“Me preguntaba qué iba a hacer con alguien de 22... Pero ya no: amo su forma sana de quererme”
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Unos días antes de que llegara la primavera, Eugenia Suárez (30) hizo un romántico posteo en su Instagram. Como llevada por la fuerza de la temporada del amor, le dedicó las palabras más dulces a su novio, el cantante Thomas Tobar (22 años, nacido en Santiago del Estero), más conocido como Rusherking. “Me enamoré de él porque luchó por un sueño que parecía imposible de alcanzar (…). Me enamoré de su forma de quererme, de su corazón y mirada nobles. Me enamoré porque no sé cómo lo hace, pero me abraza y sé que todo va a estar bien. Me enamoré porque me valora como madre, mujer y profesional (…). No se conformen con menos nunca, nunca”, escribió la China.
–¡Qué gran declaración de amor!
–Fue un impulso, un ataque de amor. Yo soy de decírselo a la persona que está conmigo, pero fue inevitable y le quise mostrar al mundo lo que estoy viviendo. Es un amor tan puro que quiero que todos lo sepan.
–Dejaste claro por qué lo amás...
–Es muy fuerte lo que me pasa con Tomi. Al principio, les decía a mis íntimos que no lo podía explicar y entendí eso de que hay amores que no tienen explicación. No podía poner en palabras por qué me gustaba tanto o qué era lo que me atraía de él. También me preguntaba qué iba a hacer con alguien de 22, tenía mis prejuicios, pero nunca me lo había planteado cuando era al revés. Tuve parejas que me llevaban más de diez años y nunca me hicieron ruido. Los centennials vienen desprogramados, con otra cabeza, con otra visión del mundo, sin preconceptos. Además, sus amigos y su familia lo aman. Amo su forma sana de quererme…
–Vos siempre dijiste que eras muy libre en el amor y parece que diste con alguien que piensa igual.
–Por decir eso, he tenido problemas, pero libre no significa que quiero estar con mucha gente al mismo tiempo. Cuando estoy con alguien, no tengo plan B, ni cabeza, ni ojos para otra persona. Me enamoro perdidamente y a veces eso tampoco es tan bueno porque se sufre más. No me gustan estrategias, ni los juegos del estilo “Dejalo esperando para contestarle”. Yo digo lo que siento y él es igual. Es un amor superpuro. Estoy viviendo un sueño porque es algo idílico. Siempre fui de decir “Bueno, si se termina, se termina”, pero esta vez no quiero que se termine y no tengo problemas en decirlo. Nuestro amor es como un viaje divino del que no quiero volver.
–Rusher está en un gran momento profesional, no tiene hijos…
–Yo ya tengo mis hijos y también estoy en un buen momento profesional, entonces acá no hay apuros, no se habla de convivencia, vivimos el presente. Él tiene sus tiempos, se junta con sus amigos, compone, se ocupa de su carrera; yo estoy con mis cosas, estoy con mis hijos cuando tengo que estar. Somos individuos y eso es muy importante que no se pierda en una relación. Estar con alguien que piense lo mismo es tranquilizador.
–¿Quién dio el primer paso?
–Hubo dos personas que oficiaron de Celestinos porque me hablaban mucho de él. Una vez nos cruzamos en un boliche, él estaba con un amigo y yo también. Tomi preguntó por mí esa misma noche, yo no lo tenía, pero dije: “Ah, mirá”. Y fue un flechazo.
–¿Cuánto hace que están juntos?
–Soy malísima para las fechas… Al toque blanqueamos, creo que es la primera vez que no hay que esperar. Creo que fue en mayo que subimos la primera foto juntos y listo.
“SOY MI PROPIA EMPRESA”
–¿En qué está tu marca de ropa?
–Sigo haciéndola con Natalia Antolín, pero queremos darle un giro. Vamos a dejar un poco de lado los vestidos para dedicarnos más a los trajes, algo que yo uso mucho. Me gusta que sea una cápsula que tanto mujeres y hombres puedan usar. Quiero que todos los que quieran un China by Antolín puedan usarlo.
–Ahora te falta un perfume propio...
–Estoy en eso. También estoy muy enfocada en sacar una línea de skin care. Estamos trabajando con mi cosmiatra porque quiero que esté avalado por una especialista con experiencia. Tengo mil cosas a la vez, con mis tres hijos –pendiente de que no les falte nada, ocupándome, estando mucho con ellos–, tengo otro proyecto en España y dos series para el año que viene en Star+, la música, la moda… No paro.
–¿Siempre fuiste como un pulpo o se acrecentó con los años?
–[Se ríe]. Siempre fui de estar con muchas cosas, pero reconozco que estoy con más ganas de concretar mis proyectos. Hoy soy mi propia empresa. Por ejemplo, hay un personaje que quiero hacer en cine y por eso me junté con una amiga productora y estamos buscando director e inversores. Me gusta ir en busca de los proyectos que quiero y no esperar con los brazos cruzados.
–¿Qué otra cosa te trajeron los años?
