Luego de doce años en pareja con y dos hijos, se confiesa en su primera entrevista de soltera
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Es una mujer que sabe lo que quiere. Sabrina Rojas (41) no duda al hablar. Luego de doce años en pareja (se casaron en 2016), se separó de Luciano Castro (46), con quien se convirtió en madre de Esperanza (8) y Fausto (6). Y apenas cinco meses después, dice: “Me propuse priorizarme. No quiero quedarme con la culpa de lo que no fue, voy a encenderme y a disfrutar”, se sincera la modelo y actriz.
–¿Cómo transitás este nuevo presente?
–Tuve etapas. Al principio me tenía que repetir que era la decisión correcta, que iba a estar todo bien y a veces tenía miedo de lo que estábamos haciendo. Veía a los chicos irse con la mochila a lo del papá y yo me quedaba en casa sola, y me venía el llanto y la nostalgia. Es un proceso tremendo hasta que te vas poniendo de pie de a poquito. Y cuando te querés acordar, estás disfrutando con amigas, de tu tiempo sola y podés ver que fue una buena decisión.
–¿Qué los llevó a la separación?
–No hay un porqué. Nadie hizo algo específico. Creo que los dos hicimos lo mejor que pudimos, hubo mucho amor y nos acompañamos muchísimo, pero a veces hay cosas que dejan de fluir y cuando eso pasa, hay que tomar distancia. Nosotros ya pasamos por esto y después nos amigamos, pero a veces se necesitan muchas separaciones para llegar a la definitiva. Estuvimos doce años juntos y hoy no hay posibilidad de arreglarnos. No hay un porqué en nuestra separación. No hubo un conflicto. Ninguno quedó lastimado, sólo necesitábamos despegar. Costó, causó dolor, pero entendimos que era lo mejor. Y ahora estamos separados, aunque juntos a la par.
–¿Quién tomó la decisión?
–Fueron muchas charlas. No hubo una propuesta, sino una conclusión en conjunto. Muchas veces uno lo evita y se estira todo por la familia, pero está bueno poder sincerarse. Me doy cuenta de que al padre de mis hijos le di muchas más oportunidades que a cualquier amor y cuando no fluye lo mejor es parar. Al tener una familia de por medio, se intenta una y mil veces, pero cuando eso ya no da para más, hay que buscar la manera de seguir siendo una familia, pero separados. Si él levanta el teléfono y me dice que necesita algo, voy a ser la primera en estar y sé que es recíproco. No nos soltamos la mano. Va a haber amor toda la vida porque es el padre de mis hijos.
–Se habló de infidelidades…
–Sí, pero lo resolvimos con mucho diálogo. Entendimos que no nos importa qué piensan los de afuera. Muchas veces se dijeron cosas que fueron mentira, nosotros lo sabemos y con eso basta. No hace falta salir a explicar. Yo era consciente de que estaba casada con una persona que generaba muchas cosas por ser buenmozo, por su exposición… Si no tenía las cosas claras hubiera sido imposible estar tanto tiempo juntos.
–Los dos siempre fueron catalogados como sex symbols. ¿En algún momento les generó un problema entre ustedes?
–Cero. Siempre tuvimos muy en claro lo que es el laburo y lo que somos adentro de casa. Al salir nos poníamos el mameluco de chicos lindos, pero somos muy simples, nos gusta el bajo perfil.
–¿Cómo controlaban los celos?
–Si sos celosa no podés salir con una persona que trabaje de actor, de galán. Somos muy seguros de nosotros y las cosas que nos han causado celos tienen que ver con pequeñas actitudes, no con nuestros trabajos. Siempre hicimos lo que quisimos, Luciano tiene la cabeza muy abierta. Si me guardé más, fue por elección, porque elegí estar con mis hijos. Si laburábamos los dos a la par, los chicos se quedaban solos y a la hora de elegir pensando en la economía familiar fue una decisión en conjunto que yo me quedara en casa. Siempre estuve donde tenía ganas. Pareció que yo había cambiado mi perfil por Luciano, pero nada que ver, lo cambié porque fui creciendo y me enamoré. Elegí otro camino para mi vida, pero él siempre me ayudó a laburar.
“CUANTOS MÁS AÑOS TENGO, MEJOR ME SIENTO”
–¿Cómo te llevás con el paso del tiempo?
–Muy bien. Sólo me agarra un poco de pánico al ver cómo crecen los chicos. Desde el lado de la coquetería no me preocupa, cuantos más años tengo, mejor me siento. Me cuesta verlos crecer. Soy una madre muy presente, hablo mucho con mis hijos y siempre con la verdad. Esperanza es muy parecida a mí, es sociable, un ser feliz que se adapta a todo. Es muy noble y me doy cuenta de que tiene la capacidad de disfrutar esté donde esté. En cambio, Fausto es más parecido al papá, superbueno, pero más introvertido, más selectivo.
