El 27 de junio cumplieron ocho años de casados y en plan luna de miel, están recorriendo África
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Cada mañana, los huéspedes de Giraffe Manor, en Nairobi, se despiertan con un suave golpecito en la ventana, señal de que tendrán un privilegio único: la posibilidad de desayunar con jirafas. Rodeada de 140 hectáreas de bosque, la majestuosa hacienda de estilo escocés –su construcción data de 1932- es el lugar donde vive la cuarta generación de la familia CarrHartley en Kenia, pero también es el hogar de una manada de jirafas Rothschild, especie en peligro de extinción.
Dos veces al día –al desayuno y al té—, los animales asoman sus largos cuellos a través de las ventanas en busca de que alguien les ofrezca bolitas recubiertas en almíbar. Y una vez que comen, se retiran para seguir andando tranquilas por el bosque.
Este mágico lugar, a solo diez minutos del concurrido centro de la ciudad, tiene diez habitaciones (arrancan en U$ 1930 la noche), todas ellas con nombres de personas que ayudaron a mantener la mansión a lo largo de los años, todas decorada con muebles antiguos, camas con doseles y grandes baños. También hay un jardín muy cuidado y un museo dedicado a la famosa escritora danesa Karen Blixen, autora de “Memorias de África”, quien se alojó en más de una ocasión en este singular hotel.
UN LUGAR DONDE TODO ES POSIBLE
Doce jirafas se mueven a sus anchas por los alrededores, todas ellas descendientes de las cinco que originalmente trajeron en 1974 los ecologistas Jock Leslie-Melville, nieto del Conde escocés de Leven, y su mujer Betty, nacida en Estados Unidos, y fundadores del Fondo Africano para la Preservación de la Vida Salvaje (AFEW, por sus siglas en inglés); a ellas se unen jabalíes, antílopes y más de 180 especies de aves.
Entre sus visitantes ilustres figuran Mick Jagger, Madonna y el magnate Richard Branson, así como también la top model Gisele Bündchen, quienes, al parecer, no tuvieron inconvenientes en que por unos días las verdaderas estrellas fueran estos fabulosos animales de cinco metros.
Los actuales propietarios de la propiedad son el matrimonio Mikey y Tanya Carr-Hartley, que viven allí con sus tres hijos, Sala y los gemelos Kinna y Tisa. La pareja fundó la empresa The Safari Collection, que ofrece cuatro destinos de ensueño. En este reino a la sombra del monte Kilimanjaro, todo es posible.
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