La actriz cuenta cómo es el día a día en la familia ensamblada que armó con su marido, Sebastián Graviotto, y revela: “A veces pienso en tener un hijo más, pero Sebi está más indeciso”
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Son tiempos de pura felicidad para Juana Repetto (33). A pocos días de cumplir su primer aniversario de boda con Sebastián Graviotto (34), celebra la vida en la casa que acaban de estrenar, en un barrio privado en Beccar. Hace cuatro meses y medio, nació Belisario para sumarse a su familia ensamblada: ella ya era mamá de Toribio (5) y el instructor de esquí tenía a Lupe (5), fruto de una anterior relación. “El embarazo de ‘Beli’ fue muy distinto al de ‘Toro’. En el primero, la pasé muy mal en el puerperio, tenía un miedo irracional, y esta vez, fue al revés: durante el embarazo me sentía con culpa y estaba reactiva. Entonces pedí ayuda e hice terapia con una psicóloga perinatal”, cuenta.
–¿Cómo supiste que estabas embarazada?
–Estaba muy angustiada porque venía con algunos desajustes hormonales y me habían dicho que era probable que tuviera que hacer un tratamiento de fertilidad para volver a quedar embarazada. Sin embargo, al primer mes de búsqueda lo logramos y fue una gran sorpresa, tuve un atraso, ya me sentía con algunos síntomas, me compré un test y cuando vi que era positivo no lo podía creer porque no me lo esperaba tan rápido.
–¿Cómo se lo dijeron a Toribio?
–Con Sebi tratamos de ser prudentes y esperar los tres meses para contarle a la familia, pero Toro parecía que ya lo sabía. Venía diciendo que quería un hermanito y un día, de la nada, me preguntó: “¿Mamá tengo la suerte de que tengas un bebé en la panza?”. Se lo tuvimos que contar y fue muy divertido porque me respondió: “Pero no tenés panza”. Desde el minuto uno estuvo muy contento con la noticia. Durante el embarazo fue muy compañero.
–Tiene 5 años, pero se muestra muy maduro. ¿A qué se lo adjudicás?
–Siempre demostró eso porque es muy analítico, argumenta y tiene muy buena memoria. Para mí tiene que ver con que desde que estuvo en la panza le hablé y le expliqué todo. Lo mismo hago ahora con Belisario; por ejemplo, antes de cambiarlo, le anticipo lo que voy a hacer. Estamos muy acostumbrados a tratar a los bebés como objetos, en cambio, en la crianza más fisiológica y respetuosa que a mí me gusta, se busca respetarlos desde que nacen, tratarlos como una persona. Hablar las cosas de frente, sin subestimarlos, porque entienden absolutamente todo desde el minuto uno.
–Para el embarazo de Belisario hiciste Hypnobirthing, un curso acerca del parto respetado.
–Sí, me gusta informarme, sobre todo desde que soy mamá. Con Toro deseaba un parto respetado y pagué por tenerlo sin intervenciones, pero finalmente me tuvieron que inducir. Fue todo lindo, me había quedado con las ganas de tener realmente un parto sin intervenciones, en el agua y por suerte, me informé y en el Otamendi pudo parir como lo había soñado.
–Con Toribio vos tomabas todas las decisiones porque eras madre sola. Ahora estás en pareja…
–Sebi es muy complaciente, le gusta escuchar y aprender cosas nuevas. Su visión me ayudó un montón porque yo era muy estricta, pero conversamos, encontramos un equilibrio y así fui encontrándole el lado positivo de tener otra visión de igual a igual en lo que es “mapaternar”. [”Nombre que integra al hombre y la mujer, madre y padre en la crianza de los hijos, reconociendo a ambos como creadores y acompañantes en el proceso de crecimiento y crianza, juntos”]. Las decisiones sobre el bebé ahora son de a dos, pero a mí me salía de manera natural plantearle a Sebi las cosas ya resueltas. Por ejemplo, decía “quiero este obstetra” y no se lo había ni consultado a él. Hacer el curso de Hypnobirthing fue un espacio que nos sirvió para conectarnos con el embarazo como pareja. Esos días mamá [Reina Reech] se llevaba a Toro para que además empezara a adaptarse a dormir fuera de casa y terminó siendo un gran plan para todos.
–¿Qué dice Sebastián de tu método de crianza?
–Yo ya lo conocía en esta faceta porque cuando empezamos a salir él ya era padre de Lupe. Sumado a que yo también era mamá, había muchas cosas que ya las habíamos hablado antes de la llegada de Beli y ya estaba resuelto lo que íbamos a hacer. Por ejemplo, con la alimentación pudimos negociar. Si va a un cumpleaños, come lo que quiere, pero en casa no hay industrializados, entonces el ochenta por ciento del tiempo que está en casa, sé que su base es saludable. Sebi es supercompañero, me acompaña en la crianza, le encanta informarse y nos divertimos mucho juntos.
