La reconocida nutricionista revela cómo superó algunos momentos difíciles gracias a la fe y anuncia que pronto se mudará a Vancouver, donde vive su hermana Luisana
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Extrovertida, espontánea y dueña de una energía que contagia buena onda. Daniela Lopilato (45) es nutricionista, actriz, mamá de Daira (19) y Benicio (10), hermana mayor de Darío (43) y de Luisana (36). “Y la primera del clan que incursionó en la actuación”, aclara entre risas. Estudió teatro con Alicia Zanca y Julio Chávez, hizo trapecio y clown. “En casa el teatro estaba muy presente. Mi papá Eduardo había participado en algunas películas cuando era joven y nos alentaba. Participé de algunas ficciones, pero reconozco que no tenía mucha paciencia para hacer colas en los castings y a veces me iba. De grande hice obras de teatro, pero también quería estudiar Nutrición y decidí enfocarme más en esa carrera”, cuenta Daniela. Autora de dos libros –Comer es un placer saludable y Comer contentos–, reconoce que su histrionismo la ayudó a moverse como pez en el agua cuando la invitaban a la televisión para hablar como nutricionista. “Se llenaba el consultorio y todos querían atenderse conmigo, por eso me dediqué de lleno a mi profesión. La gente piensa que ir al nutricionista es que te dé una dieta para bajar de peso y no es así. No hay que morirse de hambre para estar bien, sino que hay que saber qué cosas te hacen bien y cuáles no, por eso siempre pido análisis de sangre antes de armar un plan. Los suplementos también son superimportantes”, explica.
–¿La cocina y la comida siempre estuvieron muy presentes en tu familia?
–Mi mamá, Betty, cocina como los dioses, tenía la facilidad de cocinar con los pocos ingredientes que tenía en la heladera y encima que fuera sano. Yo aprendí de ella y es lo que traté de transmitir en mis libros. De hecho, yo fui mamá en dos etapas de mi vida muy distintas y la forma que les di de comer a mis hijos también fue muy diferente por los tiempos y por la experiencia adquirida. Mis libros reflejan eso. Luisana también cocina un montón y las berenjenas en escabeche que hace Darío son lo más. Hay que resolver con lo que hay. A las amigas de mi hermana en Canadá les enseñé a hacer cosas con los pocos ingredientes que tenían en la heladera y estaban fascinadas.
–Le hiciste un plan alimentario a tu cuñado, Michael Bublé, que le permitió cambiar su cuerpo. ¿Pensaste en algún momento trabajar en Canadá?
–¡Siempre fue buen paciente! Ahora aprendió a comer y ya no me necesita. [Se ríe]. El año que viene voy hacer un máster en Nutrición y Dietética en Canadá, me interesa mucho la Nutrigenética (una rama de su carrera que tiene por objetivo estudiar cómo las distintas variantes genéticas de las personas influyen en el metabolismo, la dieta y las enfermedades asociadas) y quiero especializarme para seguir creciendo profesionalmente. Me gusta la vida que llevan allá. En principio sería irme dos años. Los chicos están de acuerdo, los padres de mis hijos también (Daira es hija de su primer matrimonio y Benicio es fruto de la relación que mantuvo con el ilusionista Gastón Quieto, de quien se separó hace casi seis años) y es un buen momento para hacerlo. Ahora me estoy perfeccionando con el inglés porque no lo hablo tan fluidamente. Obvio, a mis pacientes de acá los seguiré atendiendo a la distancia.
LAZOS DE SANGRE
–¿Cómo definirías a los Lopilato?
–Somos una familia muy, muy unida. Nuestros padres siempre nos inculcaron el valor de la unión y yo se los transmito a mis hijos. Lo más importante en la vida es ser buena persona, ser transparente y tener un corazón honesto. Ese es el gran valor de nuestra familia, somos auténticos.
–Tus padres pasan mucho tiempo en Canadá. ¿Los extrañás mucho?
