Entre carruajes antiguos. Trescientos invitados se reunieron para celebrar un picnic solidario en Pilar
Fue la quinta edición del evento, que este año se hizo a beneficio del comedor San Francisco de Asís
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PARA LA NACION
En medio de un entorno campestre y a la sombra de un añejo monte de pinos elliotis, el pinic de carruajes del country Pilará celebró su quinta edición, a total beneficio del comedor San Francisco de Asís, la tarde del primer sábado de noviembre. Los protagonistas: trece carruajes antiguos, intervenidos por decoradores y artistas, que transportaron a los invitados a los paisajes y recuerdos más diversos: un atardecer en la Toscana, una escala en la campiña francesa, un club de libros y poesías, una posada rodante y un té de samuráis –con una representación en vivo de estos guerreros del antiguo Japón–, solamente por citar algunos.
Los trescientos invitados, repartidos en unas diecisiete mesas y trece picnics, pasaron una tarde inolvidable, que comenzó pasadas las cuatro y se extendió hasta la puesta del sol, musicalizada en vivo por Sol Mihanovich.
La jornada cerró con una infaltable entrega de premios. El del carruaje mejor ambientado se lo llevó Javier Iturrioz por su intervención de Ómnibus con “Une escale en provence”. “Imaginé una parada al costado del camino, en plena campiña francesa, con toques de toile de jouy, baúles de Louis Vuitton y vestidos de época, en el que rememoramos un viaje en el Ómnibus como los de antes, casi de mudanza. Esta parada, además, la hacemos para detenernos, apreciar esta buena misión de vida y ayudar con todo lo que se pueda”, detalló el arquitecto, que sumó a sus amigos Roberto Devorik, Inés Berton, Julieta Kemble, entre otros, a la movida. El jurado estuvo integrado por Teresa Garbesi, Mora Furtado (ya recuperada del accidente en el que fue arrollada por un auto en su bicicleta), Ada Mazo, Teresa Frías, Evelyn Scheidl y Pía Hasenclever. A su vez había una exposición de fotos que acompañaba el picnic y en esa área el premio fue para Gustavo Moros. También hubo una subasta solidaria de joyas y obras de arte, a cargo de los influencers Jero Freixas y su mujer, Jose Del Cabo. “Siempre lo hacemos a beneficio de asociaciones vecinas de la localidad, y este año fue para poder transformar el comedor San Francisco de Asís en una escuela de cocina y así generar una salida laboral. En esta oportunidad innovamos y en vez de vender entradas, cada mesa de benefactores eligió qué equipamiento donar”, contó la anfitriona del evento, Lía Ruete, integrante de la familia socia y fundadora de Pilará y otros desarrollos inmobiliarios en la zona. “El balance es feliz: superamos ampliamente las necesidades del equipamiento de cocina, por lo que sumaremos mejoras edilicias al comedor”. Una noticia perfecta para cerrar la tarde con un brindis por una noble y buena causa.
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