Llevan cinco años y medio juntos y viven uno de los momentos más felices de su historia de amor. En exclusiva, reciben a ¡HOLA! Argentina para contarnos todos los detalles
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Esta vez, entrar en la vida de Eduardo y Elina Costantini es diferente. Esta vez, el embarazo de siete meses de la modelo y empresaria de 34 años es el absoluto protagonista. La dulce espera de Kahlo Milagro, la primera hija del matrimonio que nacerá a fines de enero, se lleva toda la atención. Y es lógico porque, como ellos mismos dirán más adelante, “este es nuestro gran proyecto”. Sentados en el amplio living de su espectacular casa de Nordelta, Eduardo y Elina –con dos tazas humeantes de té sobre la mesa– se disponen a la charla con ¡HOLA! Argentina de una manera especial, atravesados por la emoción y una alegría desbordante que se contagia.
–¿Cómo describirían el momento que están viviendo?
Eduardo: Es un momento único, milagroso.
Elina: Estamos muy felices, como si estuviéramos soñando.
–En la primera tapa de ¡HOLA! Argentina que hicieron juntos cuando estaban de novios, en 2019, ya hablaban de casamiento e hijos…
Eduardo: Nos casamos rápido y lo otro nos llevó mucho esfuerzo. El gran proyecto de la familia era tener un hijo y al principio creíamos que era fácil. Decíamos: “Bueno, lo vamos a tener en marzo”, “No, mejor que nazca en febrero”. [Se ríe]. Y no, fue algo que nos demandó mucha espera. Y justamente por eso lo valoramos tanto. Se va a llamar Kahlo Milagro porque justamente es un milagro volver a ser padre a mis 78 años. Es una gran alegría.
–¿Cómo fue el momento exacto en que se enteraron del embarazo?
Elina: Yo tenía un atraso y me sentía rara, con náuseas… Estábamos en Nueva York y lo llamamos a nuestro médico y él nos dijo que podía estar embarazada. Entonces compré dos tests y los dos me dieron negativo.
Eduardo: Al día siguiente, le dije que los repitiera porque para mí iba a cambiar el resultado.
Elina: ¡Y ahí me hice cuatro tests! [Se ríe]. Y ahí sí… ¡todos positivos! Una locura de felicidad.
Eduardo: Los primeros meses del embarazo los viví como algo de mucha fragilidad, que había que sostener y cuidar. Las ecografías y el médico nos iban dando mucha tranquilidad. Ahora estamos por entrar en el séptimo mes…
–¿Te hicieron muchos estudios, Elina?
Eduardo: ¡Es que ha avanzado tanto la medicina preventiva! Es increíble.
Elina: Por momentos a mí me gustaría saber un poco menos, no tener tanta información. Pero hay que seguir las recomendaciones médicas. ¿Te cuento algo? En uno de los estudios que me hicieron salió que la beba tiene 95,5 de la genética de Eduardo.
–¿Quién eligió el nombre?
Eduardo: Los dos porque a ella se le ocurrió Kahlo y a mí, Milagro.
Elina: Yo soy fanática de Frida Kahlo desde hace años. Una mujer fuerte que admiro mucho. Siempre quiso tener hijos y no pudo. Junto a las curadoras de su museo en México, leímos muchas cartas de ella en las que contaba que había perdido siete embarazos. Y elegí Kahlo porque Frida nos traía mucho de ese sufrimiento que había vivido ella. Y yo le dije a Eduardo: “Vos ya tenés siete hijos, yo elegí el primer nombre, te toca el segundo”. [Se ríe].
Eduardo: Kahlo es un nombre de varón y a mí me costó un poco al principio, pero la gente adoptó naturalmente el nombre de la beba y le regalan cosas. ¡Hasta le ofrecieron trabajo!
Elina: Algunas marcas ya me llamaron para hacer campaña cuando tenga seis meses. No nació y ya tiene trabajo.
