que todos esos productos son nuevos, me era difícil. Después de mi paso por el Bailando, el Cantando, etc., me di cuenta de que no me gusta ir a programas en los que tenés que competir, lo sufro. No soy boba y sé que no soy experta en esas disciplinas. No pretendo ganar, lo mío va por el lado del show, divertirme y reírme con la gente.
–¿Cocinás?
–Sí, me gusta hacer fideos con champiñones y omelette. Soy muy detallista y me encanta usar muchos condimentos, como romero, cilantro y orégano. Sigo una dieta ayurveda, tengo un médico que me enseñó muchísimo, me gusta lo orgánico y como supersano. También, me parece muy importante el sabor de la comida y cocinar contenta. Ese día en Bake Off le dije a Kennys: “¿Cómo voy a hacer un cupcake llorando?”. Después el jurado lo tiene que comer con esa mala energía con la que lo cocinaste.
–También sorprendió cómo te plantaste frente al jurado y le pediste explicaciones sobre los motivos de tu eliminación del programa…
–Entré llorando, con pánico, y me fui como una leona. La gente se reía por eso, me decía “Kari, sos lo más”. Para mí, yo no fui la peor e insisto con eso.
–¿Tenés carácter fuerte?
–Tengo carácter y mucha personalidad. Así con esta voz dulce te digo las cosas, pero sin violencia ni mala onda, por eso le caigo bien a la gente.
–Dijiste que habías bajado tu perfil, ¿qué te llevó a tomar esa decisión?
–Lo hice justamente por todo lo que pasé. Gracias a Dios trabajo mucho con mis redes sociales y sigo en La jaula de la moda después de nueve años, pero no estoy dando muchas notas ni me gustan los programas de chimentos. Intento no hablar de mi vida privada porque me cuesta caro. Ahora estoy bien y feliz en todo sentido, pero puedo estar mejor, no soy conformista. Y voy a estar mejor.
–¿Qué sueños te quedan por cumplir?
–Varios. Uno que no se pudo cumplir es el de ser mamá. Hice una tapa de revista hablando sobre eso y se abrió mucho debate. No se pudo y no se pudo, ¿por qué tengo que dar tantas explicaciones? Pero bueno, por algo será, respeto lo que Dios quiera para mí.
–¿Ese deseo sigue vigente?
–Sí, estoy charlando con profesionales al respecto.
–De tu pareja tampoco te gusta hablar…
–Trato de cuidar mi intimidad porque, cada vez que hablo, la gente opina. Mi pareja es una persona muy reservada y quiero cuidar eso. Estamos bien, hace siete años. Fue nuestro aniversario y celebramos en Ibiza. Ojalá que perdure y siga todo bien.
–¿Cuál es la clave para perdurar?
–Ufff, surfear las olas. Uno se pelea, es parte de la vida, pero hay que aprender y no irse a dormir peleada con tu pareja, porque si no, tenés pesadillas. Si es una discusión, hay que poner cara de Wanda. Y si te dice algo incorrecto o te pregunta por qué, decís “lo dejo a tu criterio”. Porque si no, no durás nada, es re difícil. Otra clave es dormir abrazadas.
–¿Cómo sos en el amor?
–Soy pasional, soñadora y fantasiosa. Me gusta disfrutar, hacer regalos y que también se acuerde de mí, que sea detallista.
–¿Sos celosa?
–Sí, y lo admito.
–¿Cómo sería una cita ideal con tu pareja?
–Comer algo, tomar un aperitivo y charlar. Al principio, tranqui. Después… lo dejo a tu criterio.
Agradecimientos: @nicofreijo y @summercreativo (producción y estilismo); @pauloherrera.foto y Camilo Perdomo (asistente de fotografía); @cesarruiz.oficial (peinado); Lola Casademunt, Custo Barcelona, Suot Studio y XXL.
Otras noticias de Revista ¡HOLA!
Cumplió 90 años. Mónica Cahen D’Anvers habla de su vida sin César Mascetti: “No extraño nada más que al Tata”
Betina O’Connell. Su época en Montaña rusa, por qué se alejó de la TV y su hija mayor, que también quiere ser actriz
Tiene 86 años. Es actriz y directora, madre de una famosísima modelo y asegura: “Trabajo mucho sobre mí misma para estar bien”
Más leídas de Revista ¡HOLA!
Milagros Maylin. En su departamento de Palermo Chico, habla de su amor con Horacio Rodríguez Larreta: “Es el hombre de mi vida”
En fotos. El divorcio de Chiara Ferragni, los fabulosos looks de Jennifer Lopez y la “mimetización” de Bradley Cooper con su novia
Amores de primavera. De Emilia Attias a Poroto Cambiaso, los romances que salieron a la pista
Carolina de Mónaco. Así están hoy los nietos de la princesa, los hijos de Andrea, Pierre y Charlotte Casiraghi