El sábado 12, y tras cuatro años de noviazgo, se casaron y celebraron con trescientos invitados, entre los que estuvieron Mirtha Legrand, Mauricio Macri, Juliana Awada y Carolina Ardohain
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Con el sol cayendo sobre Buenos Aires, María Belén Ludueña y Jorge Macri celebraron el sábado 12 su casamiento en La Rural. Habían estado un año soñándolo y querían que todo saliera impecable, pero también que resultara relajado para sus trescientos invitados, entre los que había familia (muchos llegados de Mar del Plata, la tierra natal de la novia y de Tandil, donde nació el novio), compañeros de trabajo y figuras del espectáculo.
Entre otras caras conocidas, estaban Mirtha Legrand, Mauricio Macri y Juliana Awada, Carolina Ardohain y Roberto García Moritán, Horacio Rodríguez Larreta (sin su novia, Milagros Maylin, ya que era su cumpleaños), Patricia Bullrich, Flavia Palmiero, Luis Scalella, Flor de la V y Guillermo Andino y Carolina Prat. Y a todos se les pidió que, si preferían, en lugar de regalos podían hacer una donación a la Fundación Morfables 21 (ayudan a personas con discapacidad), de la que la conductora y abogada es madrina.
LA CEREMONIA CIVIL
A las 18.30, María Belén llegó a bordo de “Aurora”, la camioneta Chevrolet Apache de los años 60 de Jorge y sus hijos. Espléndida, lucía un traje de Fabián Zitta, el pelo suelto y con ondas apenas sujetado a los costados, y una enorme sonrisa. Del brazo de su padre, Carlos Ludueña, y con “What a Wonderful World” sonando de fondo, caminó hacia el altar dispuesto por la wedding planner Adela Braun en un sector al aire libre y decorado con flores blancas silvestres. Detrás de ella, tirando pétalos de rosa, iba su ahijada Juana, hija de su hermana María Paz. Más allá de la emoción lógica (lloró al entrar y al salir), seguramente también habrá agradecido que, pese al pronóstico y gracias a que cumplió con la tradición de llevar huevos a un convento, no llovió ni una gota hasta el día siguiente.
Al momento de intercambiar anillos, la pareja tomó el micrófono y se dedicó palabras amorosas. “Nos conocimos en un programa de televisión, nos sacamos una foto y, a partir de ahí, todo cambió. Yo soy muy feliz a tu lado”, expresó la novia. Y siguió: “Nos conocimos el 8 de agosto de 2017 y exactamente un año después me pediste que fuera tu novia y, ahora, acá estamos. Acá estoy yo y te voy a cuidar siempre”. A su turno, el ministro de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires (que también confió en Zitta para su traje impecable) aseguró: “Para mí fue flechazo de una. Pero además de que es linda, me impresionó la luz que tiene. Te amo hoy y te amo para siempre”.
LA FIESTA
Ya convertidos en marido y mujer, María Belén y Jorge recibieron a sus invitados en el restaurante Central y los agasajaron con manjares criollos y mediterráneos. Tras el cóctel (gravlax de salmón marinado, lomo thoné con alcaparras, buñuelos de espinaca y un puestito criollo con minichorizos, matambre, mollejas grilladas y provoletas rellenas, entre otras delicias), se podía elegir entre curry de langostinos con arroz basmati, bifecitos de lomo con alioli de Dijon, papas crocantes y gremolata de maíz ahumado, y malfatti de ricota y espinaca. Todo, presentado para comer sólo con tenedor y poder circular libremente. Más allá del postre de maracuyá y la mesa dulce, la gran vedette fue la enorme torta de bodas de brownie con dulce de leche y merengue italiano.
HABLA LA NOVIA
“La noche fue soñada, mejor de lo que imaginamos. Hubo una energía muy linda entre los invitados, todos con ganas de celebrar el amor”, le contó a ¡HOLA! María Belén. Y siguió: “Nuestro first dance fue con nuestra canción ‘Tre Settimane da Raccontare’, de Fred Bongusto, que luego compartimos en familia, fue como el vals de la noche.
A partir de ese momento se abrió la pista con Juan Diego, de Sarapura, y no paramos. A las 23 llegó el momento de Ráfaga, con sus clásicos, y seguimos hasta el carnaval disfrazados de guardaparques. Todos nos acompañaron con caretas de animales, gorros y sombreros para la jungla. Ese momento lo abrió una batucada con gorilas, osos, jirafas”.
Todo concluyó a las 4.30, cuando la pareja partió al Four Seasons para pasar su noche de bodas en la suite Álzaga Unzué de La Mansión. Hoy, ya disfrutan de su luna de miel en París.
Informe: María Sol Testa Renzi
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