Eduardo: Kahlo nos va a pasar a todos por arriba. [Se ríe].
–¿Ya le compraron ropa?
Eduardo: ¡Una valija entera! Fuimos juntos a comprar.
Elina: [Se ríe]. Cuando estuvimos ahora en Madrid compramos para recién nacido, para 3 meses, para 6…
Eduardo: Lo importante es no malcriarla. Kahlo nacerá en cuna de oro y hay que saber educarla muy bien para que sea una persona sencilla, humilde, motivada por la vida y que no sienta que está todo servido.
–¿La habitación de Kahlo está lista?
Elina: Si bien ahora estamos con reformas, acá en Nordelta y en la Torre Grand Bourg, desde hace dos o tres años tenemos los ambientes asignados para su habitación porque sabíamos que se podía demorar, pero en algún momento íbamos a ser padres.
–Elina, ¿cómo estás transitando el embarazo?
Elina: Hasta los cuatro meses y medio tuve muchas náuseas y vómitos. Le ponía onda, pero me sentía muy mal.
Eduardo: Pero al mismo tiempo tenías antojos…
Elina: Y me cambió el sabor de muchas cosas. Ahora lo vivo como algo increíble, de muchísima plenitud. El embarazo es un estado mágico, único. Yo me siento protegida, como que Kahlo viene con una energía de bendición y no necesito nada más que eso. Es un proceso asombroso.
Eduardo: Y como la panza está más grande, se siente más. Eli se come un chocolate y la beba empieza a moverse como loca. Elina: Cuando escuchamos música o Eduardo le habla a la panza, también se mueve. Eduardo: Me encanta ponerle la mano en la panza…
–Eduardo, ¿cómo te ves como papá a los 78?
–Esta beba es un regalo de la vida, un regalo único, increíble y muy deseado. A esta edad lo voy a vivir diferente porque tengo mucha más experiencia, soy más contemplativo y voy a poder disfrutarla al máximo. Por otro lado, no sé cómo voy a hacer para acomodarme al ritmo de una beba que se despierta cada tres horas para comer, hay que cambiarla, estar atento a los llantos… Es 24x7 sin parar. [Se ríe]. Vamos a morir de amor por ella y con Kahlo se completó la familia. Si bien antes éramos totalmente responsables del amor que tenemos con Elina, ahora lo vamos a ser mucho más. Esta beba nos une más. Nosotros nos acompañamos mucho, nos alentamos en nuestros respectivos proyectos, compartimos el proyecto del otro, pero este es nuestro gran proyecto.
–¿Qué tipo de madre imaginás que vas a ser?
Elina: Me imagino una madre muy dedicada no sólo a mi hija, sino también quiero que ella me vea dedicada a mi trabajo. Yo tengo mucha energía y quiero que me vea así. Los bisnietos de Eduardo se cansan conmigo cuando jugamos, ¡imaginate! Me gustaría ser una madre desestructurada y no tan obsesiva.
Eduardo: Ella es muy perfeccionista y tiene una personalidad muy fuerte y va a tener que dejar que Kahlo elija su propio camino, eso es lo más importante…
Elina: ¡Eso desde ya!
Eduardo: Los dos somos figuras fuertes y no le va a ser fácil a ella si nosotros no somos muy sabios para acompañarla.
–¿Cuál es la fecha de parto y dónde será?
Elina: La fecha es entre el 20 y el 25 de enero y la voy a tener en Los Arcos. A mí me encantaría que sea parto natural.
–¿Ya eligieron los padrinos?
Elina: Pensamos en un amigo de Eduardo que amamos…
Eduardo: Lo que pasa que mis amigos son todos de mi edad, hay que elegir más jóvenes.
–¿Qué rasgo de la personalidad de cada uno de ustedes les gustaría que heredara?
Elina: Mi fortaleza y mi alegría. Que sea una mujer que no le tenga miedo al mundo y que se arriesgue a vivir, que viaje, que experimente, que no tenga limitaciones.