–¿Toro le dice papá?
–No, porque él ya sabe cómo es nuestro formato de familia, cómo fue y cómo está ahora. Y si no le nace decirle papá, está bien que sea así y si le dijera también está bien. Sólo lo hizo alguna vez, pero siendo más chiquito, para imitar a la hija de Sebi. Sebastián ocupa ese espacio y los rótulos es lo de menos.
–¿Cómo se manejan como familia ensamblada?
–Cada uno hace hasta donde le nace. Sebi no suele retar a Toro y yo tampoco a su hija, sólo le frena el carro si no estoy yo. A él le gusta más estar para la parte divertida, jugar juntos a la pelota, andar en skate, esquiar.
–¿Cómo es Reina como abuela?
–Es una figura clave en todo momento. El exceso de protección que tenía con Toro, la simbiosis de haber sido siempre nosotros dos solos, ella me lo equilibra porque sé que mientras yo estoy con Beli, lo cuida como nadie.
–Y tu papá [Nicolás Repetto], ¿cómo se lleva con tus hijos?
–Con Toro tienen una conexión impresionante. Se aman y durante la pandemia se re extrañaron. Hace poco se reencontraron y fue divino. Toro sabe que él vive en Punta del Este, le dice “la casa de la playa”. La conoce y ya entiende que, como vive lejos, no lo vemos muy seguido. Para mí en este embarazo fue rara mi relación con papá porque con el de Toro habíamos estado muy conectados y con el de Beli no pudimos por la distancia.
MAMÁ A TIEMPO COMPLETO
–¿Tenés ganas de retomar tu profesión de actriz?
–Con Toro sólo hice un año de temporada de teatro porque era al mediodía, pero hacer una obra a la noche no lo veo posible porque no me quiero perder algunos ritos de la maternidad, como darle de comer, bañarlo… Teatro no haría por el momento, no sería compatible con la vida que quiero tener con mis hijos. En algunos meses, podría hacer algo en la tele, un programa de dos horas, en donde pueda llevarme a mi bebe al camarín, pero hoy, gracias a las redes, no siento que desaparecí del radar, sigo trabajando. Cuando los chicos estén más grandes y vayan al colegio en el mismo horario, me gustaría hacer una tira.
–En las redes sociales tu voz es referente entre las madres jóvenes.
–Es algo que tomo con mucha responsabilidad. Soy consciente de que todo lo que digo tiene consecuencias y por eso, tengo cuidado con las cosas que comparto. Todo lo hago desde mi experiencia, pero siempre consulto con profesionales.
–¿Qué es Goodaabi?
–Un grupo motivacional con hábitos saludables en el que estuve durante el embarazo, donde hay una psicóloga perinatal que te acompaña para que tu peso sea el adecuado y estés bien nutrida vos y el bebé. Ahora estoy en un grupo de lactancia que es para un descenso saludable, con un plan de alimentación adecuado para una mujer que está dando de mamar. Después del nacimiento de Toro ellos me ayudaron a bajar los últimos cinco kilos y me quedé en sus grupos de mantenimiento por ocho meses y gracias a eso pude mantener el peso que siempre quise. Por eso, cuando me enteré que estaba embarazada volví a sus grupos sin dudarlo.
–¿Cómo te definirías?
–Soy una mamá presente, me gusta dedicarme a los chicos. Pero admito que soy bastante obsesiva con algunas cosas de la crianza. Por ejemplo, cuando vamos a la montaña a esquiar y Toro se va con el profesor, el primer día siempre lloro. Sufro hasta que vuelve. Trato de que no les afecte a ellos, pero no me es fácil. No logro llevar el ciento por ciento la crianza que me gustaría, pero hago todo lo que puedo. Los crio con alimentación a libre demanda, apego y upa.
–¿Hay algo que hiciste con Toribio y hoy no te gustaría repetir?
–No porque estoy re contenta con su crianza. Siempre se puede mejorar, pero entiendo que los ideales no existen. Exigirme tanto me hace sentir frustrada y no está bueno, lo ideal es encontrar un equilibrio. A veces pienso en tener un hijo más, pero Sebi está más indeciso. Todavía tenemos un hijo muy chico, veremos qué sucede. Ahora estamos disfrutando de haber logrado una casa nueva, con jardín, pileta y parrilla porque nos gusta mucho juntarnos con amigos y compartir tiempo en familia.
Maquillaje y peinado: Vicky López Saubidet
Agradecimientos: Rimmel, Bubú Tejidos, Bosco, Manick Patagonia, Lola y Chango y Mapuche hecho a mano.
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