–¿Te hacés tiempo para vos?
–Creo que es muy saludable poder hacerlo. Los primeros años no lo hacía y me di cuenta de que eso me generaba un malestar. Está bueno no olvidarse que además de ser mamá, también sos mujer. Ahora volví a una adolescencia hermosa. Vienen amigas a dormir a casa, me voy con un bolso a la casa de alguna de ellas, nos quedamos charlando hasta la madrugada. Todo eso no lo vivía desde los 20 años.
–¿Cómo les contaron a los chicos que se iban a separar?
–Lo consultamos con amigos que habían pasado por la misma situación y tuvimos una charla. Se lo intentamos decir de la manera más natural para que la noticia no fuera tan impactante y después fue fundamental lo que ellos empezaron a ver en el día a día. Les explicamos que íbamos a seguir juntos más allá de todo y así es. Cuando Luciano los viene a buscar, entra, se sienta, tomamos unos mates, nos damos un abrazo… Entonces se dieron cuenta de que estaba todo bien. La única diferencia es que ya saben que no somos pareja, pero todo lo otro sigue igual. Hay semanas que nos fluye, y es totalmente genuino, y hay otras que tenemos que hacer un esfuerzo. Pero entendemos que hoy la prioridad son ellos.
–¿Te imaginás compartiendo una comida o un viaje con una nueva pareja y tu ex?
–Hoy no me imagino nada porque es todo muy reciente, pero deseo que eso suceda en un futuro. Ya lo he hecho con una anterior pareja de Lu. Pero eso también depende de la otra persona. Tiene que ser una decisión en conjunto. Ojalá que podamos compartir un asado, cada uno con su pareja, que pasemos Navidad todos unidos. Eso es lo ideal y lo que me gustaría, pero no sólo depende de mí.
–El 16 de septiembre reestrenan la obra Desnudos, donde comparten elenco.
–Ya lo hicimos en el verano de 2020, teníamos arreglado repetirlo y nunca pensamos que en el medio nos íbamos a separar. Ahora nos pareció que estaba bueno seguir haciéndolo porque tampoco es que somos una ex pareja que nunca más se va a ver. Seguimos teniendo una cotidianidad compartida y hablamos prácticamente todos los días. Entonces, ¿por qué no vamos a poder convivir arriba del escenario?
–¿Puede generar confusión?
–No, es un trabajo. Es como todo en la vida. Algunas semanas nos moriremos de risa y otras tal vez haya un ambiente más tenso. Lo bueno es que también estamos acompañados por amigos, no son sólo compañeros de trabajo. Ellos nos conocen mucho a los dos y ese contexto ayuda. Nosotros no nos separamos con una pelea, fue con amor, y porque las cosas no funcionaron.
¿EL NUEVO DUEÑO DE SU CORAZÓN?
–El fin de semana, se te vio caminado por la calle abrazada y a los besos con el Tucu López.
–Nos encontramos cuando se puede y la pasamos bien. No te puedo decir más que eso. El tiempo dirá.
–En un caso como este, ¿lo hablás con Luciano?
–Tenemos mucho diálogo y los dos sabemos nuestras verdades. No estamos en deuda, cada uno puede hacer su vida y el respeto es el diálogo. Si hay una duda, nos preguntamos. Entre nosotros, sabemos nuestra verdad.
–Me imagino que te habrán llegado propuestas de candidatos…
–No te niego que me entretengo mucho a la noche con mis amigas viendo mensajes que jamás hubiera imaginado. Es halagador… Hoy me propongo permitirme todo. Tengo 41 años, me quedé soltera siendo joven y estoy con ganas de estar bien. No quiero estar en ningún lugar que me tire para atrás. No busco una pareja, pero deseo estar con gente que sume y si deja de sumarme, adiós, no la voy a remar. No quiero tener más hijos, quiero pasarla bien. Hoy sólo me importa lo que piensen las personas que quiero y que me rodean.
–¿Te gustaría volver a convivir?
–No. Mi familia ya la hice, la tuve, la tengo y no necesito más que eso. Después, puedo aceptar un compañero para pasarla bien, pero volver a rehacer una familia no. Me gusta estar en pareja, pero como lo hice toda mi vida, ahora creo que no podría volver a convivir con alguien. Estoy en otro momento y tengo ganas de experimentar otras cosas. Aún ni siquiera tramitamos el divorcio, ni lo hablamos. Igualmente, lo importante es que las cosas estén claras entre nosotros.
Producción: Mica Faiman
Maquillaje: Ricardo Valles
Peinado: Guille Parra para Mala peluquería
Agradecimientos: Camila Colino, Villa Candelaria, Lambo propiedades, Marimba, Var’s, Boutique Celebré, Valentino di Zavatti, Ailinlabel y Cuenca Mestiza
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