Eduardo: De mí me gustaría que tenga una mirada a largo plazo, que sea una persona honesta que le dé un sentido a la vida y que actúe en consecuencia.
–¿Cómo creen que va a cambiar la vida de la pareja con la llegada de Kahlo?
Eduardo: ¡Una revolución!
Elina: Si bien trabajo desde los 12 años, quiero tomarme un año –aunque algunas cosas tengo que hacer sí o sí– para disfrutar del momento mágico que se viene.
–Si este momento fuera un cuadro, ¿qué título le pondrían y quién les gustaría que lo pintara?
Elina: “La creación”.
Eduardo: Si viviera, me encantaría que fuera, obviamente, Da Vinci.
–Eduardo, ¿ya tenés pensado un primer cuadro o una obra de regalo para tu hija?
Eduardo: No lo sé. Tengo que conocer su personalidad primero. En uno de sus cuartos sí va a haber una obra que está haciendo Juan Solanas (hijo de Pino), que se titula El milagro.
Elina: Como él es director de cine y fotógrafo, se trata de una pantalla con fotos, en su mayoría de Uruguay, que van a ir pasando y que a medida que Kahlo vaya creciendo va a haber fotos de ellas, con palabras para que aprenda…
Eduardo: Va a ser interactiva, pero muy calma.
–Ya tienen claro que cuando empiece a gatear, las obras de arte que están a ras del piso corren peligro...
Eduardo: Está clarísimo y pensado, pero no resuelto. [Se ríe].
–Elina, ¿cómo es estar casada con un empresario y coleccionista de la talla de Eduardo?
–Yo lo admiro muchísimo y si bien ya pasaron cinco años y medio desde que estamos juntos, nuestro amor y mi admiración por él siguen creciendo. No sólo nos conocemos en el enamoramiento inicial –que estás un poco ciego de amor–, sino también en el tiempo, amoldándonos el uno al otro.
–¿Cómo manejan los desacuerdos en la pareja?
Eduardo: Ella es chispita y yo aprendí a ceder para que los desacuerdos no escalen. [Se ríe].
Elina: Vos también sos muy impulsivo. Eduardo: Aprendimos a salirnos de las discusiones. Antes nos quedábamos más enroscados. Elina: Somos mucho de conversar para resolver.
–Elina, ¿cómo estás viviendo esta nueva edición de la Semana de la Alta Costura (SAC) durante tu embarazo?
Elina: ¡Feliz! Pensé que iba a ser más difícil, pero la beba me acompañó muy bien y me dejó trabajar tranquila. Va a ser algo único porque es la primera vez que el Teatro Colón recibe una semana entera de moda. Arquitectura, música, arte… todo unido.
Eduardo: A mí me encanta verla en este rol y la aliento mucho. Que le dé continuidad al SAC me parece maravilloso. Elina es joven, pero tiene mucha experiencia en el mundo de la moda.
–¿Cómo tomó tu familia, Eduardo, el embarazo de Elina?
Eduardo: Mirá, nosotros tenemos nuestra historia y siempre creímos –y yo lo he aplicado siempre en mi vida– que si vos hacés una cosa honesta, guiado por los buenos deseos, como es nuestra historia fundada en el amor sincero y comprometido, el tiempo es tu mejor aliado. El tiempo convalida las cosas ante la familia, la sociedad, los amigos. Nosotros somos una pareja particular que siempre va a tener gente que le gusta y detractores que se oponen… En Instragram tenemos haters y lovers y es normal.
Elina: Me encantan los haters de Instagram. [Se ríe]. No necesitamos que nadie convalide nuestro amor. Nunca nos importó lo que digan o piensen los demás. En la familia, hubo muchos que les cayó muy bien la noticia del embarazo y a otros que no, no voy a ser mentirosa. Pero la realidad es que recibimos más amor que celos.
Maquillaje y peinado: Martín Blanco
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