–¡Luisana, devolveme a mamá! [Se ríe]. Lo que pasa que antes, cuando estaban tramitando la residencia, tenían que pasar más tiempo allá. Ahora ya les salió. Los tres hermanos estamos todo el tiempo en contacto por videollamada. ¡Extraño mucho a mis sobris! Mi hermana te puede llegar a decir “llamame urgente”; si no, no la atiendo porque estoy haciendo otra cosa. Y como buena hermana mayor la llamo al toque toda preocupada y me dice: “Ah, era para consultarte por una receta”. [Se ríe]. Ojo, no somos perfectos... Nos peleamos entre nosotros como cualquiera, pero tenemos una unión incondicional.
–Cuando tu hermana se enamoró de un cantante internacional, que vivía del otro lado del mundo, ¿tuviste miedo de perder esa unión?
–No, porque ella lo vivió como algo muy natural. Cuando lo conoció y recién empezaban a salir, me preguntó qué pensaba y yo le dije: “¡Viví lo que te está pasando! ¿Qué tenés para perder?”. No importa en qué lugar del mundo estemos, nunca dejamos de estar presentes el uno para el otro.
–La religión también tiene un lugar importante en tu familia…
–Sí, sentimos que Dios está siempre presente en nuestras vidas. Nos pasaron cosas muy difíciles y siempre nos dio una señal, una respuesta.
En 2016, su sobrino Noah (el hijo mayor de Luisana) tuvo cáncer de hígado y, tras dos años muy duros, logró recuperarse. En 2022, Daniela sufrió un accidente de auto que podría haber resultado fatal. “Manejaba tranquila por una calle de Florida [en la provincia de Buenos Aires] y un auto que venía muy rápido me tocó y di varios tumbos. Como si fuera una película, veía volar dentro del auto todas las cosas que llevaba en la cartera. Podría haber sido un accidente terrible y salí sin un rasguño, sólo me pusieron un collarín. El año pasado se incendió la cocina de mi casa. Habían tirado algo muy caliente en la rejilla del lavaplatos y a la madrugada mi hijo se despertó y vio humo. Yo ya estaba medio dormida, pero pude levantarme y sacar a los chicos. Un mes antes había contratado un seguro para la casa… En todas esas cosas siento que Dios nos protege, que protege a la familia. Todo lo que te pasa en la vida es por algo y todo tiene un aprendizaje, que quizás no lo entendemos en su momento. Nosotros, como familia, siempre tenemos una actitud muy positiva”, cuenta.
“ESTÁ BUENO ESTAR SOLA”
–¿Quién es el más bravo de los hermanos?
–Todos tenemos carácter, pero cuando me enojo soy terrible. [Se ríe]. Yo soy más de enfrentar. Darío es más tranquilo y Luisana también tiene mucho carácter, pero nunca explota como me pasa a mí.
–Y con Darío, ¿sos celosa?
–¡Nah! Al contrario, él de chico fue muy celoso conmigo. Como nos llevamos dos años nada más, fue muy cuida. En realidad siempre fue muy protector con nosotras. Él ahora está muy bien en pareja y estamos felices de verlo con ella, que es buena persona y tiene un corazón humilde, que es lo más importante. Los vemos muy bien.
–Vos te separaste dos veces. ¿Pesó eso ante la mirada familiar?
–No. Si bien somos cristianos, en eso somos abiertos. Yo creo que muchas parejas siguen juntos cuando no deberían estarlo. Hoy lo puedo decir con esta madurez. Ahora estoy sin pareja y está bueno estar sola porque es un camino en el que me descubro. Me tengo a mí. La realidad es que, si no estás bien con vos mismo, no podés estar con nadie.
Maquillaje y peinado: Joaquina Espínola (@joaquinamakeupartist)
Producción: Consuelo Sánchez
Agradecimientos: Ampi Vera, Clara Ibarguren, Lali Ramírez, Ginger Joyería y Beautee
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