La mujer del príncipe Alberto estuvo afectada por una grave infección otorrinolaringológica, sigue convaleciente y no está en el principado
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Como todos los años, Mónaco se vistió de fiesta con motivo de su Día Nacional. Pero en esta ocasión, por primera vez, la celebración se vio eclipsada por la ausencia de la princesa Charlene quien, según un comunicado oficial de palacio, se retiró temporalmente de la vida pública para ocuparse de su salud. Charlene volvió el 8 de noviembre al principado, tras seis meses en Sudáfrica, su país natal, donde estuvo afectada por una grave infección otorrinolaringológica que le impidió volar.
Pero según contó su marido en una entrevista en vísperas de la fiesta, no es allí donde se encuentra ahora: “No está en el principado, pero podremos visitarla pronto. No puedo decir más por discreción”, dijo Alberto de Mónaco que dio pistas sobre la dolencia de su mujer. “Hay fatiga, no sólo física, que sólo se puede tratar con un período de descanso y seguimiento”, afirmó.
Días después de sus declaraciones, los amigos de la princesa hablaron con Page Six y aseguraron que Charlene “casi muere” tras someterse a tres cirugías en África. “Es injusto que se la presente con algún tipo de problema mental o emocional. No sabemos por qué palacio le resta importancia al hecho de que casi muere en Sudáfrica”, agregó una fuente.
Al parecer, las intervenciones le generaron “graves problemas de sinusitis y deglución derivados de una cirugía anterior, le impidieron comer alimentos sólidos durante seis meses e hicieron que perdiera casi la mitad de su peso corporal”.
DIEZ AÑOS DE AMOR
El viernes 19, el principado amaneció con 610 pancartas y 680 banderas nacionales que permanecerán hasta el 6 de diciembre. Un día antes, el cielo monegasco se cubrió con 196 drones que dibujaron hasta diez palabras en el firmamento entre las que se encontraban la “A” y la “C” de Alberto y Charlene.
Horas más tarde fue la propia princesa quien compartió un significativo mensaje desde su lugar de retiro publicando un montaje con la bandera de Mónaco ondeando en los mástiles, mientras se escuchaba el himno nacional. Un breve clip que daba muestras de sus sentimientos por su tierra de adopción.
Tras el tedeum (del que también participaron los hermanos de Charlene, Gareth Wittstock, acompañado por su mujer, Roisin Galvin, y Sean Wittstock), la entrega de insignias y medallas en palacio y el desfile militar aparecieron en el patio de la residencia Grimaldi Jacques y Gabriella, los mellizos de Alberto y Charlene, de 6 años. Muy formal, Jacques lució el traje de carabinieri, mientras que su hermana, que no se soltó de la mano de su tía Estefanía, llevó un abrigo de paño y una boina.
La princesa Carolina también estuvo pendiente de su sobrino, al que le fue explicando lo que iba sucediendo. Los chicos, además, participaron del besamanos y pusieron la nota simpática a la jornada. Este año, como novedad, Alberto quiso conmemorar sus diez años de casado con Charlene (los cumplieron el 2 de julio), por eso el cuerpo de Carabinieri realizó el numero “10″ mientras tocaba una banda militar. Charlene, la gran ausente, no pudo disfrutar del homenaje, que tanto aplaudieron sus hijos y su marido desde uno de los balcones.
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