A dos décadas del histórico 2 de febrero de 2002, repasamos los datos menos conocidos del día en que una plebeya argentina se convirtió en princesa
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1. TRADICIÓN ARGENTINA.
La torta tenía cuatro pisos, rematados con el monograma de la pareja. Los novios la cortaron con el sable de marino de Guillermo Alejandro. En ese momento, Máxima y el príncipe tomaron espumante Chandon Extra Brut, que viajó especialmente de Mendoza a Ámsterdam. Y ella, que quiso mantener la costumbre criolla de las cintitas, llevó adelante el ritual detrás de escena.
2. SOUVENIRS.
En 2002, el Correo Real Holandés emitió una edición limitada de un sello postal y una moneda de plata (de diez euros) con los perfiles de los novios. En la actualidad las dos piezas se consiguen en Mercado Libre por veinte mil pesos.
3. LUNA DE MIEL.
En el momento en el que Máxima dijo “Ja ik wil” (‘sí, quiero’) no sabía adónde irían de luna de miel. La costumbre holandesa impone que sea el novio el encargado de elegir el destino, que debe mantenerse en secreto hasta después de la ceremonia. Los recién casados disfrutaron de su honeymoon en Nueva Zelanda.
4. CARROZA DE ORO.
Como marido y mujer salieron de la Nieuwe Kerk de Ámsterdam al ritmo del “Aleluya”. Afuera los esperaba una multitud. Los flamantes esposos subieron a la famosa carroza de oro para recorrer las calles de la ciudad, la misma que inspiró a Walt Disney para diseñar los carruajes de sus películas animadas.
5. MIL INVITACIONES.
Se enviaron más de mil invitaciones, de las que apenas cien quedaban reservadas para la familia y amigos de la novia. Sus padres no fueron –Jorge Zorreguieta estaba impedido de asistir por su participación como secretario de Agricultura y Ganadería entre 1979 y 1981 durante la última dictadura militar. Y su madre, en solidaridad, se quedó con él viendo la boda por televisión–, por lo que estuvieron presentes sus hermanos, Martín, Juan e Inés Zorreguieta Cerruti, y Dolores, Ángeles y María Zorreguieta López.
6. BODA HISTÓRICA.
El día que la chica argentina de la gran sonrisa se convirtió en princesa novecientos millones de personas en todo el mundo siguieron la boda por televisión.
7. PRESUPUESTO MILLONARIO.
Los gastos de la boda, que corrieron por cuenta del ayuntamiento de Ámsterdam, ascendieron a ocho millones de dólares, sin contar el millón de dólares que abonó la Casa Real por el alojamiento de los más de mil invitados. La mayor parte del presupuesto estuvo destinado a la seguridad: más de cuatro millones de dólares.
8. ENTRADA “A LA HOLANDESA”.
Máxima y Guillermo Alejandro entraron a la imponente Nieuwe Kerk mientras sonaba la marcha nupcial y, como marca la tradición holandesa, la novia llegó al altar del brazo de su prometido.
9. BUENOS AUGURIOS.
Los novios recibieron más de treinta y tres mil mensajes de felicitaciones de todas partes del mundo. Por esa razón no pudieron responderlos uno a uno, como habían pensado en un principio.
10. DESPEDIDA DE SOLTERA POR PARTIDA DOBLE.
La primera despedida de Máxima fue una fiesta en Barrio Parque, en el departamento de una amiga (en la imagen, ingresa con su íntima, Florencia di Cocco, testigo de boda). Luego ella organizó un viaje con varias amigas: volaron a Roma en un avión de la Corona que le cedió su suegra, la reina Beatriz, y después a París.
11. MÁXIMA SEGURIDAD.
Las invitaciones estaban encabezadas con el sello de la casa de Orange y tenían el texto en cursiva. Fueron distribuidas por vía diplomática y confeccionadas con todas las reglas de seguridad para evitar falsificaciones y garantizar la identidad de los invitados.
12. TESTIGOS DEL AMOR.
Uno de los momentos más emotivos de la ceremonia fue cuando los novios se dirigieron al altar junto a sus testigos. Florencia di Cocco y Samantha Deane, las mejores amigas de la nueva princesa de Holanda, hicieron su promesa en castellano, el príncipe Constantino de Holanda y Marc ter Haar, testigos de Guillermo Alejandro, en holandés.
13. EL EX, INVITADO.
La novia invitó a su ex a la boda real. Se trata de Tiziano Iacheti, su amor de los últimos años del secundario, quien viajó a Holanda con su mujer de entonces, Mia, hija del renombrado diseñador naval Germán Frers.
14. AUSENCIAS QUE DUELEN.
Desde el 2 de febrero de 2002 hasta ahora, la pareja real sufrió duras pérdidas. Claus, el padre del actual Rey, murió en octubre de 2002. El príncipe Friso, hermano del Rey, quien murió en 2013 tras dieciocho meses en coma por un accidente de esquí; Jorge Zorreguieta, el padre de la Reina, en 2017, luego de una larga batalla contra el linfoma No Hodgkin, y el suicidio de Inés, la hermana menor de Máxima, en 2018.
15. ROSA PROPIA.
La novia estaba encantada con la “Rosa Máxima” que recibió de parte de los orfebres Pallarols, una réplica exacta de la rosa de plata que los artesanos le dedicaron a Lady Di con motivo de su boda con el príncipe Carlos.
16. CON EL SELLO DE VALENTINO.
Cuando viajó a Roma con sus amigas para su despedida de soltera, Máxima hizo una parada muy importante: pasó por el atelier de Valentino para la última prueba de su traje de novia, en el que el célebre italiano invirtió tres meses de trabajo y cuyo valor total fue de cien mil euros. Máxima de Holanda lo cedió para una exhibición sobre el impacto de la moda holandesa que puede verse hasta el 3 de abril en la misma iglesia en la que la actual reina se casó, la Nieuwe Kerk.
17. ALEX JOYERO.
El anillo de compromiso de la futura reina fue diseñado por su novio, el príncipe heredero Guillermo Alejandro (Máxima y su familia le dicen Alex), y está coronado con un diamante fancy naranja, el color insignia de los Orange Nassau.
18. FIGURAS DE TODO EL MUNDO.
Máxima y Guillermo Alejandro se casaron ante ocho reinas y cuatro reyes, varios príncipes y princesas, el entonces secretario de Naciones Unidas Kofi Annan y el ex presidente de Sudáfrica Nelson Mandela. Pero el escenario de la realeza en el mundo era distinto del de ahora: Carolina de Mónaco fue de la mano del príncipe Ernst de Hannover y el actual rey Felipe VI era soltero y compartió mesa con algunas Northlanders, íntimas de la novia.
19. CEREMONIA ECUMÉNICA.
La familia real Orange es protestante. Sin embargo, Máxima nunca abandonó su fe católica. Por eso, su boda tuvo una ceremonia ecuménica, que fue celebrada por un ministro protestante, Carel van der Linden, y por un sacerdote jesuita, Rafael Braun.
20. MAXIMANÍA.
Mientras la futura reina de Holanda pasaba sus últimos días de soltera entre festejos y encuentros con familiares y amigos, su nombre y su rostro aparecían en fotos, vidrieras, rompecabezas, jabones, tazas, tortas y hasta en las típicas croquetas de carne holandesas, que ahora también se llaman Máxima.
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