–Trabajo desde muy chiquita y aprendí a poner mis límites, a preservarme, a hablar con los que me respetan y los que no, dejarlos pasar. Estoy en esa búsqueda y soy mucho más feliz. Es una etapa de calma, de mucha paz después de tanta tormenta. La llegada de los 30 me sacudió fuerte y está bueno parar la pelota y decir “Bueno, ¿qué quiero para mi vida? ¿Qué errores cometí? ¿Qué no quiero hacer nunca más? ¿A qué le doy bola y a qué no?”. Se trata de hacer autocrítica. Ya no tengo 20, no soy una chica, soy mamá de tres hijos, me mantengo sola hace muchos años, tengo que hacerme cargo.
–El “sacudón de los 30″ del que hablás también trajo un sacudón en tu círculo rojo de amigas conocidas, ¿no?
–Yo entendí que el que se quiere alejar, hay que dejarlo. No hay que pedirle a nadie que se quede en tu vida si no quiere. Yo mato por mi círculo íntimo de amigos y no concibo la amistad de otra manera. Tengo una forma muy libre de ser en cuanto a la amistad, en cuanto a los tiempos, las exigencias, los reclamos... A mí no me gustan los planteos en las relaciones amorosas, mucho menos en la amistad. Yo jamás le pediría explicaciones a un amigo de lo que hace o deja de hacer. En su momento, sentí un dolor muy grande, no voy a mentir. Después entendí que, con los años, el círculo de amigos se va cerrando y me siento cómoda con eso.
–Se está por estrenar Objetos, la película que filmaste en España, un proyecto que dijiste que habías soñado mucho.
–Tenía escrito “Filmar en España” en un papelito guardado en una caja que decía “Mis deseos”. Ojo, tampoco es soplar la velita el día de tu cumpleaños pidiendo un deseo y ya está. Yo quedé en la película después de tres castings, que se me juntaron con otra cosa que estaba filmando, con Amancio muy chiquito… Estaba enloquecida con el tema de la lactancia, me la pasaba llorando porque no entendía por qué estaba tan lastimada. Me acuerdo que llegué a casa a las doce de la noche, muerta de todo el día, y me puse a hacer el último casting porque se vencía la fecha de entrega. Digo, hay esfuerzo detrás de las cosas que persigo.
–¿Cómo vislumbrás tu carrera de cantante?
–Quiero crecer en el mundo de la música y poder hacer shows. Cuesta, lleva su trabajo y vamos de a poco. Estar metiéndome en el mundo de la música tiene que ver con haberme animado. Era un ámbito al que siempre le tuve mucho respeto y yo creía que no tenía suficiente para dar o que no había lugar para mí. Es algo que no quiero dejar pasar.
–¿En qué te inspirás para escribir tus canciones?
–En mis hijos, pensar en mi papá me inspira… El amor, el desamor, las relaciones. Soy una romántica empedernida, una fanática del amor. Es mi motor.
–¿Te gusta mucho estar en pareja?
–Me gusta compartir. Tengo mis momentos y mis días de soledad, pero la verdad es que disfruto más cuando estoy acompañada. Y no hablo sólo de estar con un hombre, hablo de la compañía de mis hijos, de mis amigos, de mi familia.
–¿Qué música solés escuchar?
–De todo. Mi Spotify es una mezcla. Me encantan las baladas, pero también escucho regaetton, música urbana, Los Chalchaleros –porque me recuerdan a mi infancia–, Alejandro Sanz… ¡Para todos los gustos!
MAMÁ SIN ETIQUETAS
–¿Cómo es el vínculo con Rufina, la mayor de tus hijos?
–Los chicos vienen con otra cabeza y la verdad es que es un placer. Más que enseñarle a ella, yo estoy muy atenta a las cosas que ella me dice o a sus actitudes porque me enseña muchísimo. Viene libre de prejuicios y yo, como mamá, no quiero meterle ninguna etiqueta. Quiero que Rufi sea libre, que elija… Me dice: “Mamá, a veces me gusta más la ropa que dicen que es para varón” y yo le explico que está perfecto que así sea. O también me cuenta que le gustaría cortarse el pelo bien, bien cortito. “Hacé lo que te haga feliz, que yo siempre te voy a acompañar” es mi respuesta, entendiendo que tiene 9 años y que hay que poner límites también.
–¿Cuál de tus tres hijos es más parecido a vos?
–¿De personalidad? Creo que Amancio, es muy Chucky, muy salvaje, trepado al tobogán más alto de la plaza, siempre al borde de partirse la cabeza. [Se ríe]. Mi mamá me dice: “¿Ves? Ahora estás viviendo lo que yo viví cuando vos eras chiquita”.
–¿Rufina o Magnolia dicen que les gustaría ser actriz o cantante?
–A las dos les encanta. Rufi se la pasa haciendo bailes o coreografías de Tik Tok, pero es vergonzosa y por ahora dice que no quiere ser actriz. Magnolia también es tímida. Yo, a la edad de ellas, era mucho más caradura y tenía muy claro que quería ser actriz. ¡Y aquí me ves!
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